Hablar del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry es hacer referencia a una obra de las obras más importantes de la Literatura de todos los tiempos. Nos estamos refiriendo a El Principito, que se publicó en 1943 y que se ha convertido ya en un clásico.
Y es que a todo el mundo ha cautivado la historia de ese pequeño príncipe que recorre varios planetas con el claro propósito de poder encontrar a alguien con quien mantener una amistad, pues se siente muy solo en el suyo.
Está claro que la obra cumbre del citado autor es esa, pero no podemos pasar por alto que, a lo largo de su trayectoria, escribió otras que también cuentan con una calidad innegable. En concreto, entre las mismas destacarían las dos siguientes:
Vuelo nocturno
1931 fue el año elegido para que llegara a las librerías de todo el mundo esta novela, que gira en torno a una empresa de correos aérea. En concreto, acerca al lector a la vida de tres pilotos que trabajan para la misma y que se encargan de surcar los cielos nocturnos de Sudamérica para poder transportar cartas y paquetes hasta el lugar indicado.
Sin embargo, la rutina de estos personajes se rompe para siempre cuando uno de ellos, Fabien, se tope de bruces con una inesperada y difícil tormenta mientras realiza un desplazamiento entre la Patagonia y Buenos Aires. Una complicada situación que hará que de un momento a otro el avión que pilota desaparezca del radar.
La esposa del piloto atravesará un momento muy doloroso ante lo ocurrido y el patrón de Fabien, Riviére, se verá en la necesidad de tener que tomar las riendas ante el momento de crisis. Eso sí, la decisión que tome quizás no sea considerada por los demás como humana o como acertada, pero es la que determinará que va a llevar adelante.
La curiosidad de este relato radica en el hecho de que su autor, Antoine de Saint-Exupéry, vivió años después la misma situación que el protagonista. Y es que el avión que pilotaba y él mismo desaparecieron para siempre mientras hacían un reconocimiento de una zona durante la Segunda Guerra Mundial.
Tierra de hombres
Con el Premio de Novela de la Academia Francesa fue reconocida esta obra, publicada en 1939, que es de carácter autobiográfico. Y es que en la misma su autor no duda en realizar un repaso por algunos de los acontecimientos más importantes de toda su carrera.
No obstante, el núcleo fuerte del relato es el accidente de avión que sufrió en 1935, junto a su compañero André Prévot, en el desierto de Sáhara y que estuvo a punto de costarles las vidas a ambos. Sin embargo, en las páginas del libro también se hace referencia a otras experiencias que le marcaron para siempre, como, por ejemplo, el tiempo que estuvo trabajando para una empresa de servicio aéreo postal.
Todo eso, unido a sus reflexiones acerca del amor o de la muerte, dan forma a este libro, que también obtuvo el Premio Nacional del Libro.
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