A nuestro desván de los libros perdidos llega hay un libro de relatos imprescindible. Se trata de los «Cuentos completos de terror, locura y muerte» de Guy de Maupassant. Un libro que reúne un centenar de relatos del autor francés que ha inspirado a tantos cuentistas de nuestro tiempo. Aquí les daré algunas razones por las que es un libro que yo en su lugar, no me perdería.
Maupassant y el cuento
Todavía recuerdo con una mezcla de fascinación y horror aquel cuento de Maupasant en la que un joven se adueñaba de la mano de un muerto, en un gesto de valentía y diversión y en lo mucho que cambiaba este hecho su vida. Es difícil comprender el verdadero potencial del cuento sin citar a autores como Maupassant o Hemingway.
En la biografía de Maupassant no son pocas las controversias: su lugar de nacimiento, su relación con la madre, la extraña muerte de su hermano e incluso su propia muerte. Posiblemente, los biógrafos no han sido capaces de ver en él a un hombre corriente apasionado por el cuento y desearon convertirlo en alguno de sus extravagantes personajes. O quizá sea que la vida le hizo presenciar y experimentar extrañas situaciones para darle esa chispa tan necesaria para producir literatura.
Es muy probable que aquéllos que se dedicaron y se dedican con pasión al cuento sean personas con vidas menos normales que la de los novelistas. Para ser cuentista se requiere el deseo férreo de descubrir qué hay detrás de lo que sucede; el cuentista se introduce mucho más en las entrañas de la vida de lo que lo hace un novelista, aunque resulte paradójico teniendo en cuenta los tiempos. Pero es que precisamente por ello, por esa necesidad de decir lo justo existe la exigencia de ser sensato, directo y para ello se requiere un conocimiento profundo de lo que sucede y de lo que no en cada historia.
Sólo habría que acercarse a los grandes nombres del relato para descubrir que escribir cuento es una ardua tarea que exige compromiso y dedicación. Y que para desarrollarla de forma eficiente es necesario ser mucho más que una persona con ganas de escribir, hay que tener la voluntad de hacerlo y de valorar el cuento como él se lo merece. Y Guy de Maupassant fue uno de esos grandes cuentistas, incapacitado para sentir fuera de los límites de la narrativa breve.
Una obra para morirse de miedo
Entre los numerosos cuentos escritos por Maupassant muchos de ellos podrían englobarse en la categoría de terror o suspenso. Los que se reúnen en esta colección pertenecen a esta categoría. Hay también varios cuentos que podrían denominarse fantásticos, donde Maupassant juega con diversos elementos que le permiten interpretar el tema de la locura o la extravagancia. Personajes como Madame Hermet, El Horla o cuentos como «Él», «Aparición» o «Tombuctú» te llevan como lector de la calma a la extraña sensación de estar viviendo dentro de una pesadilla.
Uno de los rasgos característicos de los cuentos de Maupassant es su forma de trabajar los relatos. Con un estilo que podría ubicarse en el límite del clasicismo; nos presenta ambientes y personajes de forma detallada y nos va llevando lentamente hasta que nos encontramos absolutamente inmersos en el conflicto. De una forma casi teatral consigue que el foco de la historia ilumine lo importante. Creo que esa es una maravillosa estrategia, gracias a la cual consiguió que muchísimos lectores nos volviéramos adictos a sus historias.
«Cuentos completos de terror, locura y muerte» es una obra que no debe faltar en ninguna biblioteca; sobre todo si somos apasionados del cuento. Se trata de un libro que reúne relatos que ofrecen diferentes ambientes; a cual de ellos más fantasmagórico.
Por supuesto en esta colección no puede faltar aquel cuento que me provocó terror en la primera lectura y al que regreso con cierta asiduidad para renovar esas emociones. Una mano en la campanilla y la vida de un estudiante de derecho que cambia de forma rotunda a causa de una mala decisión; ésta podría ser la carta de presentación de ese cuento titulado «La mano disecada». Los animo a leerlo para encontrarse con lo más espeluznante de Maupassant. Intuyo que después de ese encuentro vendrán muchos otros; puede que incluso se animen a comprar sus cuentos completos y a morirse de miedo leyendo a uno de los más grandes cuentistas de la literatura universal.
Los biógrafos dicen que Maupassant murió de forma natural cuando se hallaba internado en una clínica mental. Según se sabe sufría delirios y tenía una parálisis importante en el cuerpo causada por la sífilis que había sufrido en su juventud. Teniendo cuenta su fascinación por lo fantasmagórico y su constante búsqueda de la verdad subterfugia a la muerte y el terror, cabría preguntarse si realmente la suya fue una muerte natural. Y vuelvo a aquel cuento que me resultó tan espeluznante en la infancia y que no puedo dejar de imaginarme a esa mano huesuda asida de las manos de este impresionante escritor.
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