En este año 2011 se está celebrando y se celebrará el centenario de un amplio conjunto de obras que, de un modo u otro, dejaron una honda impronta en la historia de la literatura universal. Unas lo hicieron por sí mismas y otras, de manera fundamental, gracias a sus autores.
Estos dos citados factores (libro y escritor) fueron los que encumbraron como obra maestra a El árbol de la ciencia de Pío Baroja. En 1911, de ahí que ahora se celebren sus cien años, fue cuando se publicó esta novela del mencionado escritor vasco. En ella plasmó a las perfección algunas de las principales señas de identidad que caracterizaban a la literaria Generación del 98 a la que pertenecía: el cosmopolitismo, el hastío, la incertidumbre ante el futuro…
El estudiante de medicina Andrés Hurtado es el protagonista de este relato que se divide claramente en dos partes. En la primera, se muestra la vida del joven en sus años de facultad en un Madrid, de finales del siglo XIX, con ciertos toques burgueses.
Mientras, en la segunda, se cuenta la vida de Hurtado ejerciendo como médico en un pequeño pueblo, donde el caciquismo es la nota predominante, y su posterior regreso a la capital de España.
Unamuno y Valle-Inclán
También a la citada generación literaria perteneció Miguel de Unamuno y Jugo que este año 2011 ve como se festejan los cien años de la publicación de su libro titulado Por tierras de Portugal y España. Un ensayo donde el escritor reúne una serie de artículos, realizados entre 1906 y 1909, en los que analiza ambos países a través de áreas como la cultura y lo hace gracias a los viajes que realizó por ambos.
Ciertas reminiscencias de aquel movimiento literario mencionado tuvo Ramón María del Valle-Inclán en sus últimos trabajos. No obstante, él estaba enclavado en el Modernismo y consiguió convertirse en uno de los autores más insignes de la literatura española del siglo XX.
Un hecho que ya de por sí dotó de importancia a la obra de teatro que estrenó en 1911: Voces de Gesta. En verso estaba escrita esta en la que se narran las vicisitudes del Rey Carlino y de la pastora Ginebra.
Aniversario infantil
Uno de los libros más universales de la literatura, cuyos personajes han pasado de generación a generación haciendo disfrutar a los lectores de un sinfín de aventuras también vio la luz hace ahora un siglo: Peter Pan y Wendy. El escocés James Barrie fue el que ideó el mundo de fantasía en el que vivía el niño que no quería crecer.
Y lo hizo tomando como modelos a los hijos de una familia amiga, los Llewelyn Davies.
Así desde entonces el País de Nunca Jamás y los Niños Perdidos ocupan un lugar de honor dentro de la literatura infantil al igual que otros personajes como Campanilla o el Capitán Hook.
La última obra a la que vamos a hacer referencia y que va a celebrar su centenario es Relatos de los mares del Sur. El estadounidense Jack London es el autor de este trabajo donde se recogen sus experiencias durante los viajes que realizó por la Polinesia entre los años 1907 y 1909.
Una interesante publicación donde se abordan valores tales como la ética, la tradición, la violencia o el instinto de supervivencia.
Cien años son los que cumplen estos libros que a pesar de ese siglo de vida siguen manteniendo la frescura de estilo y la calidad literaria que, a día de hoy, les mantiene con letras de oro en la historia de las letras.
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