Ya estamos en el barco. He escrito hasta hace poquito sobre algunos libros de viaje que me han cautivado, a los que espero les hayáis dado una oportunidad y sobre mis futuras lecturas del género. He pautado también los diversos matices que pueden servir para enmarcar diferentes tipos de textos en un mismo género: literatura de viajes.
Hoy doy otro paso para establecer la frontera que delimita una obra de viaje a modo de diario de un relato o narración de viaje; sin duda dos estilos literarios bien definidos por lo que ambos son particularmente necesarios. Próximamente también veremos de qué forma podemos conseguir el estilo que se espera de cada uno de estos textos a la hora de sentarnos a contar nuestra experiencia viajera.
Escenarios realistas vs ambientes imaginarios
Un relato de viaje no necesariamente se encuentra afincado en la realidad. Esto significa que no es imprescindible que el escenario en el que se desarrollan los hechos sea de corte realista o incluso, que exista. Hay autores con mucha imaginación que han sabido crear impresionantes mundos y llevarnos de la mano a través de ellos, haciéndonos sentir la fuerza de vivir en otro espacio y de conocer a fondo la geografía, la cultura, las costumbres, el paisaje, el clima de un determinado sitio al punto de convencernos de que en verdad ese lugar existe; es más, que ni siquiera nos planteásemos la certeza de su existencia.
Esta es una de las características fundamentales para distinguir entre un diario de viaje y un relato; el primero siempre intenta mostrar un lugar real y contar situaciones que tuvieron lugar en ese sitio en un orden generalmente cronológico. Mientras que la finalidad del segundo es hacernos sentir-vivir en otro sitio para lo cual los escenarios se mueven en el universo literario del autor independientemente de la realidad que los haya alumbrado.
Es importante señalar que para que un libro de viaje pueda ser considerado de narrativa debe contar con una historia coherente y bien amalgamada que a su vez nos invite a realizar un viaje real o imaginario a un determinado lugar. En este punto un relato de viaje se diferencia de otros géneros narrativos y, a la vez, se independiza de los diarios de viaje alcanzando su propia autenticidad.
En este punto reside otra de las diferencias fundamentales entre ambos subgéneros: mientras en un diario de viaje la escritura se cifra en torno a días, lugares, hechos reales, en un relato de viajes el tiempo y el lugar sólo son importantes si ofrecen datos relevantes en torno a la historia que se desea contar; si sirven a la estructura de la narración.
Esto significa que un relato de viajes no consiste en una suma de fechas, horas y acontecimientos, como tradicionalmente se amalgamaban las bitácoras de viajes, sino que puede derivar en detalladas explicaciones en torno a experiencias o exploraciones o diversas averiguaciones que el narrador haya hecho a lo largo de su viaje, interior o exterior.
Puntos de encuentro entre ambos estilos literarios
Existen, sin embargo, puntos de encuentro entre ambos estilos literarios. En ambos casos la idea fundamental del libro se enfoca en un lugar del cual el autor tiene algo para decir, que desea que visitemos (ficticia o realista) además este tipo de lecturas-viajes tienen la enorme virtud de enriquecernos en diferentes ámbitos, emocionales, cognitivos, sociales, geográficos, aportándonos herramientas, datos, experiencias que pueden ayudarnos a mejorar nuestra forma de estar parados en este mundo.
Otro punto de encuentro entre ambos estilos es el discurso; el cual suele ser sencillo, de fácil lectura y con mucho movimiento, lo cual vuelve este tipo de literatura sumamente propicia cuando estamos de viaje o con poco tiempo para dedicar a la lectura. Sin duda, una buena forma de viajar doblemente es leyendo un buen texto de este género para acompañar el movimiento de nuestro cuerpo con los vaivenes de nuestra mente.
Si leer es una actividad que nos lleva a volvernos más reflexivos y abiertos, la literatura de viajes nos anima a aceptar las diferencias culturales y a empatizar con la vida y las emociones de otras personas, animales y entidades que habitan en este u otros mundos. Así que, ya tenemos más que buenas razones para decantarnos por este género literario, ¿no os parece?
Comentarios2
Tomo nota entre las diferencias ;). Un abrazo, Tes.
Espero que te sean útiles. Un besazo. 🙂
Interesante post. Yo hace poco empecé un blog sobre literatura de viajes. Os comparto el enlace por si puede interesar. http://www.viajesdelibro.com
Edu, me he pasado por tu blog y me ha gustado mucho. ¡Enhorabuena! Y muchísima suerte. Un abrazo.
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