En el ámbito de la docencia y en el del cine, donde ha trabajado como guionista en Hollywood, es donde más ha peso ha tenido a lo largo de su carrera el español J.L. Rod. No obstante, en los últimos años también ha decidido dar el gran salto a la literatura y así ha sido como ha dado forma a varios trabajos que, poco a poco, se están convirtiendo en un referente para multitud de lectores. En concreto, para los apasionados del mundo del espionaje, porque es ahí donde se enmarcan sus libros.
Por el momento, estas son las dos narraciones que han salido de su pluma y que han conseguido convencer a público y crítica:
La suerte de los irlandeses
En el año 2014 fue cuando vio la luz esta novela, que toma como protagonista a Pat MacMillan, un investigador peculiar donde los haya pues se identifica por tener un carácter incorrecto cuanto menos, aunque eso no menoscaba para nada su profesionalidad, todo lo contrario.
Trabaja en un departamento del CNI (Centro Nacional de Investigaciones) de España y se encarga de hacerle frente a casos y situaciones realmente complejas y que muy pocos serían capaces de aceptar. Casos como el que se le presenta concretamente en Nochebuena, justo cuando está a punto de marcharse de vacaciones.
Sus jefes se ponen en contacto con él y le explican que le han elegido para llevar a cabo una misión realmente complicada y de la que depende el futuro del centro. En concreto, debe descubrir quién de sus compañeros es en realidad un infiltrado de la banda terrorista ETA y, posteriormente, detenerlo antes de que pueda utilizar la información que ha obtenido en beneficio de dicha organización.
Así será como deberá comenzar a poner en su punto de mira a quienes a diario trabajan con él codo con codo, cualquiera puede ser el topo, incluso el que menos se espere.
Mañana es otro mundo
En 2015 fue, sin embargo, cuando J.L. Rod procedió a presentar esta otra novela de espionaje, que vuelve a tener como personaje central al citado investigador Pat MacMillan. En este caso, se nos cuenta que ha procedido a abandonar el CNI y que ha optado por llevar una vida mucho más tranquila, alejada de todos los peligros en los que siempre se ha visto envuelto.
Así, se ha marchado a vivir a un pequeño pueblo en la costa de Cádiz, donde se dedica a cuidar su huerto, a vigilar a sus perros y, en ocasiones muy puntuales, a ejercer como detective en casos sin demasiado enjundia. Sin embargo, todo cambiará cuando le llegue a las manos un caso realmente importante y complejo.
En concreto, recibe la visita de la señora Donnelly, que pertenece a una de las sagas familiares más importantes de Andalucía en cuanto a la elaboración de vinos. Se trata de una elegante y educada mujer que le pide, por favor, que resuelva un misterio que la atormenta: el salvaje asesinato de su hija, Nora, unos años atrás.
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