Curiosidades sobre Gabriela Mistral

Muchas son las poetisas que han existido a lo largo de la historia. No obstante, pocas han logrado la relevancia, el calado y el reconocimiento de la escritora chilena Gabriela Mistral (1889-1957). Y es que no solo se convirtió en una de las figuras más insignes de la literatura de su país y de toda Latinoamérica sino que además consiguió la fidelidad del público y las alabanzas de la crítica.

Lagar (1954), Tala (1938) o Desolación (1922) son algunas de las obras más significativas de esta autora que ahora queremos conocer un poco más en profundidad. Y para hacerlo vamos a poner sobre la mesa alguna de las curiosidades más interesantes de su vida y de su obra:

Su verdadero nombre era Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga. Gabriela Mistral es el seudónimo que creó para firmar sus obras, un seudónimo con el que rinde homenaje a dos de sus autores favoritos: el italiano Gabriele d´Annunzio y el francés Frédéric Mistral.
Tenía ascendencia vasca por parte de su madre, Petronila Alcayaga Rojas.
El interés y la verdadera pasión por la literatura fue debido a su padre, el profesor Juan Jerónimo Godoy Villanueva. Este abandonó a la familia cuando Gabriela contaba con solo 3 años de edad. Sin embargo, tiempo después ella descubrió unos versos escritos por su progenitor que le resultaron hermosos y a partir de ahí comenzó su interés por la poesía.
Trabajó como docente durante mucho tiempo y luego fueron solicitados sus servicios por parte del Gobierno de México. En concreto, este le encargó crear las bases del sistema educativo. Hoy, más de 150 centros educativos de ese país llevan su nombre.
Durante dos décadas ejerció como cónsul de su país en distintas ciudades de Europa y también de América.
Pasó a ser una figura insigne dentro de la educación tanto como pensadora como defensora de la escuela pública.
Su obra Sonetos de muerte está inspirada en un caso personal. En concreto, en el suicidio de Romelio Ureta Carvajal con quien vivió un apasionado romance. Aquel se quitó la vida después de haber robado dinero para ayudar a un amigo sin poder devolverlo.
En su vida amorosa se encuentran Alfredo Videla, que fue su primer gran amor y que era 23 años más mayor; Manuel Magallanes, un hombre casado con el que mantuvo una relación vía correo; y su asistente Doris Dana, que era 31 años más joven.
Fue la primera mujer iberoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura y también la segunda persona iberoamericana en tenerlo. En concreto, lo obtuvo en 1945.
Se considera que su poesía ha influido en grandes y relevantes autores como Octavio Paz o Pablo Neruda, entre otros. Es más, de este último fue profesora.
Una de sus manías es que jamás escribió ninguna de sus obras sobre una mesa de escritorio. Lo hacía sobre una tablilla, con la que siempre viajaba y que se colocaba encima de las rodillas.
Gabriela Mistral ha sido la única mujer chilena que ha aparecido en los billetes de su país.