Antonio José Royuela: la sensualidad de las palabras

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Antonio José Royuela: la sensualidad de las palabras
Leer y sonreír. Leer y pensar. Leer y llorar. Leer y disfrutar. Leer y volver a sonreír… Y podría seguir, son muchas las combinaciones posibles al enfrentarse a la poesía de Antonio José Royuela. En este artículo les presento a este fantástico poeta cordobés a través de su obra «La mente del mono», que pueden adquirir en este enlace.

Entre la literatura y la enseñanza

Antonio José Royuela nació en Córdoba y las letras son su gran pasión, sin embargo, no la única. Trabaja como educador y su función hoy en día consiste en conseguir que los niños se expresen mejor y creen una mentalidad crítica frente a los acontecimientos personales y sociales.

Éste es su segundo poemario. El primero se llamó «Desajustes» y recogía numerosos poemas escritos a lo largo de muchos años.

Para Royuela el error más grave de su vida, el peor de los pecados, como dijera Borges, sería no ser feliz; y al acercarnos a su poesía podemos llegar a vislumbrar a qué se refiere, pues ésta representa esa caricia de esperanza tan necesaria para afrontar esta realidad hostil e injusta.

Los invito a que si desean saber más sobre este poeta visiten su página, porque yo ahora me iré de cabeza a su obra, que es el tema fundamental de este artículo. Espero que les interese tanto como a mí. 😉

Ideas salpicadas de coherencia

Si tuviera que calificar la poesía de Royuela dentro de un registro, posiblemente la ubicaría en la poesía de la experiencia pero es necesario aclarar que, aunque en muchas cosas su voz pueda recordarnos a la del maestro de este estilo, Luis García Montero, sin duda se escucha distinta, con una madurez particular y sumamente auténtica.

Antonio José Royuela: la sensualidad de las palabras

El libro comienza de muy buena forma, obligándonos a repensar las razones de nuestra búsqueda personal. Apenas cruzado el umbral de la portada nos encontramos con un magnífico prólogo elaborado por Mercedes González, de donde podemos rescatar la esencia de lo que posteriormente nos invadirá, poesías de temática variada que se encuentran unidas entre sí a través de un hilo ínfimo pero imprescindible.

El título, «La mente del mono», responde a esas sensaciones tan presentes en el acto de escribir. Nuestra mente salta de rama en rama para alcanzar ideas y moverse sin descanso de un sitio a otro, respondiendo preguntas, buscando soluciones, y sobre todo, intentando que el camino esté lleno de placeres y disfrutes, fundamentales, si se quiere, para ser feliz. Sin más dilación ¿vamos a por los poemas?

A decir verdad me gustaría hablar sobre cada poesía pero he preferido escoger unos pocos y presentar mis humildes sensaciones respecto a ellos, en vez de tocarlos todos y quedarme en el intento de acceder al universo poético de este escritor.

Antonio José Royuela: la sensualidad de las palabras

Inmigración y poesía social

Dentro de los poemas de carácter social me han interesado especialmente los incluidos en «África», por su inmensa humanidad y el mensaje inclusivo y ético.

En estos tiempos en los que vivimos, donde todos parecen más preocupados por afincarse en ideas nacionalistas y chovinistas (palabra que le gustaba mucho a Cortázar y de la que no puedo despegarme), es sumamente importante que los poetas vuelvan al origen, desentrañen la realidad que se esconde detrás de cada historia y nos devuelvan la cordura para ser capaces de comprender nuestro entorno, eliminando todo prejuicio y aceptando que en la diversidad reside el verdadero tesoro de nuestra sociedad.

En estos poemas, Antonio nos obliga a comprender la tristeza en los ojos de quien ha debido dejar a sus seres queridos, en busca de un futuro más augurable (si existiera esta palabra) y de una vida sin miserias, y, desde mi humilde punto de vista, lo consigue. Especialmente me quedo con un mínimo extracto que nos lleva a preguntarnos dos cosas: ¿Por qué hemos convertido nuestra tierra en un espacio tan adverso? y ¿Dónde surgió semejante desigualdad? El verso dice:

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Antonio José Royuela: la sensualidad de las palabras

La pérdida de los sueños

El empeño de este poeta por elaborar la realidad y trazarla en palabras, por utilizar una tiza para expresar esas dolencias colectivas que no nos dejan respirar del todo libres, avanza entre las páginas, nos atrapa, nos envuelve, nos obliga a pararnos frente a nuestro mundo y abrir los ojos para preguntarnos: ¿Qué hemos hecho? o mejor aún ¿qué estamos haciendo?

Parecemos inmóviles frente a una realidad torpe que nos arrastra bajo la guillotina y sólo atinamos a decir frases hechas y delirantes como: «ya sabes cómo está todo«. ¿Cómo está qué cosa? Lo único lamentable que veo al mirar alrededor son nuestras almas manoseadas por un dios al que llaman dinero y nuestros sueños mancillados por las ansias de poseer más materialmente, razón por las que los hemos condenado a desvanecerse en nuestra tabla de prioridades. Y por eso necesitamos de la poesía, de esta poesía.

Royuela nos lleva a preguntarnos sobre temas diversos, como los duros momentos de quien debe recibir un trasplante, la frivolidad, lo efímero de las miradas si no hay quien las contenga en sus pupilas… La suya es una poesía que invita al acercamiento de las manos y a la lucha colectiva con una fuerza arrolladora.

Y «Creencias» es un poema que describe esa necesidad de hacer de la poesía una herramienta para construir historias y tender lazos entre las personas y, aunque no figura en «La mente del mono», no quiero dejar de compartirla con ustedes porque me parece extraordinaria:

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No poder dejar de…

Pero el registro lírico de Royuela no se puede ubicar única y exclusivamente en la poesía social porque goza de fantásticos poemas de carácter amoroso y sensual, con ciertas cuotas de erotismo pero sin llegar a presentar una poesía erótica totalmente explícita.

Dentro de estas poesías hay varias que podría mencionar, sin embargo prefiero quedarme con una que se titula «No poder dejar de…», la cual me parece sumamente inteligente y suspicaz.

En ella el poeta recorre los diversos momentos del acto de dos amantes con virtuosismo y una cuota de picardía y sorprende al lector al evitar nombrar lo «inevitable» y resguardarse de los clichés tan propios del género.

Un idioma accesible pero exquisito

Al leer a Royuela te planteas tres cosas:

Primero: que siempre se puede alcanzar una madurez y una corrección literaria desde un idioma afable. Esto se contradice rotundamente con los pilares del modernismo y nos enfrenta a la eterna pregunta ¿Debe la poesía ser algo sólo accesible para grupos elitistas y ortodoxos?

Segundo: que todas las imágenes pueden despertar en nosotros la idea poética. En su poesía descubrimos que puede hablar con la misma intensidad de un amor pasajero que de una postura ideológica.

Tercero: la poesía es una de los irrefrenables herramientas que puede hacer posible un mundo nuevo, sino la única; porque no se aviene a ideologías inalterables ni a criterios masivamente aceptados.

Leer a Royuela es reír, sonreír, pensar y, sobre todo, creer que un mundo nuevo y diferente es posible… Hay mucho más para decir pero creo que ya he hablado demasiado, mejor los insto a que lo lean y ya me contarán todo lo que a mí se me ha escapado.

Para terminar les dejo un poema extraordinario que me sorprendió por lo breve y a la vez lo musical. Se llama «Rescate» y creo que es la mejor forma de cerrar este artículo.

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