Los hombres de setenta años ya están muy mayorcitos, y es lógico, es natural que necesiten ser motivados por las mujeres cuando la luna está roja y redonda en el firmamento.
Si usted se enamora, amable lectora, de un señor de siete décadas, sepa que él es un tronco donde todavía puede abrirse una orquídea aromada, sana y llena de rocío. Nuestra sociedad, muy marginadora, ciertamente, suele dejar de lado a los chicuelos de setenta. ¡Cuánto desconocimiento de la sabiduría, de la razón y de la luz del intelecto! La paciencia está en su manera de ser.
Ellos tienen derecho a amar, a sentir que la sangre cabalga en sus venas en busca del río, a tumbarse sobre las sábanas tibias y a entregar su respiración a la mujer amada. Me dirán que ya están muy mayores. Pero yo respondo que sus alas pueden desplegarse aún para volar encima de todas las estaciones desatadas sobre la faz de la Tierra.
Los hombres de sesenta son atractivos. ¿Notó usted, mientras los estuvo observando, qué bien les sienta ese pelo entrecano, aquella voz ronca entrelazada con el pasado de la nicotina?
Y te dicen: “Mi piba, mi pequeña, mi gorrión herido, si supieras -realmente- cuánto te quiero, te asustarías”.
Irreverentes, y a veces irónicos y desilusionados de las mujeres, van por el amor como van por sus propias vidas. Es que la historia del amor pretende ser siempre la historia de la felicidad. ¿Quién, ser humano, bolsa de carne, músculos y costillas, no desea amar con vehemencia y ser amado? ¿Quién no busca en las tardes frías, entregar el corazón y sentirse angelical, diabólicamente correspondido?
¿No te sientes tú, mujer, en algún momento de tu existencia, debilitándote en el pozo de tu soledad?
Pues así como tú te debilitas, también los hombres languidecen, solos como están, y esperan que alguien capte las señales de sus ojos melancólicos.
Sinceridad: los caballeros de sesenta tienen mucha experiencia y al mismo tiempo son niños. Se dejan guiar, dócilmente, por las manos tibias de una mujer de ojos negros y cabellera traspasada por la luz. Quieren ser llevados por ella a los territorios donde las palomas se arrullan, a la arena cubierta por un sol descalzo, a la amplia habitación invadida por ángeles.
“Mucho romanticismo para esta época, por favor…”, dirá alguna persona, con relación a las palabras que estoy escribiendo. “Pero qué es la vida sin amor, caramba”, respondo yo, y sé que no miento ni una pulgada. ¿Entonces, solo la báscula, las cifras y el porcentaje de colesteroles y triglicéridos tienen derecho a mandar en este mundo, de por sí ya demasiado materialista y por eso mismo inmoral? Pues no. Un millar de veces no.
Yo apuesto a las golondrinas, al brindis con vino hasta que se rompan las copas, a los boleros de antes, a la voz de Frank Sinatra, a las voces de “Los Beatles”, al atardecer que viene con sus luciérnagas para inventar el pueblo lejano y profundo de los amantes trasnochadores.
Los caballeros de cincuenta son un primor.
Ellos te miran desde un rinconcito de su ternura y te dicen con sus pestañeos las palabras mejores: “Aquí estoy, amor mío. Sálvame de esta soledad que me incendia noche y día. Yo amaré tu cuerpo centímetro por centímetro. Te contaré historias de mi niñez. Vieras tú lo salvaje que era y qué bien lideraba una pequeña infantería de mocosos traviesos e insolentes”.
Los chicos de cincuenta… Ya saben, me parece, lo que desean. Y poseen tanta experiencia.
No aburren, a menos que les dejes que te aburran. Y cuánto bien hace hablar: “Había una vez una medusa…”
La mujer olvida que con su chispa, con su ingenio, es capaz de avivar una conversación hasta las más altas horas de la noche.
En fin, hombres de setenta, sesenta y cincuenta años, escúchenme. Yo les digo que la vida recién empieza para ustedes. Que las puertas de la tristeza hay que echarlas a hachazos. Que la vida es linda cuando se mira a los hombros, a las flores abiertas de una mujer enamorada.
Escrito por Delfina Acosta en el Suplemento Cultural del diario ABC (Paraguay)
Comentarios13
cuanta verdad hay en sus palabras es creo que es por esas grandes cosas que a mi me llaman mucho la atencion los hombres mayores grasias por hablar asi de ellos yo sabia que tenian un no se que que me enloquese cuando los veo y me hace pensar que con ellos si se puede ser feliz.
Un excelente texto.
