Curiosidades sobre La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca

Uno de los mayores escritores de la literatura española de todos los tiempos es, sin lugar a dudas, el granadino Federico García Lorca (1898 – 1936). Y es que nos legó obras que fueron y son parte de nuestro acervo cultural, verdaderos «clásicos» como Yerma (1934), Bodas de sangre (1931) o La casa de Bernarda Alba (1936).

No obstante, tampoco nos podemos olvidar de otra obra teatral escrita por él que quizás no está entre las más conocidas, pero que también es una verdadera «joya». Nos estamos refiriendo a La zapatera prodigiosa, que cuenta la historia de una mujer valiente que tiene que hacer frente al abandono de su marido y a las habladurías del pueblo en el que vive.

Hoy queremos que conozcas un poco más en profundidad ese legado de Lorca y por eso te vamos a presentar varias curiosidades sobre el citado trabajo:

Lleva por subtítulo Farsa violenta en dos actos.
Se estrenó el 24 de diciembre de 1930 en el Teatro Español de Madrid. Bajo la dirección del director teatral Cipriano Rivas Cherif se puso en escena teniendo como actriz protagonista a la gran Margarita Xirgu, que daba vida a la zapatera. En esa primera representación el propio Lorca aparecía al principio interpretando al personaje del autor.
Como otras tantas obras de este escritor, toma como protagonista a una mujer que lucha contra las imposiciones sociales o morales del momento.
Para darle forma al personaje de la zapatera, el autor se inspiró en una mujer de carne y hueso a la que conoció. Nos estamos refiriendo a la granadina Agustina González López (1891 – 1936). Esta fue una pensadora, escritora y política, conocida popularmente como «la Zapatera», que tuvo el peso siempre de haber llevado una «vida escandalosa».
Agustina, que firmaba sus escritos con el seudónimo de Amelia, también inspiró al escritor para crear al personaje de Amelia que aparece en La casa de Bernarda Alba.
En ella se incluyen canciones populares que datan de los siglos XVIII y XIX.
Su escritor la definió como «es casi un ballet, es una pantomima y una comedia al mismo tiempo».
Tras el estallido de la Guerra Civil y el asesinato de Federico García Lorca por los sublevados, la familia de él tomó una determinación: no se volvería a representar ninguna de sus obras en teatros comerciales de España. Sin embargo, dicha prohibición la levantó en 1960, cuando se llevó a escena en el Teatro Eslava de Madrid. Eso sí, tres años antes también se representó en una sesión leída por parte del Teatro Español Universitario.
Un dato realmente singular que unió a Lorca y a la mencionada Agustina González es que ambos fueron fusilados en pleno conflicto bélico y posiblemente por la misma persona. Trescastro, que se atribuyó el asesinato del primero, hizo lo propio con el de ella. Es más, afirmaba que la había matado «por puta».
Los especialistas en la obra de Lorca han subrayado que esta obra teatral viene a ser al final una alegoría del alma. Y es que así lo afirmó el propio autor de ella: