Howard Lovecraft es sin duda uno de los autores al que releo con más admiración. Su talento para fusionar misterio y horror psicológico sigue asombrándome y lo convierte en uno de los nombres que más recomiendo. De todas formas, Howard no surgió de la nada; antes de sus libros que conmoverían a tantos lectores, hubo otros autores que le conmovieron a él. Entre ellos no podemos dejar de citar a William Hope Hodgson de quien Lovecraft incluso ha escrito, citándolo como uno de los grandes maestros del terror. Y sólo hay que acercarse a la obra del autor de los «Mitos de Cthulhu» para encontrar constantes guiños a la obra de Hodgson.
Hoy he pensado en Hodgson y me he dado cuenta de que es uno de los que falta en nuestro nuestro desván de los libros perdidos. Así que aquí está. Lo rescatamos en su obra «La casa en el confín de la tierra». Espero que les guste.
Hodgson, un maestro de la ambientación
«La casa en el confín de la tierra» fue publicada por primera vez en 1908 y es una obra que no puede faltar en ninguna colección de terror que se precie de completa. Se trata de una novela, aunque por su estructura podría definirse más como cuento largo, en la que Hodgson nos ofrece lo mejor del género del terror fusionado con la fantasía; esa extraña fantasía que se ve tan nítida en las historias de Lovecraft ya había cobrado forma en la cabeza de William muchos años antes. Cabe mencionar que a este autor se lo considera el fundador de lo que se conoce como cuento materialista de terror.
Para muchos, incluido Lovecraft, «La casa en el confín de la tierra» es la obra máxima de Hodgson y donde el terror aparece con más intensidad. En ella podemos hallar de una forma rotunda el gran sello de Hodgson: atmósferas agobiantes donde el misterio es uno de los protagonistas principales. En este caso el misterio nos va llevando a través de páginas turbias donde la angustia nos oprime el pecho y provoca en nosotros la necesidad de continuar leyendo y leyendo.
Uno de los elementos que vuelve más auténtica la historia es la aparición de un manuscrito que nos rebela una verdad fehaciente e inexpugnable. Si bien este es un objeto-herramienta del que se valen muchísimos autores para otorgar veracidad a una realidad que se escapa de nuestros conocimientos y poder contarnos qué ocurre en esa realidad, en este caso es un elemento construido con muchísimo ingenio que nos va cautivando lentamente.
Otro elemento que colabora con la intensidad del texto y convence a los lectores es el relato en primera persona y el monólogo interior, dos formas que encuentra Hodgson de llevarnos a nuestros propios abismos e impedirnos ver con claridad; lo cual tiene en nosotros el mismo efecto que el ambiente tenebroso: la necesidad de continuar con la lectura.
Lo que habita más allá de la realidad
La historia transcurre en una casa inmensa en una zona desolada de Irlanda donde tiene lugar un encuentro entre entidades que no pertenecen a este mundo y donde ocurren toda serie de acontecimientos extraños. Un inmenso abismo se abre tras los quicios de las puertas donde habita algo demoníaco y difícil de definir.
El misterio entra en esta historia a través de un extraño manuscrito. Dos jóvenes llegan a este caserón y mientras lo recorren se encuentran con este texto, escrito por alguien que se autodenomina «el recluso» y que va narrando sus experiencias en esa casa. Dichos sucesos no son para nada tranquilizantes: ha visto toda serie de criaturas y ha percibido el peso demoníaco de lo que habita más allá del universo. Además ‘el recluso’ narra una serie de viajes a través del tiempo que terminan con la destrucción del sistema solar unos miles de años más tarde del tiempo en que viven los dos muchachos. Se trata de un texto oscuro que nos permite abordar el germen de todo el horror cósmico.
En ese lugar aparece el narrador, cuyo espíritu se encuentra trastornado, interesado en conocer lo que habita en otras realidades. A grandes rasgos la historia se centra en eso: en esa extraña fascinación que sentimos por los hechos sobre naturales y la inmensa dificultad que constituye el rozar con nuestros dedos esa extraña realidad.
A medida que leen los jóvenes van conociendo a esas extrañas criaturas que agobiaban a los antiguos moradores, el narrador y su hermana. Una serie de hechos macabros que van desarrollándose cada vez con más asiduidad y aumentando la violencia cuanto más tiempo pasa.
Los dos jóvenes se ven envueltos en una historia llena de intriga que los cambiará para siempre. Y habiendo contado todo esto estoy segura que muchos de ustedes ya la habrán incluido en la lista de libros a leer en un futuro próximo. ¿Me equivoco?
William Hope Hodgson es un autor al que todos deberíamos conocer; sobre todo aquellos que amamos a Lovecraft. Como ven, no podía faltar en nuestro desván de los libros perdidos. ¿Se animan a darle una oportunidad?
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