Son numerosos los autores que a lo largo de toda la historia de la literatura han ido incorporando el elemento del doble fantasmagórico para enriquecer su arte. Pero vayamos al principio; al punto en el que este concepto se acuñó.
La semana pasada publiqué la Introducción al concepto del doble fantasmagórico y les anuncié una serie de artículos en los que abordaré el tema. En esta segunda entrega encontrarán todos los detalles acerca del origen o el acuñamiento de este concepto en la literatura, partiendo de las leyendas populares de los países nórdicos.
El concepto de doppelgänger está vinculado con la posibilidad de que una persona u objeto se encuentre en dos lugares al mismo tiempo. Algunas variantes del mismo son el gemelo malvado, los fantasmas o las apariciones. Cualquier criatura semejante al protagonista que realice actos contrarios a los que él haría, generalmente travesuras que lo ponen en apuros, podría ser considerado como su doppelgänger.
El doppelgänger de la tradición germana
Según la tradición germana cada humano tiene su doble fantasmagórico y el símbolo con el que suele representarse es una máscara. Esta idea se conoce como dopperlgänger y se caracteriza por ser una criatura incorpórea y con resistencia al tacto.
En la mitología alemana se estableció que el doppelgänger era fácilmente reconocible ya que carecía de sombra y de reflejo. Y se afirmaba que el encuentro con nuestro gemelo malvado podía ser un presagio de malos augurios; generalmente, cuando esto sucedía, la muerte del gemelo verdadero estaba próxima. Si el que veía al gemelo era un amigo, esta visión era un presagio de enfermedad o de mala suerte.
En algunos casos los dobles fantasmagóricos aparecían para aconsejar a la persona viva; aunque generalmente sus recomendaciones tenían un tinte maléfico o encubrían algún tipo de engaño. A veces, sus palabras podrían traer una gran confusión en su oyente que terminaba tomando malas decisiones en su vida.
El concepto de vardøgr en la mitología nórdica
Si bien la literatura nórdica reúne raíces comunes con los pueblos germánicos, tiene su propia identidad proveniente de países como Escandinavia o Finlandia, con mitos y leyendas auténticos.
En la mitología nórdica un concepto relacionado con el doble puede ser el de ‘vardøgr’ o ‘vardøger’ y aunque no es exactamente idéntico en apariencia al doppelgänger, posee similares connotaciones aunque de tinte más benigno. Es una especie de figura premonitoria que siempre hace aquello que la persona viva va a realizar en un futuro cercano. Entre los numerosos autores que le dieron cabida a este concepto podemos señalar al dramaturgo Strindberg (Suecia, 22 de enero de 1849) quien afirmaba que ‘aquel que ve a su doble va a morir pronto‘.
En la tradición nórdica, por tanto, el vardøgr podía tener una connotación menos dramática que el doppelgänger; por ejemplo, se creía que cuando a una persona se le aparecía un espíritu que tenía los rasgos, el olor o la voz de un amigo, familiar o persona a la que conocía, se trataba de un anuncio de su llegada; como si fuese algo así como un espíritu predecesor.
En el propio nombre no se hacía referencia al doble fantasmagórico sino a un guardián de la mente que podía ayudar a las personas a prepararse para algo que estuviera por acontecer. Esto significa que tenía una connotación mucho menos siniestra que el doppelgänger y no podría ser vinculado con el gemelo malvado o mitos similares.
Al día de hoy todavía hay quienes creen en esta existencia. De hecho, se cree que aquellos que cuentan con un vardøger son personas buenas y responsables; esto deja en evidencia el carácter benigno de este espíritu. Asimismo se dice que si un vardøger se cruza en nuestro camino puede significar tanto que estaremos pronto con esa persona o que simplemente nos la cruzaremos en el camino. Dicho todo esto es más que evidente que el vardøger es una criatura antagónica al doble fantasmagórico.
Si bien el término se ha acuñado en la tradición germana y nórdica no escapa al resto de las culturas, posiblemente porque trabaja sobre una de las cosas que más nos interesan a la vez que nos asustan: la posibilidad de trascender un instante. Por eso, en todas las tradiciones del mundo nos encontramos con conceptos que aunque no se definan igual representan esta misma idea y tienen algo en común: la presencia de la muerte o la posibilidad de conocer el futuro.
Cabe mencionar que en torno a esto se conocen muchísimas teorías a las que parece necesario acercarse con una cuota de fe. Al margen de si es o no posible la existencia de un doble idéntico a nosotros, nadie puede negar la inmensas posibilidades que se abren para la literatura al explorar este concepto.
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