9 curiosidades sobre Vladimir Nabokov

Incomprendido, amado y odiado al mismo tiempo, único…Estos son algunos de los adjetivos que se han usado para identificar a uno de los escritores que más protagonismo tuvo a lo largo del siglo XX y que se ha convertido en una figura de renombre dentro de lo que es la historia de la literatura universal. Nos estamos refiriendo a Vladimir Nabokov, el autor de origen ruso y nacionalizado estadounidense que cosechó un gran éxito con la obra Lolita (1955).

Aunque se ha escrito y hablado mucho acerca del mismo son numerosas las curiosidades que siguen sin desvelarse al gran público. Y precisamente alguna de esas son las que queremos darte a conocer a continuación con este artículo.

Sigue leyendo y quizás descubras datos de esta pluma que aún no sabías:

Su nombre completo era Vladimir Vladimirovich Nabokov.
Aunque su familia era rusa y en sus primeros años de vida vivió en dicho país, aprendió antes a hablar en inglés, no sólo porque en su casa se hablaba también este idioma sino porque sus profesores se empeñaron en enseñárselo a fondo.
En sus últimos compases de vida estuvo trabajando en una novela, que no llegó a terminar y que llevaba por título The Original of Laura. Antes de morir dio pautas para que fuera destruida, aunque su esposa no le hizo caso y la conservó.
Su obra más emblemática es Lolita, que narra la pasión de un hombre adulto por una menor de 12 años, y la misma le granjeó éxito literario pero un sinfín de rumores y comentarios respecta a que era autobiográfica, algo que siempre negó.
En la década de los sesenta, el cineasta Stanley Kubrick apostó por llevar dicha novela a la gran pantalla y para eso pidió a su autor que creara el guión. Este así lo hizo pero le entregó uno que venía a establecer una película que duraría ¡siete horas!
No todo el mundo sabe que, además de la literatura, Nabokov consiguió un importante prestigio dentro del ámbito de la entomología, concretamente en el de los lepidópteros. Y es que desde que tenía 8 años se enamoró y dejó fascinar por esos seres vivos, a raíz de unas láminas de Maria Sybylla y de la obra Natural History of British Butterflies and Moths.
No le gustaba nada salir en televisión y no aceptaba entrevistas. No obstante, en 1975 permitió una para el periodista Bernard Pívot. Eso sí, puso sus normas: conocer antes las preguntas, preparar y leer las respuestas sin que se notara demasiado y beber un poco de whisky a lo largo de la misma sin que los espectadores lo vieran.
Siempre se negó a aprender a conducir, era su esposa la que le llevaba a todas partes como si de su chófer personal se tratase.
Nos legó frases célebres que venían a expresar cómo era o cómo se veía a sí mismo Entre las mismas está la que reza así: “Pienso como un genio, escribo como un autor distinguido y hablo como un niño”.