Uno de los autores más importantes del periodo conocido como Siglo de Oro español es, sin duda alguna, Pedro Calderón de la Barca. Él cultivó varios géneros y todos con gran soltura y calidad, no obstante, quizás el legado más interesante que nos ha otorgado ha sido el conjunto de trabajos teatrales que llegó a realizar.
Se trata de obras muy divertidas, en muchos casos con una “moraleja” detrás, que consiguieron entretener a sus contemporáneos y que aún hoy logran sacarnos una sonrisa cuando las leemos o cuando asistimos a alguna de sus representaciones.
Un claro ejemplo de ello es la comedia que lleva por título Amor, honor y poder. En el año 1623 fue cuando se produjo, en el viejo Teatro Alcázar de Madrid, la puesta en escena por primera vez de aquella.
La citada gira en torno al amor que surge entre el rey Eduardo III de Inglaterra y la condesa de Salveric. Una relación que se inicia a partir de un acontecimiento fortuito: la salvación de la hermana del monarca (Infanta Flérida) por parte del Conde de Salveric cuando su caballo estaba a punto de despeñarse.
Este hecho será el que se establezcan dos relaciones apasionadas y enamoradas: por un lado, la del mencionado conde y la joven que estuvo a punto de morir; y por otro lado, la del rey y la hermana de aquel (Estela).
La comicidad del amor
Otra de las comedias más divertidas e interesantes de cuantas salieron de la pluma del madrileño Pedro Calderón de la Barca es la que lleva por título La dama duende. En el año 1629 fue cuando escribió aquella que se encuentra enmarcada dentro del conocido género de capa y espada.
Amores, ruptura de las convicciones sociales y tramas entrelazadas que dan lugar a situaciones disparatadas son las que dan forma a esta mencionada obra que tiene como protagonista irremediable a doña Ángela. Esta es una mujer que se encuentra constantemente vigilada por sus dos hermanos varones.
Sin embargo, ese control no le quitará de la cabeza el vivir una relación de amor con Don Manuel. De ahí que aquella desarrolle todo un singular plan para poder comunicarse con su enamorado de una forma misteriosa y absolutamente curiosa que, sin duda alguna, consigue despertar las risas del público o del lector, según sea el caso.
La tercera comedia que queremos darte a conocer de este autor del Siglo de Oro Español es No hay burlas con el amor, donde aquel desarrolla también una serie de situaciones entretejidas que dan lugar a una obra ágil, desenfadada y divertida a partes iguales.
En este caso, se nos cuenta la historia de Don Juan de Mendoza, un guapo hombre que intenta por todos los medios conseguir la atención de la bella Doña Leonor. Para lograrlo, y dado el férreo control al que aquella está sometida, decide pedir ayuda a su amigo Don Alonso de Luna, un célebre conquistador.
Este personaje, al que ninguna mujer se resiste, lo que hace para apoyar al protagonista, es llevar a cabo la conquista de doña Beatriz, la estricta hermana de Leonor y la que se encarga de vigilarla en todo momento para evitar que caiga en las manos de un engatusador caballero.
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