En «El mar en las cenizas», de José Alcaraz (Ediciones RIALP) encontramos el registro poético de una búsqueda personal y filosófica, que se manifiesta en versos aforísticos y una estética minimalista.
La búsqueda de la palabra para iluminar la oscuridad –o la desidia– parece el objetivo central de «El mar en las cenizas» de José Alcaraz (Accésit del Premio Adonais 2018). A través de una lectura que es sangre y es misterio nos invita a indagar en torno a temas cruciales de nuestra vida y nuestra experiencia. Un libro que conviene leer con pausas para interiorizar un fondo que no se desvela con facilidad.
Lo invisible que duele
En la poesía de José Alcaraz encontramos una insistencia sobre la herida. Pero a diferencia de la búsqueda rabiosa clásica en torno al dolor, que se hace desde la pérdida –donde lo que ya no existe es lo que da esencia a los versos–, en él la perspectiva está en lo que aparece cuando la pérdida se establece. Y en ese sentido creo que es un libro sobre las posibilidades de la ausencia, ese espacio de futuro nulo, porque aún desconocemos si existirá, si será bueno, si podremos abrazarlo, pero no podemos evitar esperarlo.
Esta mirada se esparce no sólo sobre la experiencia vital sino también en torno al oficio. Y la escritura se convierte en un mecanismo de reconocimiento interior para adquirir una comprensión compleja sobre el mundo, como llevar el dedo a la llaga para entender de qué forma es el dolor, y encontrar la forma de deshacerse de él.
Así, a lo largo de todo el poemario el dolor y la pérdida adquieren diversas formas y colores, y se vuelven guías contundentes a través de las cuales fluye una poesía llena de intriga. El lenguaje, mejor dicho, las palabras a las que se aferra Alcaraz, parecen tener todas un origen común en el vacío, y esto le otorga al libro un significado más poderoso: al vincularlo con el principio, con aquello de lo que están hechas todas las cosas y que, aunque podemos intuirlo nunca nombrarlo o aprehender todo su significado.
Poesía aforística y concreta
Encontramos entonces un lenguaje en apariencia concretísimo y que se vuelca como en pequeñas píldoras. Una poesía que parece beber del aforismo sin duda. Y sin embargo, un forma de mirar que parece estallar en palabras pero que en lugar de cerrarse sobre sí mismo se decanta por un remate más poético (si entendemos la poesía como espacio donde buscar preguntas, nunca respuestas). Así, sus versos que podríamos denominar más aforísticos, son los que concluyen de forma más abierta, contradiciendo las estructuras que se esperan de este tipo de sentencias y otorgando a su poesía un vuelo interesante.
Alcaraz juega con un lenguaje común pero que entronca con la más elevada tradición. Es posible que su vínculo con la edición y su trayectoria de editor le hayan servido para gestar una poética sólida que no necesita de ribetes para expresarse, que llama la atención desde lo pequeño. Una poética por otro lado, que se apoya en lo inerte, en lo viscoso, en lo que parece no funcionar, que se aferra a lo que el mundo deja a un costado y desde ahí, florece.
A lo largo de «El mar en las cenizas» tropezamos con el silencio, la soledad, la noche, la oscuridad y en ellos — símbolos que tienen ya su voz en la poesía– descubrimos una visión cercana de lo cotidiano, como algo insólito, y desde una visión que apuesta por lo lumínico. El juego de contradicciones y opuestos es seguramente uno de los rasgos más significativos de este poemario, y Alcaraz sabe trabajarlo con sumo cuidado.
Sobrevivir hasta la extinción
La poesía de Alcaraz se alimenta de objetos y elementos que parecen muy íntimos. Pero la intimidad nunca llega a rebelarse del todo, y permite gracias a ello que se geste una transferencia de las palabras a lo íntimo en el que lee; una de las peculiaridades de la poesía que más admiro y que me ha gustado mucho de este libro.
Y no quiero dejarme fuera cómo en esta lectura se intuye la búsqueda de luz pese a que el punto de partida sea una escena un tanto pesimista; como si siempre la poesía obligara a la esperanza. Ese convencimiento subterfugio de que tiene que haber luz debajo de las rocas es lo que sostiene la voz en «El mar en las cenizas». El poeta tiene –o siente– la certeza al cerrar el cuaderno, de que aunque al caer la tarde o al extinguirse nuestra especie, lo que quede sea nada, algo que las palabras (ya inexistentes) no podrán describir, no hay motivos para no escribir. Esa luz que es una supervivencia que nos sostiene atraviesa el poemario y lo vuelve luminoso.
Y ese sobrevivir, es búsqueda interior, pero también literaria. Tiene como objetivo la idealización de lo que no existe como faro y el deseo de construir un pequeño espacio de supervivencia donde la palabra, el amor, la cercanía con los otros, sirva de puente hacia el autorreconocimiento.
«El mar en las cenizas» es un poemario sólido; escrito con buen gusto y que apuesta por la poética de lo mínimo. Una lectura donde hay mucho más de lo que se dice, y es algo que habita en nosotros. Volver a las preguntas filosóficas del principio es seguramente la mejor forma de vivir, y de escribir.
EL MAR EN LAS CENIZAS
José Alcaraz
Accésit del Premio Adonais 2018
Ediciones RIALP
978-84-321-5091-3
80 páginas
10,00 €
Comentarios1
Simplemente maravilloso
Muchas gracias por tu lectura. Ojalá que te haya inspirado a leerlo. 🙂 Un abrazo.
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