Hoy les traigo otra entrega de los mejores cuentos de la literatura universal. Como ya lo he dicho en otra ocasión, los mismos son tomados de la lista realizada por el blog Lecturas Indispensables, el cual se los recomiendo muchísimo.
Bioy Casares y los fármacos
El primero de los cuentos es de Adolfo Bioy Casares y se titula « Margarita o el poder de la farmacopea«.
En este cuento se plasma la relación entre un químico y la familia de su hijo.
Su nieta, Margarita, es una niña muy débil aquejada por una extrañísima enfermedad que lo provoca inapetencia y la vuelve cada día más pálida y demacrada. El protagonista busca la forma de ayudarla, investigando acerca de la cura para esa misteriosa dolencia. Finalmente, lo consigue y su nieta mejora a pasos agigantados.
Este cuento, sin embargo, plantea de fondo el doble filo de la medicina: el abuso de medicamentos y «pociones» puede traer consecuencias inimaginable. De algún modo, lo que se deja de manifiesto es lo peligroso que puede resultar jugar a ser dios y lo poco preparado que se encuentra el ser humano para aceptar la derrota. Y, en un sentido paralelo, algo fundamental: el hecho de que quienes sufren las consecuencias del manipuleo de herramientas y productos químicos, no son responsables ni culpables, pero son los únicos que pagan por los errores de otros.
En este cuento, el desenlace lo es todo: tiene una fuerza impresionante y te dejará de piedra al leerlo. Posiblemente no te lo esperabas. De hecho, la verdadera acción aparece en las últimas líneas del relato.
Arreola, la fidelidad y la superficialidad
En segundo lugar se encuentra «Parábola del trueque» de Juan José Arreola.
Este cuento es una crítica al estereotipo de belleza que nos inculcan apenas cruzamos la línea de la infancia a la comprensión del mundo adulto.
A una isla paradisíaca llega un comerciante que ofrece a los hombres un trueque de mujeres: él entregará una esposa nueva a aquel que quiera dar la suya a cambio. Es potente el contenido sexista detrás de este cuento, donde se puede leer entre líneas la idea de mujer-objeto que está tan presente en la literatura, pero intentaremos hacer la vista «gordísima» a ello y enfocarnos en el mensaje que entraña.
El protagonista, aunque lo desea, no cambia a «su Sofía» y entonces todo se desmorona. En el pueblo lo desprecian y su propia esposa considera que no fue capaz de cambiarla por cobarde. En un acto de fidelidad el protagonista se apoya en un matrimonio totalmente fragmentado y que no lo llevará a ninguna parte.
Las mujeres nuevas son absolutamente despampanantes pero con el correr de los años se deterioran y entonces los hombres descubren que no tenían nada más para ofrecer que su aparente belleza. yAl ser conscientes de lo poco que queda ya de ella, deciden ir en busca del mercader para reclamar a sus esposas primeras. Entonces, la isla queda desierta, pero el protagonista y su esposa, pese a haberse mantenido fieles a sus principios, no pueden disfrutar de su tranquilidad.
Podemos comprender en el mensaje pequeños guiños a la idea tan presente en nuestras sociedades en torno a la fidelidad y la vida matrimonial. Todo es una estafa: creer en la belleza física como si fuera algo sempiterna y también confiar en que el amor puede ser algo que decidamos, cuando lo que lo siembra es pulsión, sentimientos… El protagonista escoge quedarse con su mujer, pero no puede escoger amarla ni que ella lo ame, simplemente se encuentra atado a ella y continúa con una vida de principios donde sus propios sentimientos son invisibles..
Podríamos hacer una última lectura diciendo que todo se deteriora tanto la belleza física como la intelectual y que la única forma de permanecer junto a otra persona durante muchos años es a través de la hipocresía o de un sentimiento realmente verdadero, el cual no puede forzarse y rara vez se descubre.
Charles Bukowski y la máquina del sexo
Por último les traigo un pequeñísimo análisis sobre «No hay camino al paraíso«, de Charles Bukowski.
Leyendo «Quiroga Íntimo» una recopilación de diarios y cartas de Horacio Quiroga, me topé con algo muy interesante. Erika Martinez, encargada del prólogo, expresa que en él, literatura y vida se fusionan de una forma inexplicable, como si solo pudiera comprenderse su literatura a partir de su vida y la única forma de explicar los hechos de su biografía fuera a través de su literatura. Pienso que eso les ocurrió a muchos autores, y Charles Bukowski no es la excepción.
«No hay camino al paraíso» es un fantástico relato que se plasma como una crítica a la forma en la que los humanos vivimos y establecemos nuestros vínculos con la sociedad. Una muestra de lo que ya todos sabemos: que la perfección y el disfrute absoluto como el romanticismo intentó mostrarlo no existen; y, que la única que nos queda es disfrutar de lo que tenemos cuando lo tenemos, pero siendo conscientes de que tan solo somos personajes que interactuamos dentro de una jaula y vivimos la vida que nos permiten.
En este cuento el protagonista se encuentra con una hermosa joven que tiene una jaula con cuatro minipersonitas, y que se divierte observándolas y proyectando sus propias emociones a través de la vida que esos extrañísimos personajes viven. A simple vista podríamos pensar en mil cosas: como en esa necesidad del arte para vivir lo que no nos atrevemos o de la televisión para ver cómo es la vida, porque no nos creemos que lo que nosotros vivamos cada día pueda llamarse así.
Sinceramente, me parece uno de los mejores textos del realismo sucio. La prosa directa y realista te sumerge en una historia que te hace sentir lo patética que puede verse nuestra propia vida desde afuera y, sobre todo, lo poco que importa eso: después de todo lo que consideramos «patético» termina siendo una mera percepción humana.
Decía que Bukowski no es la excepción. Y lo digo, porque a través de su escritura intentó vivir y entender su propia existencia, pero sin conseguir modificarla al punto que deseaba. Creo que una buena forma de comprender sus miedos y sus misteriosos pensamientos es acercándonos a su escritura; y, sobre todo, a sus relatos. Y el resultado de ello es que se te plante una astilla en la mente que ponga en tela de juicio todos esos pensamientos que creías inviolables.Eso consigue Bukowski y en eso creo que tiene un gran parecido a Horacio Quiroga.
Este es el número IX de los artículos sobre los mejores cuentos de la literatura universal, espero que les haya gustado. Aquí tienen los enlaces a los anteriores, por si quieren leerlos: I (Horacio Quiroga, Philip Dick, Franz Kafka, Julio Cortázar y Guy de Maupassant), II ( Juan Rulfo, Jorge Luis Borges y Marguerite Yourcenar), III (Horacio Quiroga, Franz Kafka y Julio Ramón Ribeyro), IV (Allan Poe, Saki y Óscar Wilde), V (Juan José Arreola, Guy de Maupassant y Roberto Arlt), VI (Rodolfo Walsh, Isaac Asimov y Franz Kafka), VII (Elías Jauregui Castro, Rodolfo Walsh y Andrés Neuman) y VIII (Raymond Carver, Alexandr Pushkin y Julio Ramón Ribeyro).
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