La cárcel, el espacio donde algunos autores escribieron sus mejores libros

Muchas son las historias ocultas que se esconden detrás de la creación de algunos de los mejores libros de todos los tiempos. Y es que sus autores encontraron la fuente de inspiración no sólo en personas de lo más atípicas sino también en rincones que quizás de primeras no podemos identificar como los lugares ideales para desarrollar la imaginación.

Sin embargo, es curioso que algunas de los mejores trabajos literarios de todos los tiempos, hoy convertidos en muchos casos en auténticos clásicos, son fruto del encarcelamiento. Es decir, que sus «padres» empezaron a realizarlos y los finalizaron por completo durante el tiempo que pasaron encarcelados por diversos motivos.

Por tal motivo, desde este artículo queremos darte a conocer varios de esos relatos que tuvieron su punto de partida y el desarrollo de su historia y sus personajes durante las cuatro paredes de una celda.

Este sería el caso, por ejemplo, de la que está considerada como la mejor novela dentro de la Literatura en castellano así como una de las más importantes de la historia mundial de este arte. Nos estamos refiriendo a Don Quijote de la Mancha, que fue publicada en 1605, de Miguel de Cervantes Saavedra.

Un autor este que aprovechó su encierro para crear la figura de aquel singular caballero andante, marcado por su locura y por las aventuras que esta le lleva a vivir en compañía de su fiel Sancho Panza.

En tres ocasiones parece ser que el escritor fue encarcelado y fue precisamente durante su estancia en la Cárcel de Sevilla, donde cumplió condena en el año 1597 por haberse apropiado de dinero público y haber cometido irregularidades en cuentas «bancarias», cuando se sabe que comenzó a engendrar la que sería su obra más importante y por la que pasaría a los anales de la Historia.

Sade y Wilde

Otro de los escritores más importantes de todos los tiempos es el Marqués de Sade, que revolucionó la época de su tiempo por una serie de narraciones donde el libertinaje, el sexo y la moral toman el protagonismo. Cuestiones todas ellas que no sólo plasmó en sus libros sino que también protagonizaban su propia vida personal, de ahí que en parte las citadas fueron las que le llevaron a pasar importantes periodos encarcelado.

Sin embargo, ese confinamiento y ese tiempo en prisión fueron aprovechados por él para inspirarse y crear algunas de sus creaciones más significativas como sería el caso de Justine o los infortunios de la virtud (1787). Una narración que gira entorno a la vida de la joven que da título a la misma, una chica que desea preservar su virtud en todo momento pero que se verá sometida a multitud de incitaciones a lo que es el vicio.

Precisamente el sexo, o mejor dicho su condición sexual, fue el que también llevó al gran Óscar Wilde a pasar por la cárcel. En concreto, fue acusado de mantener relaciones íntimas con su amigo Alfred Douglas, hijo del Marqués de Queensberry, y eso trajo consigo que fuera condenado a dos años de trabajos forzados.

Tal circunstancia se convirtió en un escándalo en la sociedad londinense de aquel momento. Sin embargo, el escritor no se dejó amilanar por lo sucedido y así aprovechó su encarcelamiento para escribir una obra muy significativa: la epístola De profundis (1897), en la que mostraba el conjunto de sentimientos contradictorios hacia su supuesta pareja.