Curiosidades sobre Sofía Casanova

Si tuviéramos que hacer mención a las mejores escritoras de la literatura española de todos los tiempos tendríamos que destacar, sin lugar a dudas, a la coruñesa Sofía Casanova (1861 – 1958). Y es que fue una pionera en su tiempo, además de una gran poetisa y novelista. Buena muestra de esto último son obras suyas tales como Fugaces (1898), Lo eterno (1920) o Triunfo de amor (1919), entre otras.

Hoy queremos adentrarnos un poco más en su vida y en su obra. Y lo vamos a hacer a través de algunas curiosidades sobre ambos ámbitos, que vienen a dejar patente que fue una fémina realmente interesante:

Su nombre completo era Sofía Guadalupe Pérez Casanova de Lutoslawski.
Era hija de un litógrafo gallego y de una ama de casa nacida en Nueva Orleans.
Su infancia no resultó nada fácil pues su padre abandonó a la familia cuando nació el hermano pequeño de Sofía. Así, para poder afrontar la situación, tuvieron que recibir ayuda de los abuelos maternos.
Sus primeros poemas los publicó cuando tenía quince años en «El Faro de Vigo». La singularidad del caso no es que ella los enviara sino que fue su madre la que los remitió al periódico cuando los encontró guardados en su habitación.
Cuando en 1876 su madre decide trasladarse con sus hijos a Madrid se produce un cambio muy importante en la vida de Sofía Casanova. Y es que allí comenzará a estudiar poesía y declamación. Conforme fue creciendo empezó a moverse en los círculos literarios, donde conocerá y entablará amistad con figuras tales como José de Echegaray y Ramón de Campoamor.
En torno a 1880 ya tiene un nombre como gran promesa de la poesía y se la conoce popularmente con el apodo de “poetisa de corazón”.
Uno de los grandes admiradores de su obra fue el rey Alfonso XII. Tanto es así, que este incluso llegó a sufragar la edición de uno de sus poemarios: Poesías.
Al tiempo que desarrolló su carrera como escritora, también empezó a ejercer como actriz.
Fue la primera mujer de España en convertirse en corresponsal de guerra y en corresponsal permanente en un país extranjero. En concreto, ejerció como tal para el diario «ABC» durante la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. Precisamente esta labor le permitió, entre otras cosas, entrevistar al político y revolucionario León Trotski en el año 1915.
Una de sus grandes amigas desde la juventud fue la también escritora Blanca de los Ríos.
Sin lugar a dudas, uno de los momentos más duros de su vida fue la muerte de una de sus cuatro hijas, concretamente Yadwiga, fruto de su matrimonio con el profesor y filósofo polaco Wincently Lutoslawski. Con él vivió durante años en Polonia, aunque acabaron separándose y ella decidió regresar a Madrid, aunque solo sería temporalmente.
Llegó a aprender seis idiomas, gracias a la cantidad de ciudades europeas en las que vivió con su esposo e incluso por su labor como corresponsal.
A partir de los 43 años comenzó a tener problemas de visión.
Una de las novelas que realizó y que más éxito le otorgó a nivel nacional fue La mujer española en el extranjero (1910).
Uno de sus grandes admiradores fue Benito Pérez Galdós.
Durante la Guerra Civil Española se mostró a favor del bando sublevado y tiempo después se mostró absolutamente en contra de la barbarie nazi, de los campos de concentración que tenían los alemanes y de la ocupación de Polonia. Al parecer, esto último hizo que fuera despedida de «ABC».