La difusión de la cultura a través de las redes sociales

Uno de los homenajes al fabuloso poeta Mark Strand me ha dejado especialmente conmovida. Fueron unas breves palabras que le dedicó el también poeta Antonio Lucas, que ya hemos tenido el agrado de entrevistar en este blog. Les recomiendo esta despedida porque no sólo habla de Strand sino de todos nosotros, de lo vertiginosa que es la vida y de esa gran ¿capacidad? que tenemos de perder el tiempo y para estar sin estar.

Lo que provocan las redes sociales

Las redes sociales han representado un cambio brutal en nuestra forma de relacionarnos pero también de mirar el mundo; a través de ellas, como dice Lucas, creamos mundos paralelos en los que a veces nos sentimos a salvos y en ocasiones notamos un grado de exposición tal que nos genera claustrofobia.

No hay amor en redes, no hay gente que nos quiere, sólo personas que tienen la habilidad de darle a un botoncito para hacernos sentir ¿menos solos? Eso es básicamente lo que tendríamos que entender, antes de acercarnos a este mundo, de lo contrario las decepciones que allí nos aguardan serán muchísimas.

Al margen de ello, que viene a ser el efecto de las redes sociales en la vida personal de cada uno, en su individualidad, como herramienta de difusión sin duda las redes son un fabuloso invento y si tan sólo se quedaran en eso creo que podrían llegar a ser perfectas.

Aprender a discernir y disfrutar de las redes sociales

Al entrar en Twitter nos encontramos con muchísima basura pero si somos persistentes y sabemos buscar, posiblemente también demos con cuentas sumamente interesantes para seguir, que nos ayuden a crecer en lo que nos gusta, a reírnos o a pensar. Muchísimos escritores, de hecho, tienen cuentas en esta red social y comparten mensajes y enlaces sumamente interesantes; tal es el caso del propio Lucas (@AntonioLucas75). Se tiene la sensación de que todos los que se dedican a este arte son narcisistas, pero lo cierto es que hay muchos que simplemente se sienten apasionados por las letras y utilizan este espacio para trabar interesantes conversaciones o compartir enlaces de cosas que no debemos perdernos. Por supuesto también comparten sus creaciones, ¿acaso puede ser esto algo negativo?

También muchas plataformas online de publicaciones culturales se aprovechan de las virtudes y posibilidades que les ofrecen las redes para trabajar en la difusión de sus trabajos. Utilizar las redes con objetivos de difusión cultural no es sencillo; no consiste simplemente en subir una serie de enlaces diarios, se intenta cautivar al público que sigue al organismo. Por eso, lo ideal es conocer las inquietudes de los lectores en primer lugar para poder ofrecerles aquello que más pueda interesarles.

La pregunta que quienes se dedican a este trabajo se hacen es ¿cómo se difunde la cultura en este mundo 2.0? La cual es reescrita y reformulada en cientos de congresos a lo largo del mundo.

Aunque nos cueste asumirlo no existe una clave universal para el aprovechamiento de las redes, como no lo han en nada en esta vida; por suerte nos queda la aleatoriedad y el asombro, dos cosas sin las cuales la vida se volvería absolutamente triste y deprimente. No obstante, sí hay algunas claves que quienes se dedican a la difusión de la cultura comparten a la hora de trabajar y que son importantes.

Puntos fuertes de las redes para la difusión cultural

No existe una buena campaña de difusión sin un espacio digital para hacerlo. Hoy en día la inmediatez y la posibilidad de llegar a un número mayor de lectores que ofrecen las redes, las vuelve imprescindibles para la tarea de difundir el arte y la cultura. Para ello es necesario contar con un grupo de personas capacitado para realizar la ardua tarea de atender las solicitudes de los lectores-seguidores: preguntas, deseos, dudas y mantenerlos al tanto de las actividades que realiza la institución.

Otra fortaleza de las redes sociales reside en la publicidad. Ciertamente funciona mucho mejor este tipo de difusión que la publicidad clásica, ya casi extinta. Se recomienda a los organismos culturales que no tengan miedo de invertir su dinero en pequeñas campañas de publicidad; algunos de los planes que nos ofrecen las redes pueden facilitarnos un mayor alcance y una respuesta cálida de parte de los seguidores en particular. En Facebook, por ejemplo existen planes de publicidad en los que se puede discriminar entre el tipo de público al que se desea llegar y se puede seguir el resultado de las campañas de forma momentánea. Este tipo de campañas resultan sumamente directas y efectivas.

Por último es recomendable que los espacios culturales tengan un experto en redes; un Community Manager que no sólo sea una persona con buena ortografía, con constancia y una buena predisposición; sino que además conozca a fondo la marca para la que ofrecerá sus servicios y sienta atracción por el mundo en el cual esta se desarrolla.

La vida ha cambiado mucho desde que Internet está en casa. Es cierto que muchas cosas se han ensuciado y la existencia ha perdido mucho de autenticidad, no obstante, si queremos sumar, podemos aprovecharnos de las ventajas de estos espacios para difundir cultura e impedir que el barco en el que navegamos se hunda.