Hablar del Siglo de Oro en España es hacer referencia de manera obligada al escritor madrileño Pedro Calderón de la Barca. Fue, sobre todo, un experto dramaturgo que nos legó obras magníficas y de una calidad innegable como La dama duende, La casa con dos puertas, mala es de guardar o La vida es sueño.
No obstante, ahora queremos hacer especial hincapié en sus dramas más importantes o, al menos, los que suscitaron mayor interés y los que han sido calificados como auténticas obras maestras de la literatura de todos los tiempos:
El príncipe constante
En el año 1629 fue cuando el autor llevó a cabo la escritura de esta obra que, sin embargo, no fue editada hasta 1639 y que no se pudo representar en todo el siglo XVII en España, porque la censura lo prohibió.
¿Qué cuenta? En concreto, narra cómo el infante Fernando de Portugal se encuentra metido de lleno en una serie de guerras con tal de conseguir nuevos territorios para su corona en Marruecos. Y será de esa manera cómo logrará tomar prisionero a uno de los guerreros más importantes del bando rival, a Muley Hasan.
Sin embargo, por distintas circunstancias, entre ellas que su hija está enamorada del marroquí, el portugués decide liberarlo. Pero ese será el principio de su fin. Y es que el infante será detenido por el rey rival, quien pedirá a los portugueses intercambiar a ese por la ciudad de Ceuta, que está bajo dominio luso. Esos aceptarán la propuesta pero no Fernando de Portugal, que morirá en cautiverio.
El médico de su honra
Otro de los dramas más alabados y ensalzados de la bibliografía de Pedro Calderón de la Barca es este que se publicó en 1637 y que está ambientado en el siglo XIV.
El protagonista no es otro que Don Gutierre, un hombre que tiene sospechas de que su esposa (Mencía) le está siendo infiel con el infante don Enrique, el hermano del rey Pedro I de Castilla.
Esa situación hará que decida poner en marcha un plan no para salir de dudas sino más bien para poder atajar para siempre la situación. Eso sí, lo hará sin levantar sospechas y permitiendo que nadie sepa quién se esconde detrás de la actuación que va a realizar: asesinar a su mujer.
El Alcalde de Zalamea
En el año 1636 parece ser que el escritor dio forma a esta obra dramática que gira en torno a la figura de don Pedro Crespo, un labrador rico de Zalamea de la Serena. Este se ve en la obligación de darle cobijo en su casa al capitán Álvaro de Ataide, un hombre que no respetará en absoluto a su anfitrión ya que ultrajará a su hija, doña Isabel.
El padre intentará que el citado militar se case con su vástaga para así poder “remediar” la situación que ha creado. Pero esta la rechazará plenamente por pertenecer a una clase social inferior.
No obstante, la situación no quedará ahí. Y es que todo dará un giro cuando don Pedro se convierta en alcalde de la localidad y, usando la justicia a su antojo, decida prender y sentenciar a muerte al culpable de haber roto la vida de Isabel.
Los cabellos de Absalón, El José de las mujeres o El mágico prodigioso son otros de los dramas más interesantes creados por Calderón de la Barca.
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