Una de las grandes novelas de la literatura francesa de todos los tiempos y también de la literatura universal. Así es como podemos definir a la novela Madame Bovary (1857), del autor Gustave Flaubert. En concreto, esa fue su gran obra, la que le encumbró a lo más alto y la que le ha convertido en un “clásico” imprescindible.
Emma Bovary es la protagonista. Se trata de una mujer casada e infeliz, que ve cómo sus sueños y anhelos chocan contra la realidad de una sociedad burguesa con grandes presiones para la población femenina, en cuanto a que determina cómo debe comportarse o qué se espera de ella.
Aunque todo el mundo sabe de este libro, lo que es cierto es que existen curiosidades en torno al mismo que merece la pena descubrir, pues la mayoría no han llegado al gran público:
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En forma de libro se publicó en 1857, sin embargo, anteriormente lo hizo por entregas en la revista literaria “La Revue de Paris”.
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Tardó en escribirla unos 56 meses.
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La historia que contaba y cómo era su personaje principal no dejó indiferente a nadie en el momento de su publicación. En concreto, logró un gran éxito, pero también numerosas críticas al considerar que atentaba contra la moralidad. Por ese motivo, Flaubert y su editor llegaron a ser procesados por ultraje a las buenas costumbres y a la moral pública y religiosa. No obstante, fueron absueltos con una amonestación. Y todo gracias a que la protagonista precisamente no acaba bien.
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Un curiosidad del citado juicio fue que el fiscal del caso, Ernest Pinard, era un escritor de poemas eróticos que los realizaba de forma anónima.
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Para poder darle forma a la protagonista de la obra, el autor se inspiró en una mujer de carne y hueso. En concreto, tomó como referencia a Delphine Delamare, conocida por los padres de Flaubert. Esa, de 26 años de edad, era la esposa de un médico rural que se suicidó dejando huérfana a su hija de seis años. Lo hizo dejando atrás no solo a su familia sino también a numerosas deudas y a amantes.
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Hasta tal punto llegó la influencia de esta novela, que incluso dio forma a la creación de un nuevo término con el que darle nombre a una patología psicológica. Nos estamos refiriendo al bovarismo, que es lo que sufren las personas insatisfechas de manera constante como consecuencia del choque existente entre realidad e ilusión.
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Marcel Proust, Vladimir Nabokov o Henry James son algunos de los grandes escritores que cayeron rendidos a esta novela de Flaubert.
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Desde el año 1933 se ha llevado al cine en varias ocasiones, destacando las adaptaciones de Jean Renoir en el citado 1933, la de Vincente Minnelli en 1949 y la de Claude Chabrol en 1991.
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Es curioso establecer que siempre se han establecido paralelismos entre tres novelas. Una es la que nos ocupa, otra es La Regenta (1884) de Leopoldo Alas Clarín y la tercera es Ana Karenina (1877) de León Tolstoi. ¿Qué tienen en común? Básicamente a mujeres como protagonistas que, además, no dudan en dejarse llevar por la pasión y el amor y que se enfrentan a los convencionalismos morales.
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