Sobre la riqueza y la importancia de que ciertas lenguas perduren creo que no hace falta conversar, por eso no será tema para este artículo. Sobre mi admiración por la cultura mapuche y en particular por su poesía, tampoco hace falta que hablemos. Mejor pasemos directamente a la lectura de «A un costado del mar», de Erwin Quintupill, un poeta fascinante y absolutamente recomendable.
Su poesía-tierra te sacude y te demuestra que el origen de este arte antiquísimo no puede estar muy lejos que donde surge la vida misma.
Erwin Quintupill
Erwin Quintupill ha publicado cuatro libros de poesía y está trabajando en una obra que reúne diferentes cuentos tradicionales (epew, para los mapuches). Por otro lado, es un estudioso de la obra de Anselmo Ranguileo, un importante poeta mapuche.
Además es el administrador de tres blogs que les recomiendo; en ellos podrán encontrar noticias, curiosidades de la cultura mapuche de una exquisitez impresionante y poesía de autores que pertenecen a este pueblo.
La obra de Quintupill todavía no se ha editado en papel pero algunos de sus poemarios se encuentran disponibles para leer a través de Internet. Tal es el caso de «Las distancias«.
Erwin, además de ser un poeta maravilloso, es un hombre comprometido con su entorno. En su casa acoge a perros sin hogar: vagabundos que llegan a su vida en busca de afecto y calor, y que lo encuentran. No se pierdan las preciosas y tiernas historias que nos cuenta en su blog sobre cada uno de estos amigos con los que comparte su vida.
El gran viaje
La poesía de Erwin se nutre de una energía que fluye desde tiempos memoriales y que lleva consigo un bagaje invaluable al alcance de aquéllos que quieren beber de la tierra. Equipaje que el poeta no ignora, más aún, al que se suma, del que se siente parte. En cada uno de sus poemas podemos encontrar guiños a leyendas o historias que convierten cada situación en un motivo para crecer, para observar, para aprender.
Toda la obra gira en torno al gran viaje. Ese último instante que para la mayoría de nosotros tiene un matiz negativo pero que los mapuches esperan sin miedo; según sus tradiciones es un momento en la vida igual que cualquier otro y gracias al cual la existencia es posible. La armonía interior y la cercanía con la historia del pueblo hace que el miedo no tenga lugar y que puedan sentir que ese instante sea uno más, que los mantiene unidos al resto de almas del mundo. Este rasgo se hace muy presente en las ceremonias mapuches, donde la cercanía con aquellos que formaron parte del pasado y que están presentes de una u otra forma en la realidad, hace posible la paz.
La luna es un elemento primordial de la cultura y algunas leyendas apuntan a que es la que ilumina el camino de las almas cuando los cuerpos dejan esta vida. Hay una serie de poemas donde ella aparece irremediablemente, y hay uno que me gusta especialmente y dice:
La riqueza del lenguaje
Una de las cosas que más me ha maravillado de Erwin es el uso de ciertas sutilezas lingüísticas en su escritura. Me encontré con un lenguaje que se nutre del mundo onírico, de las leyendas y de la realidad de una forma fluida y decidida; y eso me ha gustado especialmente.
Gracias a su buen manejo de los colores y los sonidos en la escritura nos traslada a un espacio donde cualquier elemento por sencillo o cotidiano que sea, se vuelve sublime. Además nos obliga a cambiar de perspectiva; a arrancarnos de nosotros mismos y vernos como parte de un todo. Supongo que es la única forma de percibir sus palabras, de escuchar de dónde vienen y de comprender qué efecto están causando en lo más hondo de nosotros mismos.
El ciclo de la vida
El ciclo de la naturaleza ilumina estas páginas de tradición y de vida. Se percibe una esperanza nata detrás de la tristeza y de los sin sabores que a veces nos depara la vida. Y las palabras parecen arrastradas, proferidas por el mar: el agua que nos conecta con lo más primitivo, con lo más nuestro. Creo que es una lectura importante para redescubrir la importancia de nuestros actos en lo que nos rodea, porque todo tiene consecuencias.
Creo que es inevitable ver el contacto con la vida, con la tierra, con los sueños, con lo maravilloso, con lo esencial, en la poesía mapuche que surge de las entrañas de la misma tierra, con la que todos de alguna forma estamos conectados. En Erwin lo maravilloso habla y se presenta ante nosotros como un inmenso universo de colores claros y luminosos, como la luz de la luna.
Dice Erwin en uno de sus versos que el día que deba regresar a su casa, cuando le toque nacer nuevamente, «la tierra y yo haremos un acto final de rebeldía del que nadie podrá separarnos» y agrega que las letras de su infancia volverán a la tierra para surgir en otra boca, en otras manos. En este poema reside toda la magia de las canciones y la poesía mapuche que es escrita desde la tierra y por y para ella; porque desde mi punto de vista pocas naciones han comprendido tan a fondo lo que significa nuestro paso por este mundo y han sabido conectarse de forma tan directa y comprometida con la tierra como el pueblo mapuche.
Todo esto es lo que van a encontrar en «Al otro lado del mar» y espero que mucho más. Porque lo bueno de la poesía es que nos guarda un pequeño tesoro a cada uno de nosotros; tesoros que solamente nuestros ojos son capaces de ver.
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