Hoy vamos a ver otra obra que hemos rescatado del desván; espero que les guste. No es una novela desconocida para nada; de hecho en su momento fue muy importante para la literatura y para su autora, Carson McCullers, quien la escribió con tan sólo veintitrés años. Sin embargo, con el correr de los años creo que se la ha ido olvidando, quedando relegada a la región de la biblioteca donde se guardan los libros de culto, por eso he querido volver a ella.
Una obra sobre desposeídos y solitarios
«El corazón es un cazador solitario» es una historia que tiene lugar en una ciudad pequeña del sur de Estados Unidos y se centra en la vida de un grupo de personajes marginados y solitarios. Entre ellos uno de los papeles protagónicos lo tiene el sordomudo John Singer, que vive la discriminación de cerca y se siente perdidamente solo en un mundo que avanza mientras él se queda mirando por la ventana. Este personaje sin duda presenta un trabajo extraordinario de la autora y es una de las razones por las que vale la pena leer este libro.
Carson no es una autora más; es una brillante narradora que ha sido elogiada por muchísimos grandes autores entre los que se encuentra Graham Greene, quien dijo que ella y Faulkner eran los únicos autores, después de Lawrence, con una clara sensibilidad poética.
En la entrevista de ayer de Tizón nos decía que escribir es defender la soledad en la que se está, citaba a María Zambrano. En esta obra sin duda Carson hace un recuento de las muchas formas que puede adquirir la soledad en el mundo. Es probable que para escribir semejante obra de arte Carson debió de haber tenido una infancia solitaria y rodeada de crueldad.
También en este libro hay personajes que se sienten tan profundamente heridos y para quienes la única forma de remar contra la tristeza es aferrarse a sus propias esclavitudes; a sus miedos, que no soportan, pero en los que se sienten a gusto porque es lo único que conocen.
Es una obra contundente en la que se dejan en evidencia los embustes de nuestra especie, nuestras miserias y, sobre todo, la infinita soledad que nos acecha a todos.
La naturaleza de Carson McCullers
Llamándose Lula -como mi hermana canina- no puedo imaginármela poco aguerrida. Y no lo era. Lula Carson Smith nació en Georgia en 1917 y se hizo conocida bajo el nombre de Carson McCullers. Se la considera una de las escritoras más brillantes de su generación. Y sinceramente, es una autora que, si no la conocen, los deslumbrará.
Lo interesante de Carsson es la forma en la que cuenta; porque profundiza en torno a las sensaciones de aislamiento pero no parece querer dar un mensaje, más bien contar. Y eso creo es una de las cosas más difíciles de conseguir en la literatura y la más comprometida. Porque ¿acaso no es más difícil no decir que opinar?
Según podemos encontrarlo en la mayoría de sus biografías, Cullers se entregó a la escritura al casarse con Reeves McCullers, un soldado aficionado a las letras; ¿significa esto que de no haberlo conocido ella nunca habría escrito? Posiblemente no, aunque nunca lo sabremos; los encuentros casuales en la vida suelen condicionar aquello en lo que nos convertimos. Sea como sea ambos, Carson y Reeves, se fueron a estudiar juntos a la Universidad. Así comenzaron las andanzas de esta joven en el mundo literario, que la llevarán más tarde a conocer a Erika y Klaus Mann, W. H. Auden y Annemarie Schwarzenbach, con quien se dice que mantuvo una relación amorosa, y a pararse firme en el mundo de las letras americanas.
No obstante, la naturaleza de Carson era enfermiza, tal es así que a partir de los años cuarenta sufrió constantes recaídas, de una enfermedad que la había acechado en la infancia y se resistía a abandonarla. Durante sus últimos años sufrió de dolores muy fuertes que le quitaron la movilidad. Falleció a los 50 años en un hospital de New York.
Entre sus obras conocidas se encuentran la que acabo de describir, «Reflejos en un ojo dorado» y «La balada del café triste». Entre los temas que ha explorado Carson cabe mencionar el adulterio, la homosexualidad y, principalmente, el racismo.
Antes de terminar quiero citar una frase que me parece muy apropiada para describir la esencia de esta obra.
Comentarios1
Había oído hablar de él muy bien. Como tantos otros se quedó en el lugar que se guardan los proyectos olvidados. Tras tu reseña, trataré de leerlo.
Gracias por traernos al presente tan valiosas joyas.
Un abrazo, Tes.
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