Consejos para una obra ambientada en la Edad Media

Aunque cada autor encara la escritura de la forma en la que quiere, como le va surgiendo y como cree que debe hacerlo, algunos consejitos nunca están de más; así que aquí les dejo algunos que pueden resultarles útiles a la hora de escribir una historia ambientada en la Edad Media. Espero que les guste.

¿Realidad o fantasía?

En primer lugar debemos tener bien claro el tipo de historia que narraremos. Si ésta es realista, deberemos documentarnos mucho acerca de cómo eran los lugares en el siglo XV para conseguir crear un ambiente propicio y que responda a la realidad.

Si en cambio buscamos crear un universo fantástico, entonces nos puede servir basarnos en los datos que existen de cómo eran los edificios, puentes, vehículos y ambientes en la Edad Media para conseguir a partir de ahí crear nuestro propio espacio, nuestras construcciones.

Es importante señalar que si buscamos presentar un mundo desconocido, que el lector no podrá encontrar en ningún otro libro, debemos ofrecer la mayor cantidad de datos posible a fin de que al leer, pueda imaginarse el espacio como lo hemos hecho nosotros, para que tenga a qué aferrarse.

Para ello debemos realizar previamente una clara descripción (aunque no aparezca en el libro) del lugar, el tipo de gobierno, relaciones sociales, comida, entretenimiento, historia, en fin todo aquello que afecta al comportamiento y a la puesta en escena.

Escoger el escenario

Es común encontrarse que siempre las historias de estas épocas se encuentran situadas en escenarios comunes tales como castillos, cuevas o bosques, sin embargo debemos saber que existen cientos de posibilidades escénicas en este ambiente, como los hay en nuestra realidad.

Para internarnos de lleno en esa etapa de la historia que nos parece tan ajena, lo ideal es leer mucho tanto libros de historia como novelas, escuchar música de esa época, ver pinturas, etc. En definitiva, empaparse de todo aquello que ha quedado de ese período, a fin de poder sentirlo familiar y construir a partir de ahí.

Sería ideal despertarnos una mañana creyendo que hemos utilizado una máquina del tiempo y nos encontramos en otra era; aunque les recomiendo que si les sucede esto no lo comenten mucho. 😉

Lo importante es que sepamos que el universo medieval nos ofrece muchísimas posibilidades para nuestros escenarios, algunos de ellos pueden ser: una casona, un barco inmenso propio del período, caminos rocosos, iglesias, abadías, atalayas, alcázares, etc… Miren cuántos han surgido en tan sólo un párrafo.

Una vez que ya tenemos el escenario escogido, lo que debemos hacer es pensar en cómo se encuentra, cuándo fue construido, imaginar su desgaste, el cual puede ser más o menos grave si hubo alguna guerra en las inmediaciones… Es decir que debemos imaginarnos todo lo que ha ocurrido en esa tierra en las últimas décadas. Esto nos servirá muchísimo para ofrecer un espacio realista, imperfecto, es decir: vivo y vulnerable al paso del tiempo.

Personajes adecuados

En lo que respecta a los personajes,debemos internarnos en la realidad del siglo XV, en el día a día de entonces, intentar comprender los roles que cada persona tenía en un grupo de acuerdo a su género y clase social y a partir de entonces construir la historia. Si fallamos en esto, la historia fallará en lo más importante, posiblemente.

También es necesario informarse acerca de las profesiones medievales; tener en cuenta que de acuerdo a la clase social a la que un individuo perteneciera realizaría una u otra, al igual que no realizaría las mismas tareas si fuera hombre o mujer.

Además, es importante tener presente que en la Edad Media existían muchísimas leyendas que se creían como ciertas en el pueblo, por lo que un cierto atisbo de fantasía en la historia podría considerarse como normal, sin llevar a la obra a los confines de la fantasía propiamente dicha.

Por ejemplo, eran comunes las historias donde aparecían seres mágicos, como hadas, duendes, minotauros o divinidades de algún tipo; estos seres formaban parte de las creencias populares y se les consideraba importantes y reales; por esto, introducirlos en una historia ambientada en esa época podría ser absolutamente acertado, aún si no se desea contar una historia fantástica.

Algunos términos utilizados en la Literatura Medieval

Por último conviene estar informados acerca de ciertos términos propios de la literatura medieval, aquí te presentamos algunos de ellos que pueden servirte o ayudarte para la historia que tienes entre manos.

Las Artes Arcanas eran la hechicería y la magia, aquellas relacionadas con rituales y ceremonias que invocaran a las fuerzas del inframundo.

Un bestiario era un libro en el cual aparecían descritas las características de los seres fantásticos, la mayoría de ellos tenían formas o caracteres animales y estaban íntimamente relacionados con símbolos de la mitología o las reglas morales del pueblo.

Los Celtiberos eran un pueblo de origen celta que suele aparecer en las historias medievales. Se dedicaban a la caza y a la ganadería y tenían una religión druídica en la que abundaban los rituales celtas y sus deidades principales eran Lug, Epona, Matres y Sucellus.

La Heráldica era una ciencia que estudiaba el escudo de armas y los blasones y buscaba la historia de la familia a la que pertenecía. Gracias a esta labor es que al día de hoy se tienen muchos conocimientos acerca de las diferentes familias de la Edad Media.

Por último un Aquelarre era una reunión en la que coincidían varios brujos e invocaban al demonio que se manifestaba a través de un macho cabrío. Se realizaban por la noche y quienes participaban eran aficionados a la magia negra.