El mundo literario se encuentra de luto estos días ya que ha fallecido uno de los grandes escritores de los siglos XX y XXI. Nos estamos refiriendo al italiano Umberto Eco.
En todos los medios de comunicación se ha hecho especial hincapié en recordarle a través de su obra más emblemática, la novela El nombre de la rosa (1980), y del amplio conjunto de premios y reconocimientos que consiguió a lo largo de toda su vida, tales como el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, el Premio Medicis, la Medalla de Oro al mérito de la cultura y el arte o el haber sido Doctor Honoris Causa en casi cuarenta universidades.
Sin embargo, nosotros queremos hacerle un especial “in memoriam” a Eco. Deseamos homenajearle a través de las curiosidades más significativas de su vida y obra, entre las que se encuentran las siguientes:
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Tal y como llegó a afirmar en alguna ocasión era imposible que no desarrollara una notable afición por la literatura. Y es que no sólo sus padres eran fervientes lectores sino también sus abuelos. Es más, su abuela era la que, en la visita semanal que le realizaba, siempre le llevaba varios libros de la biblioteca para que los disfrutara. Una pasión que mantuvo durante toda su vida y que le ha llevado a poseer más de 50.000 libros.
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En su juventud tuvo dos aficiones que no logró hacer fructificar de ninguna manera, los tebeos y la música. En el primer caso llegó a escribir historias que dejó sin final y en el segundo intentó aprender a tocar la trompeta, sin conseguirlo del todo. Es más, se considera que fue en la década de los 70 cuando volvió a recuperar su pasión por ese instrumento.
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Aunque en cierta medida hacía uso de la Red, también nos ha legado numerosas frases en contra de la tecnología. Así, por ejemplo, en los últimos tiempos no dudó en manifestar que las redes sociales “dan derecho de palabra a legiones de imbéciles”.
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Su obra más emblemática, la citada El nombre de la rosa, es un fiel reflejo de la pasión que sentía por la Edad Media. Hasta tal punto llegaba su fascinación por dicha etapa histórica que se dice que la primera vez que visitó París apostó por recorrerla únicamente por las calles que sabía que habían existido en aquellos siglos “oscuros”. Además no hay que olvidar que incluso estaba licenciado en Estética Medieval.
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Sobre esa misma novela hay otra serie de curiosidades notables. Entre estas se halla que la misma fue la que le dio su mayor éxito cuando ya contaba con 50 años de edad, que él manifestó que la había escrito “porque tenía ganas de envenenar a un monje” o que incluso uno de sus personajes estaba inspirado en el autor Jorge Luis Borges. En concreto, este adquirió la forma del monje ciego Jorge de Burgos.
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Era un ferviente seguidor de autores como Guillermo de Ockham y Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes.
Comentarios1
Un buen articulo. Gracias por hacerme partícipe de él.
Saludos
Carmen
Muchas gracias, Carmen. Me alegra que te haya resultado interesante. Un saludo
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