Curiosidades sobre Henrik Ibsen

Si pensamos en los grandes dramaturgos de todos los tiempos, seguro que nos viene a la mente la figura del noruego Henrik Ibsen (1828 – 1906). Y es que de su imaginación y de su pluma salieron grandes obras como Casa de muñecas (1879), Un enemigo del pueblo (1882) o La dama del mar (1888).

Precisamente por lo importante que fue y es dentro de la literatura de todos los tiempos, hoy queremos que lo conozcas un poco más en profundidad. Por eso, a continuación, te vamos a mostrar algunas curiosidades de su vida y de su obra:

Siendo un niño tenía que recorrer cinco kilómetros al día para poder ir a la escuela y es que vivía con su familia en una granja a las afueras de Gjerpen.
Su infancia si estuvo marcada por algo fue por su timidez, su introversión y su aislamiento.
Su primer trabajo fue a los dieciséis años como aprendiz de farmacia, labor que desarrolló durante seis años. Tuvo que ponerse a trabajar para contribuir a sacar a flote la pésima económica familiar.
Comenzó a estudiar medicina, pero nunca acabó la carrera. ¿Por qué? Porque la literatura se cruzó en su camino. Así, empezó escribiendo poemas, como En otoño, y obras dramáticas como La tumba del guerrero. Esta última fue su primera obra que llegó a los escenarios y sucedió así en 1851.
Fundamentalmente en los comienzos de su carrera publicó algunos trabajos con el seudónimo Brynjolf Bjarme.
En 1852 consiguió firmar un acuerdo con el teatro de Bergen y eso permitió que allí se representaran cuatro de sus obras. Y precisamente fue allí también donde conoció a la que sería su esposa y madre de sus hijos: Susannah Thoresen.
Sin lugar a dudas, fue un escritor que generó revuelo en su época. Y es que muchas de sus obras fueron consideradas escandalosas por una sociedad victoriana y sometida a numerosas imposiciones morales.
En 1864 decidió dejar Noruega, optó por el exilio voluntario, pues no estaba de acuerdo con la opresión de la sociedad reinante. Eso le llevó a vivir en distintos rincones del mundo durante 27 años. Entre esos estuvieron, Dresde o Múnich. Sin embargo, en 1891, cuando contaba ya con 63 años, decidió regresar a Noruega y allí fijó su residencia de forma definitiva.
Precisamente fue durante su exilio voluntario donde realizó su obra más importante: Casa de muñecas.
En el año 1900 sufrió el primero de sus ataques de apoplejía que le dejaron paralítico.
Está considerado el padre del teatro moderno.
Aunque estudió en un colegio religioso, siempre se definió como ateo.
Entre los grandes autores a los que inspiró se encuentran James Joyce, Chejov o George Bernard Shaw, por ejemplo. Precisamente este último escritor fue uno de los que de manera más fervorosa defendió que Henrik Ibsen fuera galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Sin embargo, jamás llegaron a concedérselo.
Su obra dramática se divide en tres etapas: romántica, realismo socio-crítico y simbolista.
Entre las frases más célebres que nos legó está la que dice así: