Cartas famosas de la literatura

Muchos de los hechos relevantes en la historia de la humanidad han sido desvelados gracias a la correspondencia mantenida entre los personajes imprescindibles en el devenir de esos acontecimientos. La forma en la que ciertos individuos conversaron valiéndose de este género con alguno de sus contemporáneos ha servido para conocer a fondo detalles de su tiempo. Y es que las cartas representan un material ineludible para la construcción de la memoria histórica.

La pregunta es ¿cómo reconocer el valor verídico de una misiva, cómo saber si estamos frente a una explicación certera de lo acontecido o una brutal y subjetiva forma de analizar los acontecimientos?

Lo cierto es que no podemos saberlo y en eso reside una de las mayores fascinaciones de la vida: en que las posibilidades son tan amplias como personas viven y reflexionan en torno a los hechos. De hecho, si todavía creemos que existe una única forma de entender la historia y confiamos ciegamente en la objetividad de los hechos narrados en los libros, entonces el problema es algo más grave de lo que creía.

Nada hay indestructible, ninguna verdad es rotunda como no existen certezas irrevocables. Las cartas no son elementos dotados de verdades absolutas sino de las visiones claras que un individuo tuvo en torno a ciertos temas. Ellas pueden permitirnos acercarnos a las experiencias emocionales de quien las escribió, empatizar con esa persona, acercarnos a su vida; pero no desde un punto de vista objetivo sino como quien se acerca a la vida ficticia del personaje de su novela favorita e intenta establecer un vínculo con él.

En lo que respecta a los hechos históricos que rodean a los personajes y en la función que las cartas cumplen para estudiarlos, podemos decir que lo valioso de ellas es que ofrecen una perspectiva nueva; nos ayudan a abrir los ojos y la mente para analizar en profundidad las cosas, saliéndonos del discurso homologado por los libros. Las cartas nos permiten entender que la historia no es una ciencia exacta y creo que en ese punto reside una de sus mayores virtudes e importancias respecto a la construcción de la memoria histórica.

Las cartas en la antigüedad

En la antigüedad las cartas se utilizaban como un método para difundir ideas y doctrinas filosóficas y políticas. Entre las numerosas misivas cabe mencionar las que Epicuro escribió a sus discípulos; entre las que se destacan sus cartas a Meneceo, donde incentiva a su discípulo a volcarse por el estudio de la filosofía y la ética. Gracias a estas cartas pudimos conocer los fundamentos de las ideas de Epicuro y de toda la teoría epicureísta.

También es gracias a las cartas de amor que hoy conocemos a personajes como Penélope, Ariadna y Medea. Las famosas misivas del poeta Ovidio, son sin duda uno de los ejemplos fundamentales de la importancia de las cartas en la construcción de las ideas y de las mitologías en el mundo. A través de estas misivas estos personajes consiguieron hacerse un lugar en la historia de la literatura universal y a la vez, permitieron expresar la semilla de la angustia y el amor humanos.

Las cartas han sabido sobrevivir a los cambios de las diversas épocas e imponerse como una alternativa ineludible para acercarse a la historia de diversas personas y comprender el contexto histórico en el que vivieron. Las cartas entre Hannah Aredht y Mary MC Carthy son una maravillosa prueba de la sociedad intelectual residente en New York a mediados del siglo XX.

Otras cartas imprescindibles y gracias a las cuales hemos podido conocer el universo emocional de personajes importantes en la historia de la literatura son las que Franz Kafka le escribió a su padre (misivas que nunca le envió y que publicó en forma de libro en sus «Cartas al padre»), o las Cartas a Toutouche, de Alejo Carpentier, a través de las cuales podemos conocer de su puño y letra esos miedos que le corroían tanto, y el sufrimiento que supuso para él la desaparición de su padre.

De lo privado a lo público

Las cartas famosas son artefactos que permiten establecer un punto de inflexión entre lo privado y lo público. En general son textos escritos pensando en una persona en particular en la cual el autor vuelca todas sus emociones y se deja llevar (más o menos según el caso) y al volverse públicas permiten que tengamos en nuestras manos un texto siempre fresco e intenso. Las cartas nos introducen en lo más profundo de la intimidad de una persona y romper con esa idealización a la que aquellas personas que adquieren una vida pública se ven vinculadas.

Las cartas permiten establecer una identificación por parte de quien lee con quien las escribió; permitiéndole encontrar rasgos propios en la naturaleza del escritor. La pregunta quizás más interesante es una vez que una carta se vuelve pública, que atraviesa esa barrera de la intimidad ¿cuánto hay en ella de propio respecto al autor? Las cartas hablan de todos nosotros porque cuando se convierten en arquetipos al alcance de todos, nos permiten que nos apropiemos de ellas y las hagamos nuestras.