Daniel Sada nació el 25 de febrero de 1953 en México es escritor y poeta y está íntimamente relacionado con el ambiente artístico de su pueblo. Su obra ha sido descrita como barroca y tragicómica y grandes escritores opinan que es un escritor que representa muy bien la literatura de su tierra.
Ha ganado gran cantidad de premios, entre los que se encuentra el Herralde del año 2008. Entre sus obras más conocidas se encuentran «Juguete de nadie y otras historias», «Antología presentida», «Lampa vida», «Porque parece mentira la verdad nunca se sabe», «La duración de los empeños simples», «Aquí».
Roberto Bolaño dijo de Daniel Sada:
A la vista de Sada
Su última obra «A la vista» es un texto sumamente sentido donde cuyos principales protagonistas son la soledad, el azar, la frustración y la derrota. Una prosa sumamente mexicana y que deja en evidencia las razones por las cuales con su anterior narración «Casi nunca» le fue concedido el Premio Herralde de narrativa.
Ponciano Palma es un asesino que, a diferencia de la mayoría de estos especímenes, consigue meterse en tu cabeza, llegas a comprenderla y a conectar con cierta empatía con él.
La historia de Ponciano es tragicómica. Un hombre aturdido por su jefe, que un buen día decide, en vez de continuar con su rutinaria y gris vida, eliminarlo para siempre. Como bien lo ha expresado el autor en varias ocasiones «Ni el mal ni el bien existen en abstracto. Todo requiere de una acción», por eso, pese a que la acción de Ponciano para muchos pueda resultar mala y su forma de llevarla a cabo, llena de venganza y saña, todo eso no alcanza para juzgarlo de forma abrupta y tacharlo moralmente. Se trata de una acción que por un lado le condena y por el otro le redime.
Es importante señalar que Ponciano es un hombre bondadoso y lleno de sensibilidad y es en este punto donde reside la tragedia en cómo un hombre con estas características pudo llegar a ese punto y cómo a partir de cometer un hecho de ese tamaño consigue darle un giro a su vida.
Una de las cuestiones más interesantes de esta novela es que todas las afirmaciones se ponen en duda y al final existen muy pocas cosas de las que aferrarse y estar convencidos de que son tal cual las vemos.
Sada presenta con este nuevo libro, una historia intrigante y llena de humor que consigue atrapar a los lectores desde el comienzo hasta el fin.
El estilo literario de Sada
Cuestiones a resaltar son la forma en la que describe la aridez del desierto al igual que los olores de las comidas, sin prescindir de los modismos de su tierra que vuelven a su prosa algo sumamente natural y lleno de la vida actual de México; sin embargo no hay que confundir naturalidad con simpleza y es necesario aclarar que no es justamente este último un adjetivo de la prosa de Sada, rica en vocabulario y un tanto barroca, pese al uso del idioma coloquial.
La cualidad fundamental de este autor es hilvanar historias cotidianas y simples a la hora de salvaguardar temas trascendentes, de carácter existencial y universal, tales como la soledad, la muerte, el azar y la frustración. Estos temas son trabajados a partir de las cavilaciones de los personajes lo que obliga al lector a inmiscuirse necesariamente en ellos al identificarse con estos personajes.
El motor que hace que Ponciano mate es el miedo a la rutina, al tedio. Como no encuentra la forma de realizar acciones concretas para acabar con ella termina haciendo lo último que se habría imaginado, provocando al destino a fin de que se tuerza su realidad.Durante toda la historia mantiene la esperanza de no caer en el fondo del pozo, sin embargo intuye que el suyo no será un final feliz.
La muerte ronda constantemente la mente de Ponciano y por momentos le obsesiona de una forma impresionante. Sienfo un hombre solitario, poco querido, sabe que el día que no exista nadie le echará de menos y esta idea de la soledad absoluta frente a la muerte suele ser un tema bastante delicado, pero tratado por Sada con una maestría digna de alabar.
En Sada el desierto ocupa un lugar privilegiado, en todas sus obras se habla de él se lo detalla cuidadosamente y se consigue hacerlo parte imprescindible de su obra. Su estilo literario simula el de un cuentacuentos pueblerino, con ese ambiente rural y lejano irradiándolo todo y en él el desierto se personifica y adquiere cualidades imprevistas.
La fórmula de Sada es un cuento barroco en el desierto y por eso vuelve a cautivar a cientos de espectadores con su obra donde la derrota parece adueñarse de las sensaciones de los protagonistas y la soledad parece la única compañía posible en una vida hastiada y rutinaria.
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