Conversaciones con Sartre es un libro publicado por John Gerassi, un editor del New York Time, donde aparecen detalladamente las cientos de entrevistas que éste le hizo al famoso filósofo, con idea de realizar una biografía de su vida. John era hijo de dos amigos íntimos de Sartre, de ahí su interés por el controversial pensador.
Gerassi ha dedicado gran parte de su vida a estudiar al filósofo francés y anteriormente ha publicado la obra «Jean-Paul Sartre: La conciencia odiada de su siglo«. En esta ocasión, Palmira Feixas presenta la traducción de estas conversaciones, que serán publicadas por la editorial Sexto Piso y llegará próximamente a las librerías. En dicha obra el autor habla de la muerte, de aquel año 1968 yotros temas importantes.
Breve biografía de Sartre
Jean-Paul Sartre nació el 21 de junio de 1905 en París. Fue un conocido filósofo, escritor, político y crítico literario francés del siglo XX. Además fue un estandarte primordial para la divulgación de la filosofía existencialista y el posterior marxismo humanista. En 1964 rechazó el Premio Nobel de Literatura objetando que si lo hacía debía dejar a un lado su labor intelectual ya que estaba convencido de que el desarrollo cultural y del hombre debía ejercerse fuera de las instituciones.
El eje de la investigación de Sartre es la comprensión de la existencia humana, fuera de las ideas ilusionistas. Intentaba encontrar un auténtico estado de existencia, al cual le dedicó gran parte de su vida.
Es uno de los intelectuales que más demostró hallarse involucrado en su labor, mostrando su solidaridad en acontecimientos históricos importantes del siglo, como la revolución cultura china y la cubana, la guerra civil española, el mayo francés y la segunda guerra mundial.
Sartre fue compañero durante años de Simone de Beauvoir, otra importante intelectual del siglo.
La libertad del ser humano
Para Sartre el ser humano es un ser libre y se halla condenado a escoger su destino. No existe una concepción previa, tales como la planteada por Rusell. El ser humano no nace malo o predispuesto a hacer el bien, «se hace» en base a una serie de estructuras y de vivencias que comprometen el desarrollo ideológico y cultural. Somos absolutamente responsables de lo que sea de nosotros. En esto consiste el principio fundamental del razonamiento de Sartre, «El hombre no es otra cosa que lo que él se hace«.
Otra de las cuestiones fundamentales de su teoría, y donde describe las diferencias entre los seres humanos y los objetos dice que la existencia precede a la esencia. La esencia implica la preconfiguración de algo, el pensarlo, el crearlo, la existencia es la concepción en sí misma. Como los seres humanos no hemos sido diseñados por alguien y no tenemos dentro condiciones que nos vuelvan malos o buenos por naturaleza; primero somos y nacemos libres, luego nos hacemos, nos volvemos buenos, malos, inocentes, pecadores, en base a las decisiones que vamos tomando al utilizar nuestra libertad. La esencia la construimos con nuestros actos y será aquello que nos defina como individuos.
Sartre fue un crítico rotundo del Stalinismo, así como también del socialismo de Estado, del cual dijo que se oponía a la libertad del individuo. En 1960 con su obra «Crítica de la razón dialéctica» intentó unificar el existencialismo y el marxismo, aunque dejando en evidencia muchos baches, exposiciones inconclusas que mostraron que su teoría hacía aguas en varios rincones.
Sartre ha dotado a la literatura de importantes obras, como «El infierno es el otro», «La náusea» y sobre todo su trilogía de «Los caminos de la libertad» donde se encuentran explicadas las bases del existencialismo desde un punto de vista práctico, ya no solamente teórico.
La muerte y la escritura
Para Sartre la literatura era una imitación de la vida y que mientras uno escribiera iba a vivir, la inmortalidad residía en el poner en palabras aquello que acudía a nuestras mentes. Escribir era lo que podía eliminar la conciencia de la soledad, la depresión, el rechazo.
Sin embargo iba más allá de eso, como la vida era una sucesión de rarezas la forma de escapar de la muerte era emprender proyectos, crear nuevas rarezas que continuaran esa existencia, así se eliminaba la presencia de la muerte a nuestro alrededor.
Pensar en la revolución
Como buen pensador en un tiempo revuelto no escapó Sartre al razonamiento de las ideas revolucionarias. Opinaba que el objetivo de acontecimientos de este tipo no era conseguir la felicidad sino la libertad; aseguraba que la gran diferencia que existe entre rebelión y revolución es que la primera no surge a partir la conciencia de la colectividad sino de la absoluta libertad, la segunda exige un espíritu de colectividad. Puede existir rebelión sin revolución, pero a veces la rebelión concluye en una revolución al unificar las razones que las motivan, al representar en esas ideas la ideología de todo un grupo social, sus aspiraciones y su lucha.
Por ejemplo, durante la revuelta de los estudiantes en 1968 la idea original era oponerse a las reformas educativas, buscar la libertad de sus acciones, sin embargo terminó convirtiéndose en una forma de rechazo al estado y una lucha de clases, donde los jóvenes amenazados por el paro eran la colectividad contra el Estado, entonces la revuelta se había convertido en una revolución.
Comentarios2
EXCELENTE ARTÍCULO:) GRACIAS
Excelente pensador , que rompe paradignas que aún permanecen enquistados
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