Desafío sentimental

Una amiga me comentó hace poco tiempo que un hombre y una mujer mayores de sesenta años habían decidido contraer matrimonio.

Nunca antes se habían casado, o sea, no eran divorciados, ni viudos, ni cosa que se le parezca.

Ante estos casos, a uno le viene a la mente la idea de que son personas que han tomado la decisión de no pasar en soledad (y en aburrimiento) el resto de sus existencias y por esa razón armaron un proyecto de resto de vida en mutua compañía.

Yo no creo en eso. Suelo creer que dos seres humanos que se unen (y hablo de concubinato o matrimonio, o maridaje bajo ciertos códigos) lo hacen porque el amor, que nace y renace de sus mismas costillas, golpeó con la rama de roble a sus puertas.

No es muy difícil enamorarse a los cincuenta, a los sesenta años.

Y ese calor de amor, esa urgencia de la carne, esas ganas de tomar la rosada mano amada para apretarla con fuerza, ese deseo de dormir desnudos, sigue prendiendo la fantasía de los hombres y de las mujeres que ya hace rato pasaron el término medio de la existencia.

¿Acaso es solo de los jóvenes la fogosidad, el aleteo en la sangre, la idea fija, las ganas de vestirse bien, con una falda color rojo rigurosamente ajustada a las carnes, la ansiedad porque el minutero termine con su ciclo y lleguen las ocho de la noche, la hora del encuentro en un bar céntrico, el deseo de agradar, de hablar sobre las sensaciones que provoca él en nuestro corazón, que parece quedarse paralizado de angustia cuando pasa el tiempo y el teléfono no suena?

El amor es de los jóvenes ya mayores.

Es de ellos porque la soledad, aquella hiedra que va subiendo por los huesos, es enfermiza, y tiene el poder de arrinconar, de dejar a los ojos y al alma fuera de la vida y de sus motivaciones.

Cuántas señoras de cincuenta y sesenta veo yo por allí, en la esquina de su patio, sin una ternura en su hombro.

Y no es que el amor de los nietos o del entorno familiar no sea suficiente, sino que el amor entre un hombre y una mujer suena como una campanilla diferente a los oídos y levanta las olas del corazón.

Quien quiera guardar el recuerdo de su cónyuge fallecido, que lo haga.

Hay conductas de las personas sobre las que es de gente prudente no opinar jamás.

Quien se cree desairada, herida por el hechizo barato de los hombres, que se abrigue con las sombras nocturnas, y llore. ¡Tonta!

Un matrimonio entre gente mayor es una apuesta a la vida. A la esperanza. A las ganas.

Ya tienes por fin una compañía, alguien que acaso te peinará con los dedos los cabellos y te dirá aquellas palabras que sonaban tan gratas en tiempo pasado.

Una unión matrimonial después de los cincuenta o sesenta años es la renovación del cuerpo que busca, naturalmente, su salud.

La soledad es una fiera mezquina que te engaña todos los días, y te dice muy bajito, con la intención de una sonatina casi religiosa, que los gatos suelen ser buena compañía y que si dejan la casa, es por un momento nada más.

Los hombres mayores, aún aquellos que parecieran no tener nada que ofrecer, pueden sorprenderte con su pasión durante una tarde de lluvia o de sequía.

La soledad no tiene pasión; engendra manías.

El amor, bien se sabe, no tiene edad.

Blog de Delfina Acosta

Comentarios6

  • graciela baldi

    Me gustó mucho Delfina! es en verdad lo que pienso. y hay gente, sobre todo los jóvenes que creen nunca van a llegar a ser "viejos de cincuenta años", y piensan es ridículo volver a empezar una relación. Y tal vez los "viejos de cincuenta" pensamos con tristeza que hay jóvenes de veinte o treinta que viven como si tuvieran ochenta.
    Un afectuosos saludo

  • orquidea

    Hermoso comentario, espero tener la suerte que tuvo esta pareja , de llegar a esa edad y aun sentirse amado!!! Es verdad el amor es pura energía, nunca se pierde!!!!

  • angel190288

    Si bien es cierto que para el amor no hay edad tambien es muy cierto que la solodad en ocaciones suele ser muy reconfortante y nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, dependiendo de cada quien lo mejor a veces es estar solo (mas vale solo que mal acompañado jejeje) y en cuanto a lo que decias del amor si este es verdadero y se quiere simbolizar por medio del matrimonio pues la edad es lo de menos y tambien creo que el amor verdadero te puede hacer feliz a lo 5 o a los 85 años...

  • frankito24

    me encanto lo que escribiste sobre el amor y la soledad y mas aun la frase que elegiste cerca del final...."la soledad no tiene pasion, engendra manias" espero seguir encontrando opiniones tuyas....

  • Lena

    En verdad es un desafio sentimental.
    Y muy bueno el comentario:
    "El amor, bien se sabe, no tiene edad."
    Pensamiento conocido desde siempre, pero que aun no ha sido aceptado por muchos.
    Amiga Delfina, gracias por su interesante tema
    Lena

  • cbastias

    Hermoso, la sociedad construye jovenes amargados que se dejan llevar por el rio de cauce trivialidades, el materialismo me congoja y me obliga a pensar que a veces un armani vale mas que el amor, o un plasma mas que abrazos. espero que este ejemplo llene de entusiasmo al amor desesperanzado que tantos viven.

    Gran tema os felicito, Saludos. Un abrazo.



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