«Antitierra», de Valeria Tentoni —Libros del pez espiral—

"Antitierra", de Valeria Tentoni (Pez Espiral)En mi casa de la infancia no había teléfono. Vivíamos en el campo y el medio de comunicación con la vida de afuera era el correo postal. Yo tenía algunos amigos por correspondencia, a falta de empatía con el mundo que me rodeaba (ya entonces quería estar en otra parte). Cada tanto íbamos a Buenos Aires, a casa de mi abuela paterna, que sí tenía teléfono. Y nosotros, como no teníamos a quien llamar pero queríamos usar ese aparato tan tecnológico para nuestros rústicos ojos, discábamos (ya no podemos decirlo así) el #113. Entonces, una voz femenina nos decía la hora «son las 10 horas, treinta y seis minutos, ocho segundos». Era fascinante saber que del otro lado había alguien. Yo creía que esa voz era de una persona que vivía en un cuartito cúbico. Después vino la vida y me olvidé.

Al leer Antitierra, de Valeria Tentoni, volví a esa idea: el cuartito cúbico, las verdades absolutas que nos creemos (o nos hacen creer) en la niñez. A través de las palabras, Tentoni revisa las certezas de la infancia y el punto en el que esas verdades perdieron nitidez. Establece también un símil entre la forma en la que recordamos y la manera en la que nos acercamos a la escritura.

Es éste un libro que se acerca al filo del precipicio sobre el que nos paramos cada vez que intentamos dar vida a la palabra y que se encuentra escrito con una armonía que se ve afectada por repentinos ataques de cordura y de ciertos caprichos infantiles. Un libro que se abre paso en nuestras emociones y viene a decirnos que todo lo que está escrito puede ser exacto y a la vez no. Con todo lo incoherente y contradictorio que esto significa.

La poesía: nuestra Antitierra

Antitierra. Así bautizaron los Pitagóricos al invisible planeta que venía a completar el Cosmos en el que se encontraba la Tierra. El Cosmos, según ellos, era un todo armónico y perfecto y por lo tanto era inconcebible que estuviera formado por nueve planetas (el 10 era el número de lo absoluto). La introducción de este nuevo cuerpo celeste otorgaba perfección y equilibrio a ese Cosmos. Esa idea se perfila en la composición delicada de este poemario.

Si miráramos nuestra vida como los Pitagóricos observaban el cosmos, la infancia sería ese tiempo en el que todo se halla ordenado y perfecto. Y en ese panorama, la Antitierra podría ser la posibilidad de que el tiempo se detenga (convirtiéndose así en un instante eterno). Siguiendo esa línea podríamos decir que la escritura en general y la poesía en particular nos permiten asirnos a esos instantes y eternizarlos, por eso en ellas hay un fecundo terreno para el equilibrio.

Del momento en el que nos hacemos conscientes de la pérdida y tenemos que contarla, y seguir adelante, nos habla Tentoni en este libro. Partiendo de esa hendija-herida-ruptura-quiebre construye un ramillete de poemas que van trazando diferentes posibilidades y temas. Y así, se aferra a la poesía como los Pitagóricos a la existencia de su Antitierra.

«Antitierra», de Valeria Tentoni —Libros del pez espiral—

La verdad que cambia

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Con esta frase de Cento se abren las alas de este planeta imaginario, la puerta de entrada al universo vivo de Tentoni. Nada es permanente y a la vez mientras algo existe es absoluto. Desde esta perspectiva la popular frase «fue lindo mientras duró» no podría resultar más cierta.

Verdades que mutan como la belleza de la Gioconda (que al final, según le cuenta una amiga, era una mierda), como la pastalinda que permitía domingos familiares de pasta casera (y que ahora son domingos de pasta casera pero comprada, hecha por otras manos), como la casa de infancia que al volver después de haber vivido fuera y es otra (nada ni nadie es el que era).

Todo se va transformando y las palabras también lo hacen como la masa de la pasta casera, para amalgamar un poemario intenso que tiene rabia, deseos, dolor, tristeza, alegría y entusiasmo. «Todo así», dice Tentoni y deja escapar una descripción rotunda de la fluidez con la que parecen cambiar las cosas sin pedirnos permiso y sin que nos demos cuenta y la forma en la que las palabras se nos acercan y nos cuestionan.

