Al movimiento literario conocido como la Nueva narrativa chilena de los 90 pertenece el escritor Jaime Collyer, ganador de numerosos galardones, tales como el Premio del Consejo Nacional del Libro o el Premio Altazor. Se trata de una pluma que se ha convertido en un referente dentro y fuera de sus país tanto por sus ensayos como por sus relatos o sus novelas.
En este caso, queremos centrarse en ese último tipo de obras, que le han llevado a ser calificado por la prestigiosa publicación “The New York Times” como “un narrador nato”.
Si aún no has tenido la oportunidad de disfrutar de ninguna de las que ha realizado hasta el momento, te recomendamos que comiences por estas:
Fulgor
En el año 2011 vio la luz esta obra, que gira en torno a la figura de Nicolás Fonseca. Este es un hombre que está sufriendo uno de los peores momentos personales de su vida, debido al mal estado de la relación con su mujer y también a que, tras una intervención, su virilidad se ha visto seriamente perjudicada.
Por todo eso, decide aislarse del mundo y para ello acepta un trabajo en la montaña, en un observatorio de un centro de esquí donde lo único que tiene que hacer es llevar a cabo la medición diaria de las temperaturas.
Su vida allí será relajada, tranquila y sin ninguna compañía, salvo la de un perro perdido. Sin embargo, todo cambiará en el momento que una noche perciba un fulgor en el cielo que nadie más ha visto y que no ha sido registrado por ningún aparato. Eso hará que su rutina cambie de manera repentina.
El infiltrado
Sin lugar a dudas, una de las mejores novelas que ha realizado hasta el momento el escritor chileno Jaime Collyer es esta, que se publicó en el año 1989 y que recibió años después el Premio Grinzane Cavour.
Se trata de una obra enmarcada dentro del género policíaco y negro que ha pasado a ser considerada un referente dentro de la literatura del país sudamericano. Y es que se determina que su autor con la misma dio una vuelta de tuerca a ese tipo de obras. ¿Por qué? Básicamente porque en esa el protagonista viene a narrar su historia convirtiéndola en lo que es la confesión de un culpable.
El habitante del cielo
2002 fue, por su parte, el año elegido por esta pluma para publicar una narración que nos sirve para conocer a fondo la efervescencia cultural y artística que vive Europa durante el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y principios del XX.
Eso nos lo muestra al lector a través de la figura del protagonista, György Nagy, que vive en un pequeño pueblo de Hungría y que tiene un sueño: volar. Por eso, no dudará en trabajar a fondo por encontrar el dispositivo que le permita hacer realidad lo que siempre ha imaginado y que le haría convertirse en una persona importante dentro de la historia.
¿Te resultan atractivas estas obras?
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