¿Cómo hacer que nuestro tiempo rinda al escribir?

Existe una frase que repetimos desde muy pequeños que dice «el tiempo es oro«. Sin embargo, muchos intelectuales se han opuesto a esta forma de entender el paso de las horas, los días y los años.

José Luis Sampedro, por ejemplo, decía que el tiempo no es oro ya que no vale nada, que deberíamos decir mejor «el tiempo es vida«. Y nuestra vida consiste en familiarizarnos con una rutina con la cual nos sentimos felices. Pero ¿realmente aprovechamos todo lo que quisiéramos el tiempo del que disponemos?

Este artículo va enfocado hacia quienes se dedican a trabajar como blogueros o redactores y sienten que no hacen lo suficiente por aprovechar el tiempo, aunque también quisiera que le ayudara a cualquiera que tiene problemas para capitalizar el tiempo. ¡Allá vamos!

El valor de las riquezas

El dicho «El tiempo es oro» sirve para expresar que en la medida en la que sepamos distribuir nuestras actividades, gozaremos de una mayor riqueza. Es decir, que si somos capaces de aprovechar cada segundo de nuestra vida en hacer algo productivo, estaremos consiguiendo riqueza. Por tanto, el tiempo termina contabilizándose en base a la riqueza.

Nuestro problema es que entendemos la riqueza como «dinero», «poder», «bienes», «etc», pero en realidad existen distintos tipos de riqueza.

Un joven que va a la escuela e invierte muchas horas de su día en aprender, está obteniendo riqueza intelectual. Esa inversión vale no por el dinero que podrá obtener en el futuro con sus conocimientos, sino por lo que ese momento le está dando en conocimientos y sabiduría.

El tiempo de un aspirante a escritor, que dedica años de su vida a escribir una novela, no vale oro por la cantidad (generalmente poquísimo, por cierto) de dinero que obtendrá por la venta de dicho libro, sino por toda la riqueza intelectual y emocional que nos ofrece la actividad creativa.

Y así, podríamos enumerar todas las actividades que de algún modo u otro nos permiten ganar. Si somos precisos, cualquier actividad puede brindarnos algún tipo de riqueza; sin embargo, no todas son las ideales para nosotros, depende de aquello que esperemos de nosotros y de nuestra vida.

Perder el tiempo

Y en este punto reside posiblemente uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos. ¿Por qué perdemos el tiempo? Ante esta pregunta pueden surgir cientos de respuestas.

La más común y menos aceptada a la vez: porque tenemos mucho miedo a enfrentarnos a nosotros mismos, a lo que nos hace bien, porque tememos que entregarnos de verdad a lo único que puede hacernos felices puede alejarnos rotundamente del mundo.

Y esto supongo que, para algunos más que para otros, es uno de los conflictos que enfrenta todo apasionado de las letras. Vivimos deseando que llegue nuestro tiempo libre para entregarnos desaforadamente a una lectura que venimos deseando ansiosamente o para sentarnos de una vez a escribir esa historia que venimos maquinando desde hace días.

Y, cuando llega nuestro tiempo PROPIO, tenemos que escoger entre recluirnos en la tranquilidad de nuestra casa para ponernos manos a la obra o irnos a pasear, a ver amigos, a ver una película que ponen en el cine, etc. Debemos saber tres cosas. En primer lugar, que siempre existirán razones para salir; en segundo, gente que nos empujará a hacerlo; y en tercer lugar, que la tarea de escribir no se realiza en tiempo libre sino en tiempo invertido. Es decir, exige dejar de lado muchas otras actividades, que pueden resultar atractivas, por una que realmente es la que nos completa, escribir.

Recientemente Andrés Neuman dijo en una entrevista que en vez de preguntarnos si un escritor nace o se hace, deberíamos ver cómo se hace el escritor que nace. Y esa respuesta la tenemos únicamente nosotros; radica fundamentalmente en quiénes somos y en lo que deseamos ser. Y para obtener resultados lo primero que debemos hacer es capitalizar nuestro tiempo.

