«Baladros» de Ricardo Maurandy (Poesía eres tú)

¿Cómo plasmar en palabras aquello que pone patas arriba todo lo que creíamos de nosotros mismos? «Baladros» de Ricardo Maurandy (Poesía eres tú) es un poemario que intenta responder a esta pregunta.
A través de una serie de poemas y preguntas, el poeta intenta arribar a una certeza sobre la identidad y la existencia que le sirva para reconfigurar su mundo, pese a la soledad, la extrañeza y la muerte. Un poemario que te invito a leer con esta lectura.
 

La poesía de Maurandy

Éstos son los primeros versos de «Baladros» de Ricardo Maurandy (Poesía eres tú), y marcan el inicio de un libro donde la soledad y la incomprensión son los hilos conductores. Como bien lo señala Diego Santos Sánchez en el prólogo, el tono de la obra está dado por la búsqueda de una voz que se sobreponga a esa soledad. Y a medida que avanzamos podemos descubrir un poemario tierno que nos permite adentrarnos en la voz de un joven poeta y sus reflexiones sobre el mundo.

Antes de continuar quiero decir que tengo la idea de que no podemos leer a todos los autores y autoras de la misma forma. Que no se escribe del mismo modo a los veinte que a los cuarenta, y que contextualizar nuestras lecturas puede ser sumamente importante para darles una oportunidad a las voces jóvenes. En este caso, creo que estamos ante un libro que al ser juzgado como el primer vuelo poético de su autor, está muy bien conseguido formalmente y nos ofrece el primer trazo de una mirada poética que seguramente irá enriqueciéndose con el correr de los años.

«Baladros» se halla dividido en tres partes y cada una de ellas conduce a la exploración de un sentimiento específico: la soledad, el amor y la desesperación.

En la primera parte nos encontramos con una serie de poemas que trabajan en torno a la extrañeza de quien se sabe distinto, encadenado por las imposiciones sociales y la distancia que hay entre lo que desea y lo que puede: el yo poético explora una serie de sensaciones que lo definen pero que le han arrebatado. Esto conduce a la soledad del sí mismo: la sensación de estar anulado en el mundo, lo que nos lleva a la segunda parte de la obra. En esta sección la soledad se va transformando para dar lugar al sentimiento amoroso que crece desbocado pero sin poder transformarse en certeza: hay una grisura, una traba, algo que se opone y se sobrepone a la experiencia amorosa. En la última parte, todo lo vivido es desesperación y, a veces, desesperanza, porque el yo poético sabe que ha de morir y teme hacerlo en esa soledad del principio: el descubrimiento de la mortalidad es quizá el gran tema del final.

Estamos ante un conjunto de poemas que nos seducen desde el misterio que representan. Me ha llamado la atención notar que aunque en determinados momentos se insinúa en el tono el deseo homoerótico, nunca termina de definirse del todo. Esto quizá puede deberse a un intento de que la poesía pueda ser leída y asida por cualquier tipo de lector, pero no deja de sorprenderme que continuemos tensados por los hilos de una poética definida por la tradición heteropatriarcal. En este sentido me ha faltado un poco de dirección e intensidad en la forma de trabajar los temas. Aunque hay algunos poemas frente a los que, como decía, no puedo poner objeción formal alguna, en lo que respecta al pensamiento del poema, como le gusta decir a Montalbetti, se echa en falta una mayor determinación.

El camino hacia la muerte

El gran tema del libro, sin embargo, es la muerte. Es el punto al que arriba el poeta después de los silencios, de la soledad, de la búsqueda. Termina chocándose con la existencia de la muerte, no sólo a través de esa epifanía que supone al real conciencia de que la vida se acabará para nosotros, sino que experimenta a través de la pérdida de sus seres queridos. «Baladros» parece un libro escrito para establecer una distancia con la muerte, para intentar explicar aquello que con la vida no podemos.

Hay una gran carga emocional en todo el poemario y creo que puede ser una maravillosa lectura para adentrarse en los misterios de la poesía; sobre todo puede ser un buen libro de iniciación lectora. Asimismo, me parece que se halla muy trabajado y que permite visualizar una gran carga de lecturas, que se transparentan en el uso de estructuras y una búsqueda formal interesante. Por eso me animo a pensar en todo el potencial que se despliega ante nosotros al leerle.

Si bien puede ser que por momentos haya una cierta tendencia rítmica o melódica casi inevitable, que pocas veces la voz poética se gire contra la fuerza del sonante sentido, estamos hablando de un primer libro de un poeta joven, por lo que podríamos mirarlo con cierta clemencia, deseando que siga trabajando en profundidad su voz y su obra para llegar a una poética auténtica, a la que seguramente le llevará este camino de búsqueda.

«Baladros» es un primer libro, grito desde el fondo del ser, que nos permite adentrarnos en los primeros compases de una obra que estoy segura se volverá sólida y colorida con el paso del tiempo. Lo último que me queda es desearle a Maurandy un buen aterrizaje en este primer acercamiento a tierra de palabra.

BALADROS
Ricardo Maurandy
Poesía eres tú
978-84-17754-47-1
96 páginas