Nada que si es cierto que en el amor no hay edades y que la vida de los humanos es además de todo tan insignificante (50, 60,70, 80 ó 100 años) pues que mas que una mujer blanca como la nieve y tan tierna como bañada en blanca leche de cabra se prenda de un digno hombre sediento de dar amor y con un corazón tan fresco como como la mañana.
A diario que me enamoro las flores son mis dulces predilectos.
a diario me enamoro yo también , de un hombre que reune las condiciones y el corazón como tú dices Delfina...
tienen ese no sé qué.... se dejan llevar por territorios de magia .... tienen de vuelta cierta alma de chicuelos que gusta enamorarse .... brindemos por quienes creen en el amor y sus posibilidades les mantienen abierto el corazón a cualquier edad....
Marisa Aragón Willner.
¡Wow! ¡Wow! sabe tengo una relación con una personita de cincuenta y tantos y es un amor no sabe me trata con una ternura, delicadeza vaya es un amor, es lo máximo ya que había mantenido relaciones con personas de mi edad y me aburría pero con esta persona que ando tiene todo a lo que usted hace referencia en el artículo.
considero que lo que la autora de este escrito afirma es una realidad palpable, los adultos mayores son individuos con una capacidad inmensa de sentir y vivir, de experimentar tantas cosas, tanto o mas como los mas jovenes...de hecho su experiencia los hace ser mas interesantes y les permite vivir a plenitud su sexualidad...felicitaciones a todos aquellos caballeros que llegan a los setenta con un espiritu de libertad y amor porpio, aceptandose como son y amando como en la juventud.
La vida es maravillosa .Se puede amar, a cualquier edad .El corazón sigue latiendo con fuerza,gozando como si fuera un ave en libertad. Segura de todo .Es apreciar , con otros valores a una caricia ,a una palabra, al caminar sin prisa tomados de la mano, a seguir aprendiendo cada día del otro.
Si toda la humanidad brindara amor, todo sería más hermoso.
Que bien...haced justicia a estos maduros caballeros que saben el secreto de la seducción, el tiempo,momento, intención de cada cosa.
Particularmente me parecen atractivos con esos pequeños surcos, estomagos algo distendidos, falta de cabello, y etc
Me pone en trance una mirada intena, una plática espontánea y sobre todo que a mis 40's me sienta tratada como una verdadera mujer cuando estoy en su compañía. Hono a quien honor merecen, amiga escritora: me encantan los hombres maduros.
Saber que exiten mujeres que no se van por el atractivo de la juventud, sino por el trato amable y respetuoso que los hombres de edad les sabemos prodigar, es reconfortante, como en mi caso , a los cincuenta me siento lleno de vida , iluciones y sueños por cumplir.Pero tambien de una pareja que me acompañe en el camino que me falte por recorrer en la vida.
muy bueno soy una persona mayor y me ha descrito tal y algo mejor despues de leerlo me he sentido mucho mejor con mejores brios gracias por dejarme leerlo de todo corazon
Definitivamente tienes mucho de cierto en el poema Delfina. Me gustó mucho aunque no estoy pasando por una situacion de tener una pareja mayor, o de ser yo el amante longevo 🙂 Tengo como conclucion: "que el cuerpo y alma golpeada y a la vez protagonista de unos decadas; tienen el mismo derecho de amar y ser amados sin distincion: ya sea raza, edad, religion, razon social, estatus moral, condicion sexual y otras variantes mas que son objeto del peso que hay en la balanza de los seres humanos.
Saludos
En efectivo, existen todas esas cualidades en una persona de tal edad; pero no solamente en ellas, yo soy un muchacho de 25 que tiene mucho en comun de mis estimados amigos, en cierta forma mas nutrido del alma, en esencial cuando se ha querido tanto, y haz vivido por felicidad de los demás, aprender amar a la vida , y sobre todo a una mujer es algo que se debe aprender desde temprano, lástima que no se pueden dar cuenta muchísimo, a los esperpentos de amantes, a los que ponen su felicidad por encima de la de los demás, en el cual llegan a ser pusilámines.
siento una "envidia sana" al leer los comentarios, en mi caso por lo que me toca a mi con un esposo de 52 años y casos de amigas y familiares , en realidad solo por un tiempito es entretenido porque los viejos son zorros,la saben por libro pero con el tiempo se van conviertiendo en un cacho, a mi me tocó álguien aburrido , sin tema, nada de romántico, por lo tanto he vivido soñando ... y teniendo que disfrutar la vida como puedo pero sin contar con el. en todo caso les deseo lo mejor a aquellos que si son diferentes y que a pesar de la edad y las dificultades saben vivir lavida intensamente, a vece soloun mirada especial,diferente basta pero yo no he visto nada asi.
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