Ser bloguero/a y no morir en el intento

Intuyo que antiguamente los escritores no perdían tanto el tiempo. No existía Internet con sus divertimentos y sus innumerables opciones para malgastar las horas y, de alguna manera, se podían enfocar en lo único que les importaba: escribir.

Ahora, las nuevas tecnologías nos abren un mundo de posibilidades: herramientas, entretenimientos, comunicación, etc. Por eso, saber escoger lo bueno que este servicio tiene para nosotros es seguramente actuar de forma inteligente y comprender la magnitud de lo que tenemos ante nuestros ojos. De lo contrario, lo que tendremos serán horas, días, meses y años, matando (literalmente hablando) el tiempo frente al ordenador sin obtener más que menos tiempo a cambio.

Cuando comencé a trabajar como bloguera el tiempo no me rendía. Me pasaba muchas horas buscando información que después no canalizaba y que terminaba perdiendo. Es cierto que todo conocimiento es útil, sin embargo para que una información se convierta en conocimiento es necesario prestarle la suficiente atención y realizar un proceso de interiorización.

Si nos pasamos el día frente a la pantalla consumiendo todo tipo de contenido y no nos sentamos a discernir lo que realmente es útil de lo que no, terminaremos con un matete en la cabeza que podrá con nosotros. Y terminaremos el día, habiendo hecho tan solo lo justo de nuestro trabajo (con suerte) y teniendo un montón de ideas sueltas en la cabeza que no terminan de aferrarse. Por eso, ahora y más que nunca, organizarse es fundamental.

El paso del tiempo y nosotros

Es un hecho, el paso del tiempo nos preocupa. A continuación te dejamos una lista de consejos que pueden serte de utilidad para aprender a distribuir mejor tu tiempo en las actividades que te gustan y disponer todavía de un extra para disfrutar.

Y ¿cómo hacerlo? En primer lugar debemos aprender a administrar nuestro tiempo. Es decir saber para qué cosas lo invertimos y por cuánto tiempo. De este modo, si tenemos que realizar un determinado trabajo, lo ideal es que sepamos cuánto tiempo dedicaremos a investigar y recolectar información útil que pueda servirnos para el mismo y cuánto para el proceso creativo. En algunos casos, llevar un calendario con las actividades suele ser de muchísima utilidad.

En segundo lugar debemos priorizar. Esto significa, realizar primero aquellas tareas que no requieran una gran concentración, como recolectar artículos de interés para las labores de ese día. Y ocuparnos de aquellas tareas que requieren poco tiempo, para ir adaptándonos al nuevo día de trabajo.

En tercero, potenciar nuestro tiempo productivo. Si trabajamos en las horas en las que sabemos que somos más productivos, el tiempo nos cundirá el doble. Así lo que en tiempo de «distracción» tardamos dos horas en hacer, quizás podemos resolverlo en una o menos.

En lo que respecta a la elaboración de nuestros post, debemos concentrarnos e intentar ofrecer la mayor calidad posible. No se pide que los post sean perfectos; sabemos de hecho que no se puede encontrar un Pulitzer en páginas de extensión blogspot, sin embargo nuestra obligación es realizar la labor dando lo mejor de nosotros mismos. Así estaremos también haciendo buen uso de nuestro tiempo.

Por último, si nos armamos una rutina siguiendo estos consejos, podremos hacer que nuestro tiempo rinda mucho más y, por ende, conseguiremos que se capitalice en oro (más tiempo libre, más trabajo, más información útil en tu cabeza, más tiempo para tus proyectos personales).

Hay un proverbio africano que dice: «Vosotros, los europeos, tenéis los relojes, pero nosotros tenemos el tiempo«. ¡No dejemos que nuestro tiempo se consuma o sea de otros, hagamos con él lo mejor que podemos: aprovecharlo!