Juan Carlos Onetti en «Entrevistas para el Recuerdo»

Pensar en Juan Carlos Onetti es ver dibujada la palabra fracaso y la palabra melancolía, ya que en torno a ellas construyó su poética. Intentar hacerle un hueco en nuestras «Entrevistas para el Recuerdo», es un trabajo arduo, porque Onetti no sólo era un hombre de pocas palabras sino que en su timidez extrema, parecía difícil sacarle frases valiosas. Sin duda no es ésta la mejor forma de conocerlo; no obstante, siendo un escritor tan fascinante no he querido dejarlo fuera de este ciclo.

Alonso Cueto se reunió con el autor de «Juntacadáveres» en su apartamento de Madrid y escribió un texto maravilloso que no deben dejar de leer; donde encontrarán a un Onetti relajado y risueño (a su manera). Además, Onetti también pasó por el programa «A Fondo» de Joaquín Soler Serrano, y habló sobre uno de los temas que más le ha preocupado siempre: la comunicación. Estas dos entrevistas son muy interesantes y en ellas hace pie mi texto de hoy. ¡No dejen de darles una oportunidad!

La comunicación, decía, es un tema que aparece de forma reincidente en su obra; los problemas de comunicación, mejor dicho. Y, sin duda, también un tema que inquietaba al hombre. Seguro que mucho silencio se habrá quedado vacío en Onetti. Es difícil mirarlo sin sentir una cierta incomprensión, ¿cómo puede sentirse inseguro alguien que fue capaz de escribir obras tan deslumbrantes? ¡Ah. Los misterios del alma humana!

Cuando se le pregunta a Juan Carlos sobre sus comienzos literarios va mucho más lejos de su adolescencia, por supuesto mucho antes de que «El pozo» cobrara forma en su cabeza. Todo comenzó cuando era muy chico, y aunque no tiene la respuesta exacta de por qué empezó a escribir, sin duda el escritor habita en él desde siempre.

Onetti es el escritor con el que muchos podemos sentirnos identificados: siempre fue segundo, perdió muchísimos concursos, escribió desordenadamente, le costó encontrar la disciplina en la escritura (con la excusa de que ella era para él una amante)… Pero ¡OJO! Onetti no fue un escritor del montón; no le faltó talento, quizá sí más empeño, y la historia lo ha ido demostrando con el paso del tiempo. En «A fondo» habló detalladamente sobre su trabajo literario y la forma en la que encaraba la escritura.

Algunos incluyen a Onetti en el Boom Latinoamericano, él no se siente parte. Aunque sí mantiene amistad con sus principales referentes: Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa, se siente arrastrado por el boom; ya que las novelas de esta generación vendían tanto las editoriales intentaban sumar autores latinoamericanos a la lista, y ahí estaba él. Pero, por otro lado, fue gracias a algunos escritores del Boom que a Juan Carlos se le prestó más atención en el mundo. De todas formas al leerlo, descubrimos que el suyo es un universo totalmente distinto.

Onetti era un gran conversador, pero había un tema del que le costaba muchísimo hablar: su propia escritura. Incapaz de poner en palabras las razones que lo llevaban a escribir la única razón que encontraba para explicarlo era aquella de Borges: escribir para no arrepentirme de no haberlo hecho. Ante la insistencia de Joaquín Soler Serrano a hablar sobre la forma en la que ve su propia escritura, Juan Carlos dice:

Onetti es un misterio. Sus historias amorosas siguen dando de qué hablar dentro y fuera de la literatura, su constante extranjería es un tema que se desprende de muchas de sus obras, sus textos son mágicos y llegan a obsesionarte. Admiro a aquella alumna de la Universidad de Berkeley capaz de poner en palabras lo que muchísimos lectores sentimos al acercarnos a sus libros. Onetti nos destroza.