En este artículo podrás encontrar información acerca de Marta Rivera de la Cruz, algunas de sus ideas extraídas de entrevistas, y curiosidades acerca de la forma en la que esta escritora, nacida en Lugo, encara la literatura.
Una obra sobre la verdadera amistad
«La vida después» es la última novela de Marta Rivera de la Cruz. Narra la historia de la amistad entre una mujer y un hombre, que reivindica las verdaderas relaciones entre amigos y desfrivoliza esta palabra. Además, con esta obra Marta asegura que la relación entre un hombre y una mujer es posible. Entre Jan y Victoria hay una amistad de años, sumamente profunda y comprometida.
Es una obra llena de ternura, de amor, de complicidad, y contiene todos los ingredientes necesarios para comprender las interrelaciones humanas y apostar por la verdadera unión entre dos personas.
Pese a que la obra se hace conocer como «de personas que se quisieron pero no llegaron a amarse», creo más acertada decir que se trata de «dos personas que se amaron pero nunca llegaron a desearse».
La mejor novela es la que escribiré ahora
Marta Rivera de la Cruz está convencida de que, al igual que ella, la mayoría de los escritores se impulsan para seguir escribiendo convenciéndose de que la próxima será la mejor novela de su vida.
Puede que ella no crea haber escrito una gran novela, sin embargo, los lectores no piensan lo mismo, ni el jurado del Premio Planeta, quien en 2007 le concedió tan distinguido galardón en lo que a narrativa se refiere, por su obra «En tiempos de prodigio».
Autores que la inspiraron
Como los libros que uno lee lo influyen y condicionan significativamente en el desarrollo de su vida, conocer lo que ha motivado a nuestros escritores a escribir, los autores que los han ayudado a formarse, puede ayudar a entender aún más a estos autores. En el caso de Marta, son muchos los autores que la inspiraron para convertirse en escritora sobre todo los escritores pertenecientes al realismo francés, ruso y español, y, algunos autores del boom latinoamericano.
Marta escribe desde muy pequeña, sin embargo recién se atrevió a creer que podía escribir una novela a su paso por la universidad, donde estudió Comunicación Política.
Como nadie nace sabiéndolo todo, Marta cuenta que al principio le resultaba muy difícil dominar los diálogos, los veía demasiado falsos; sin embargo, con el correr del tiempo y la consecusión de ensayo-error fue moldeándolo.
Pese a que ahora se siente contenta con los diálogos de sus obras, dice que nunca hay que conformarse con algo, «hay que leer con un destornillador en la mano». Agrega que suele ayudar muchísimo a la hora de escribir, leer a otros escritores y al hallar algo que nos gusta o que creemos nos aportará algo significativo, desmenuzarlo para conseguir entender cuáles son los resortes que sostienen ese párrafo y que hacen posible que funcione.
Acerca de la inspiración
Con respecto a la ispiración Marta asegura que no cree tanto en este concepto, sino más bien en trabajar duro. Además cuenta que las buenas ideas se le ocurren cuando está trabajando, o sea que quedarse esperando que llegue no es una buena estrategia para ella.
A Marta no le gusta dar consejos a escritores pues considera que todos tenemos que escoger nuestro camino, andarlo a tientas y entender qué nos sirve y qué no; sin embargo, dice que para ser un buen escritor es irremediablemente necesario leer muchísimo, devorar todo lo que se tenga al alcance que sepan que es bueno, y sobre todo armarse de mucha paciencia pues esta profesión lo exige.
Algunos escritores aseguran que para ellos es más sencillo escribir cuando están atravesando un momento difícil, doloroso, pero Marta no lo ve así.
A veces las historias que se cuentan son tristes, otras alegres, a veces son una mezcla de ambos y lo mejor para escribir una buena obra es trabajar mucho y contar con una cierta serenidad espiritual, pues un equilibrio emocional es el ingrediente necesario para escribir bien.
Los best sellers pueden brindar oportunidades
Marta tiene las ideas muy claras, y a pesar de que no comparte la obsesión de los lectores de comprar obras por el sólo hecho de que estén de moda, asegura que los best sellers no todos son malos y que gracias a que existen libros que se venden muchísimo es que las editoriales pueden apostar por publicar otras obras menos rentables.
Dice que ella sabe que es necesario distinguir entre buenas obras y géneros que se ponen de moda, como la novela negra sueca.
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