Curiosidades sobre Gerardo Diego

A la emblemática Generación del 27 pertenece la figura del escritor santanderino Gerardo Diego (1896 – 1987), que se ha convertido en uno de los grandes poetas españoles de todos los tiempos. Y lo es gracias a obras tales como El romancero de la novia (1920), La luna en el desierto (1949), Sonetos a Violante (1962) o El jándalo (1964).

Hoy queremos que lo descubras un poco más en profundidad, tanto a él como a su obra, y para eso nada mejor que hacerlo a través de distintas curiosidades:

Su nombre completo era Gerardo Diego Cendoya.
Fue el séptimo hijo de los dueños de un comercio de tejidos: Ángela Cendoya y Manuel Diego Barquín, que tenía tres vástagos más de un matrimonio anterior que acabó con la muerte de su esposa.
Desde temprana edad mostró un gran interés por la cultura y el arte. Así, desde niño practicó pintura al tiempo que aprendió piano y solfeo.
De manos de uno de sus profesores, Narciso Alonso Cortés, empezó a despertar su interés por la literatura y desarrolló una gran pasión por la lectura.
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto, donde conoció a Juan Larrea, que se convertiría en uno de sus amigos más importantes de su vida.
Fue un asiduo de las tertulias organizadas por Ramón Gómez de la Serna y Rafael Cansinos.
En 1919 publicó su primer poema y en 1920 llegó la publicación de su primer poemario, de manos de Juan Ramón Jiménez. Ese llevaba por título El romancero de la novia.
Se convirtió en un especialista de la poesía del Siglo de Oro.
En el año 1924 recibió el Premio Nacional de Literatura y lo tuvo que compartir con el también gran Rafael Alberti. Y eso de compartir galardones no fue la primera vez que lo hizo pues, de igual modo, lo llevó a cabo con Jorge Luis Borges y el Premio Cervantes en 1979.
A lo largo de su vida, Gerardo Diego tuvo pasión por dos autores fundamentalmente: Antonio Machado y Lope de Vega. No obstante, también manifestó una gran curiosidad por Luis de Góngora.
Además de como escritor, a lo largo de su vida también trabajó como escritor e incluso como crítico taurino, literario y musical. Eso sin pasar por alto que, del mismo modo, fue articulista en varios periódicos.
Era una persona muy tímida y así lo reconoció en más de una ocasión.
Gerardo Diego está considerado el mayor exponente del llamado Creacionismo.
Durante la Guerra Civil, fue uno de los pocos artistas del momento que respaldó al bando sublevado. Ese apoyo, un libro que escribió dedicado a los héroes del franquismo y el que no hizo nada para poder liberar a Miguel Hernández hicieron que Pablo Neruda lo rechazara abiertamente.
En su bibliografía no solo podemos encontrar poesías sino también, por ejemplo, una obra de teatro que lleva por título El cerezo y la palmera (1964).
En concreto, su faceta poética se puede dividir en dos partes claramente diferenciadas: la tradicional y la vanguardista.