Rojo y negro (1830) es, sin lugar a dudas, una de las grandes obras maestras de la literatura universal de todos los tiempos. Y esa fue escrita por el famoso autor francés Stendhal (1783 – 1842), quien también nos legó otros trabajos de gran calado como, por ejemplo, La cartuja de Parma (1839).
Por esa bibliografía, ha pasado a convertirse en un referente literario. No obstante, eso no quita para que existan singularidades y aspectos desconocidos de su vida o de su carrera. Precisamente estos son los que vamos a intentar descubrir a continuación:
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Su verdadero nombre era Henri-Marie Beyle.
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Usó distintos seudónimos para firmar sus obras, pero el de Stendhal fue el que consiguió calar entre el gran público. Hay distintas teorías sobre el mismo. Así, una establece que era el anagrama de unas islas que le fascinaron y otra que era en honor a la ciudad de nacimiento de uno de los hombres que más admiró: el historiador y arqueólogo Johann Joachim Winckelmann.
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Tuvo una infancia complicada. Y es que no solo perdió a su madre con siete años sino que su padre fue encarcelado, por defender la monarquía, y tuvo que quedarse al cargo de su tía.
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Durante su vida no solo miembro del ejército sino que también ejerció como periodista e incluso como vicecónsul de Francia.
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Sentía un gran amor por Italia por lo que le fascina su belleza. Así, no solo vivió en Milán sino que escribió el libro Roma, Nápoles y Florencia (1817). En concreto, se cuenta que cuando visitó por primera vez la Basílica del Sagrado Corazón de Florencia se mareó y sintió una especie de éxtasis. Una situación que luego daría lugar a lo que se conoce como síndrome de Stendhal.
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Tuvo una azarosa vida sentimental que le llevó a tener amantes en Viena, en Milán, en Roma…
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No gozó de gran éxito profesional en vida pues, por ejemplo, las biografías que escribió se consideraron mediocres. En concreto, su gran fama le llegó de forma póstuma.
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Su novela Rojo y negro se desarrolló en la mente de Stendhal a partir de tres hechos reales: el asesinato de una mujer por celos a manos de su pareja (un ebanista); el crimen que cometió un seminarista que acabó en una liturgia religiosa son su amante; y el amor entre una sobrina del rey Carlos X y un joven.
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Aunque no es tan conocida, cuenta con un ensayo que se considera una verdadera joya literaria. Nos estamos refiriendo a El Amor.
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Su cuerpo descansa en el cementerio de Montmartre donde su epitafio dice así: “Escribió, amó, vivió 59 años, 2 meses. Murió el 23 de marzo de 1842”. epitafio que también hace un guiño a Italia con la expresión “Arrigo Beyle, milanese”.
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Entre sus frases célebres destacan algunos como “El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más bella de la vida” o “Las religiones son fundadas en el miedo de muchos y en la vivacidad de pocos”.
¿Qué te parecen estos aspectos de su vida?
Comentarios2
Me encantan sus frases célebres. Tristemente no he leído ninguna obra suya.
Pues a leerlas
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