Hoy les traigo otro libro para nuestro ciclo el desván de los libros perdidos. En esta oportunidad se trata de una obra clásica que seguramente la mayoría de ustedes conocen, sino la han leído al menos sí han oído hablar de ella. Se titula «Decamerón» y pertenece al autor italiano Giovanni Bocaccio. Espero que después de leer este resumen se aboquen a su lectura.
Bocaccio y el Renacentismo
Lo que todo libro de cuentos tiene que tener para considerarse un artefacto completo es una idea central que unifique todos los relatos otorgándoles un hilo conductor. En este caso se trata de un libro con tres temas fundamentales: el amor, el éxito y la fortuna y la capacidad humana para escoger.
Para quienes no lo conozcan, Giovanni Bocaccio vivió en Italia entre los años 1313 y 1375 y es para muchos el padre de la prosa italiana y, gracias a su gran autenticidad narrativa, el creador de un nuevo tipo de novela que vino a renovar totalmente la épica narrativa de Italia. De hecho junto a la «Divina Comedia» de Dante Aliguieri y los diversos escritos de Petrarca, esta obra pertenece a lo que más tarde se conocería como Renacimiento.
Dichas obras se caracterizan por presentar una renovación absoluta de las tradiciones y romper con el estilo de la literatura de la época, que tendía a un misticismo y una narración con tendencia a la alegoría. En todas ellas, además, nos encontramos con seres humanos de carne y hueso; lejos del herosimo y de las cualidades sobrehumanas que caracterizaban a los personajes hasta aquel momento.
Decamerón vio la luz en torno al año 1350 y fue una obra rotunda que modificó absolutamente la narrativa italiana. Se caracterizó por presentar una estructura sumamente extraña: una novela como marco contenedor de una serie de cuentos relacionados entre sí. Se considera que fue, además, el primer libro de relatos tal cual hoy los conocemos. ¿No creen que tan sólo por eso nos convendría darle una oportunidad?
Puntos destacados de la obra
Todos los cuentos se centran en la Peste Negra que azotó a la ciudad de Florencia durante el año 1348. En el primero nos encontramos con un grupo de jóvenes que intentando huir de la plaga se dirigen a una villa que está a las afueras de la ciudad. La forma en la que deciden matar el tiempo contándose historias: una por cada noche que permanecen refugiados y con vida. En este punto cabe señalar que se vislumbra el sentido del título de la obra cuyo significado en griego es «Diez días».
Una de las fundamentales características de la obra es su estructura. Ya que, aunque se presenta como una novela, debido a esa contención de la obra en la historia de estos refugiados, nos ofrece una serie de relatos que nos sacan de la estructura novelística. Dicha estructura se divide en diez días cada uno de ellos con una narración prologada que la vincula al resto de las historias y de los días. Otra característica es que cada uno de los cuentos va precedido de un prólogo dedicado a los amantes que han debido separarse por diversas circunstancias.
Además, «Camerón» posee otras cualidades. Entre ellas el hecho de que los seres humanos se alejen del ideal impuesto por la literatura hasta el momento es una de las más destacables. Nos encontramos con personajes llenos de ira, de frustraciones, amores quebrados, existencias que rozan la desesperación. Y todo ello narrado con un tono picaresco que ubica la normalidad de la rutina al límite de la tragedia y la comedia. De hecho, algunos aseguran que esta obra es «una verdadera comedia humana de la Edad Media».
Todos los cuentos intentan mostrarnos figuras humanas con diversas cualidades y debilidades.
Niñas jóvenes y puras que buscan encontrar a Dios y son llevadas al pecado al ser totalmente inocentes y susceptibles a las ideas ajenas. Anacoretas que ansían tanto descubrir la esencia de la humanidad que ponen a prueba a todo aquel que se cruza en su camino. Ladrones, ricos, pobres, sacerdotes, artesanos. Son muchos los personajes que atraviesan estas páginas y nos permiten encontrarnos con una realidad literaria nueva que no debemos dejar de disfrutar y una narración exquisita y entretenida.
Gracias a esta obra la identidad profana de la humanidad se ubica como eje central de la literatura renacentista. Esto la vuelve no sólo relevante y necesaria en cuanto a la nueva estructura que impone sino también a la revolución intelectual que supone para quienes la leen; convirtiéndose en una de las grandes novelas humanistas de la Italia renacentista.
Y hasta aquí nuestra breve presentación de una obra que no deberían perderse y que teníamos que incluir sí o sí en este ciclo que llamamos el desván de los libros perdidos. Por donde también han pasado obras como «La caída del rey» (de Johannes V. Jensen) o «Adiós a todo eso», (de Robert Graves).
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.