«Corazón», de Edmundo de Amicis

Cuando era niña mis historias favoritas incluían niños huérfanos y, a ser posible, maltratados y viviendo en orfanatos de mala muerte. Sí, lo reconozco, habiéndome nutrido de ese tipo de historias, qué clase de perspectiva luminosa puede tener la vida, ¿No? Lo cierto es que no elegimos aquello que nos conmueve, es algo que simplemente se da y que nos va llevando.

Entre todas esas historias que me conmovieron hay una que sé que también está presente en la infancia de muchísimos de ustedes. Se trata de ‘Corazón’ de Edmundo de Amicis. Si bien no es una obra que esté perdida, quiero incluirla en esta sección del Desván de los libros perdidos. Espero que les guste.

Una historia de niños

Esta novela es una de las más leídas en todo el mundo; de hecho superó las 40 ediciones en tan sólo dos meses de publicación. Ha sido traducida a numerosos idiomas y llevada a múltiples formatos.

Enrique es el protagonista de esta historia; un niño de Turín que escribe un diario en el que cuenta sus tristes vivencias. Es una obra en la que se manifiestan con especial claridad y cuidado el paso de la infancia a la adolescencia y cómo se vive la ausencia de los padres en el día a día, la desprotección y la exposición ante compañeros de su misma edad. Además de leer cómo el niño se siente (escrito en forma de diario), nos encontraremos con algunos extractos de las cartas que recibe de sus padres a los que ve poquísimo y algunos relatos entretenidos que vuelven sumamente amena la lectura.

Entre los cuentos que aparecen dentro de este libro se encuentra «De los Apeninos a los Andes», que es el que ha dado origen a ‘Marco’, una de las series televisivas más importantes de la televisión italiana y que ha cautivado la infancia de muchísimos de nosotros.

Personajes adorables

Enrique es un niño que pertenece a una familia acomodada; su vida es absolutamente tranquila y no tiene que esforzarse demasiado por conseguir las cosas. Cuando llega al colegio conoce un montón de historias que le hacen ver cómo la vida ha sido tan sencilla para él y es tan difícil para otros niños. A partir de la relación con sus compañeros comienza a valorar más lo que tiene y a tomarse con mayor responsabilidad el estudio.

El libro se encuentra repleto de personajes tiernos y sumamente interesantes. Entre ellos hay dos que siempre me han conmovido especialmente: Stardi, un niño muy callado que ama los libros y que todo lo relaciona con esas historias que lee (en su casa tiene una completísima biblioteca y sólo le interesan los libros) y Precossi, el hijo de un hombre borracho que lo castiga y que nunca valora los esfuerzos de su hijo. Su padre es herrero y cuando a Precossi le entregan una medalla por su importante desempeño en el colegio su padre se sorprende y decide cambiar de actitud. Las cosas mejoran aunque no se vuelven del color de rosas, como es de esperarse.

En su escritura, de Amicis deja impregnada su forma de pensar; intenta cautivar a los lectores a través de historias tiernas a la vez que expone una serie de valores humanos y patrióticos de una forma clara y directa. El sentido del deber, de la responsabilidad y la honradez son algunos de los valores que se explayan en cada una de estas páginas y que nos van llevando desde las emociones de un niño de pocos años hasta verlo convertirse en un adulto. Podríamos establecer una analogía, quizás eso intentó Edmundo, entre el crecimiento de este niño y la madurez de una nación. Y la lectura puede ser que sólo a través de la humildad, el compromiso y el buen hacer es posible transformar un país en un lugar necesario y digno de ser admirado en este mundo.

Una de las cosas más destacables de esta obra es la forma intensa y emotiva en la que podemos encontrarnos con las emociones de aquellos niños. A través de la pluma de Enrique vamos conociendo sus sueños y sobre todo, cómo sus tragedias familiares los afectan y condicionan para convertirlos en aquello que son. El mundo adulto, a su vez, resulta una región que les da pavor a la vez que les atrae de forma rutilante. Ese choque entre la infancia y la madurez está tan bien pintado que supongo es una de las razones principales por las que este ha sido y seguirá siendo un libro de lectura imprescindible.

No elegimos qué historias nos conmueven así como tampoco podemos decidir que esas vidas que nos cautivaron en la infancia no regresen a nosotros una y otra vez para llenarnos de emociones perdidas en ese tiempo sin lugar. Así que, en el fondo, no he sido yo quien ha elegido traer este libro a nuestro Desván de los libros perdidos, sino estos tiernos personajes que me tocado la mano.