Te recomendamos dos cuentos de Roal Dahl con protagonistas propensos a dejarse llevar por la ambición en el juego.
Mañana se cumplen y he pensado que para recordar a este autor nada mejor que volver a sus libros. Se me ha ocurrido recomendar dos cuentos que me gustan mucho y a los que vuelvo con cierta asiduidad.
uno de los rasgos que más me interesa de la literatura de Dahl es que sus tramas se centrar en situaciones nimias, casi pasajeras, cotidianas, donde de pronto lo inesperado obra y provoca un caos. El giro que suele dar a sus relatos siempre me impacta y trato de desentrañar el truco que hay en ellos.
Es evidente que Dahl tenía un cierto entusiasmo por las apuestas o quizá, el deseo de desentrañar lo que habita en el alma de los hombres que apuestan, porque muchos de sus relatos tienen protagonistas que son capaces de enceguecerse tanto que no tienen miedo de poner en peligro lo que más aman o algo que les es valioso con tal de no pasar por malos jugadores. Y así son los personajes de los dos cuentos que he elegido.
«Gastrónomos»
«Gastrónomos» es uno de los cuentos que más me gustan de Dahl. Pertenece al libro «Relatos de lo inesperado» y tiene la tensión perfecta de sus historias. Todo comienza con una cena normal entre amigos. El narrador nos detalla quiénes son los que han sido invitados y en pocas líneas nos pone al corriente de las expectativas de aquella noche. El dueño de la casa es Mike Schofield y entre los invitados se encuentra Richard Pratt, un entendido catador de vinos, con quien Mike siempre apuesta acerca de la cosecha del vino que beben y la gran sabiduría vinícola de Pratt le permite siempre acertar. pero esta vez es distinto.
Esta vez Mike ha conseguido un vino raro y quiere apostar, y desea de alguna forma, de una vez por todas ganarle a Pratt. Sin embargo, la situación se vuelve escabrosa cuando Pratt le pide que apueste algo que para Mike es muy preciado. Y no diré más. A partir de ahí la situación roza el absurdo y una reunión tranquila, una trama cotidiana, deviene absurdo. Y no falta un magnífico remate, como sólo Dahl ha sabido regalarnos.
«Gastrónomos» es un texto que combina dos de las cosas que más me interesan de Dahl: la capacidad de centrarse en situaciones cotidianas y convertirlas en esenciales y literarias, y la consecución de una tensión adecuada a cada momento de la narración. Sin duda, éste es un relato maravilloso que nos puede permitir conocer a uno de los grandes narradores de la literatura inglesa.
Hombre del sur
Este es otro relato de apuestas también presente en el libro «Relatos de lo inesperado». En esta ocasión estamos en un hotel de Jamaica. Un grupo de personas se han reunido allí para descansar. El narrador nos va contando qué ve. A un grupo de americanos chapoteando en el agua, gente disfrutando del cálido día de sol y de la cerveza. Todo cambia cuando aparece en escena un personajito peculiar: un hombrecillo de edad avanzada vestido de blanco. Aparece como un ser inofensivo y alegre y esto le resulta sumamente agradable, nos cuenta el narrador.
En este caso la situación se tuerce, cuando uno de los americanos le ofrece fuego para encender su puro. El hombrecillo le dice que no va a conseguirlo con el viento, pero el americano insiste: «su encendedor no falla nunca». Esto deriva en que el hombrecillo le proponga una apuesta en la que él ofrece su Cadillac verde, pero exige que el joven se juegue algo que no le va a hacer ninguna gracia perder. Te invito a leer el cuento para enterarte de cómo termina.
Sin lugar a dudas, volver a Dahl es sumamente exquisito: divertido, entretenido pero también útil si deseamos profundizar en el aprendizaje de las técnicas narrativas, sobre todo aquellas vinculadas con la tensión. Pocos escritores han sabido tensar tan bien sus tramas como para que no nos desprendamos de ella. ¡Un relato exquisito que no deberías perderte!
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