Y más adelante, Tentoni agrega que todo parece estar como si siempre se hubiera visto así y las cosas siguen su curso sin importar que éste no responda al orden que las obligara instantes antes. La vida se transforma-muta-cambia y nosotros no tenemos más remedio que aceptar que fue lindo mientras duró.

«Antitierra», de Valeria Tentoni —Libros del pez espiral—

La voz de Valeria Tentoni

En la poesía de Valeria Tentoni, al igual que ocurre en su narrativa, nos encontramos con un lenguaje fresco que parece dispuesto a redefinir las bases de la poesía.

Valeria se acerca a las palabras con una voz limpia de ornamentos. Y en este punto hay algo sumamente curioso. En su narrativa noto un acercamiento innegable a la poesía por el uso de ciertos recursos más propios del lenguaje de la lírica, mientras que en su poesía parece haber un intento de construir apoyándose en una voz más prosaica. A grandes rasgos me atrevería a decir que Tentoni escribe relatos poéticos y poemas narrativos. En este caso, el resultado es una poesía cruda que te conmueve y conquista y que te hace pensar que cada palabra está ahí por algo.

Otra cosa que quiero destacar es la revisión del daño como punto de fuga para la poesía. La semilla de la que se alimentan estos poemas es la raja que produce el toparnos con el gris de las cosas que antes veíamos coloridas y que se manifiesta a través de una mirada preguntona y curiosa.

Tentoni va en busca de la palabra exacta para nombrar los dobleces de las experiencias, y cuando está a punto de encontrar ese término válido irrevocable aparece la duda y la certeza de que toda exactitud es sólo la cara de una realidad que tiene otras muchas que también pudieran resultar exactas. Esta es una de las verdades en torno a la cual se va construyendo este libro y que, se perfila como la única certeza que podemos tener de la vida y de la literatura.

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De niños creíamos (porque nos habían hecho creer) que la mujer que daba la hora vivía encerrada en un cuartito y que hablaba cada vez que alguien discaba el número #113. Un día se cayó el espejo, los teléfonos cambiaron, creció un árbol con espinas que nos punzó y empezamos a narrarnos en pasado, a reírnos de ese recuerdo y a cambiar nuestras certezas. Es como si todas las cosas se autodestruyeran porque quisieran convertirse en polvo, observa Valeria.

Hay cosas que se dicen como si no tuvieran importancia, hay otras que se modifican sin pedirnos permiso y ahí estamos nosotros, viviendo, tardando en irnos pero viendo cómo ya nada es como solía ser. En esa Antitierra el daño adquiere otra magnitud y aunque no deja de doler parece cobrar sentido; por eso necesitamos abrir los ojos y no confiar en aquellos incapaces de cerrarlos. Por eso, este libro me ha resultado una preciosa conquista de la herida por parte de Tentoni.

Para terminar me quedo con la idea de que hay que revisar cada rincón como si fuera la primera vez hasta dar con la palabra exacta, con el recuerdo preciso: válido tanto para la escritura como para la vida.

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«Antitierra», de Valeria Tentoni —Libros del pez espiral—

FOTOGRAFÍAS: Renzo Luna Chima

Comentarios4

  • Rapsodico

    Qué difícil es leer lo que a uno le gustaría. Menos mal que hay gente como Tes que hacen ese trabajo y nos facilitan el descubrimiento de autores interesantes.
    Un abrazo.

    • Tes Nehuén

      ¡Gracias, Rapsódico! También a mí me pasa que el tiempo no me alcanza para leer todo lo que desearía. Ojalá que puedas leer a Tentoni y que te agrade tanto como a mí.
      Un abrazo grande.

    • Pruden

      Precioso resumen. Entran ganas de leerlo. Muchas gracias Tes!

      • Tes Nehuén

        ¡Gracias a ti por leerme y comentar,Pruden! Espero que te guste Antitierra. Besos.

        • Pruden

          Gracias por contestarme. Sabes dónde puedo encontrarlo? En librerías de Oviedo ni le conocen. Besos. Pruden

        • Nhylath

          ¡Gracias Tes!...agradecida siempre por los artículos que nos aportas (a veces no tenemos tanto tiempo para leer y tú nos mantienes al dia)...
          Un abrazo!

        • Tes Nehuén

          ¡¡Muchas gracias por sus comentarios!! Pruden, puedes ponerte en contacto directamente con la editorial y te enviarán el libro por correo certificado. Su dirección electrónica es: [email protected] . Espero que tengas suerte y que te guste mucho este poemario.
          Un abrazo enormísimo.



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