Edith Nesbit, la escritora que inspiró a los autores de importantes sagas

Hace unos días te dábamos a conocer varias obras que tomaban como escenario un tren o que desarrollaban parte de su trama en el mismo. Y entre esas se encontraba la novela juvenil Los chicos del ferrocarril (1906), perteneciente a la escritora inglesa Edith Nesbit. Nos estamos refiriendo a una autora que consiguió convertirse en el referente y en la fuente de inspiración para otras muchas generaciones de literatos posteriores.

En concreto, ha logrado pasar a ser un verdadero ejemplo para autores que hoy tienen un gran peso en el ámbito de las palabras porque son autores de importantes sagas. Nos estamos refiriendo, exactamente, a J.K. Rowling, la creadora de Harry Potter o a C.S. Lewis, el autor del universo de Las Crónicas de Narnia.

Estos dos escritores y otros muchos más se inspiraron en las novelas juveniles de Nesbit para crear verdaderas obras maestras. Novelas entre las que podemos destacar las siguientes:

Los buscadores de tesoros

En el año 1987 fue cuando se publicó en castellano este libro que gira en torno a la figura de los seis hermanos Bastable (Oswald, Alice, Horace Octavius, Dora, Dicky y Noël). Estos son huérfanos de madre y tienen que buscarse la vida como pueden. Es más, llegan a la conclusión de que van a hacer todo lo que esté en su mano para poder recuperar la fortuna familiar.

De ahí que empiecen a pensar cómo conseguirlo y van ensayando métodos de lo más pintorescos como hacerse detectives privados, buscar tesoros que permanecen ocultos, atrapar a un ladrón, vender alcohol a escondidas, rescatar a un anciano adinerado en apuros…

El castillo encantado

En el año 1907 fue cuando vio la luz por primera vez esta otra novela de Edith Nesbit. También está dirigida a un público infantil.

Los protagonistas no son otros que tres hermanos (James, Gerald y Kathleen) que durante sus vacaciones disfrutan realizando “caminatas” en las que van explorando la zona. Precisamente en una de esas aventuras descubrirán un castillo misterioso rodeado de estatuas de mármol, dotado con un lago y en el que hay una princesa durmiente.

Princesa que hablará a los niños, que les contará mil y una historias sobre la magia de esa fortaleza y que no dudará en explicarles que, además, en la misma se esconde una singular joya. ¿Cuál? El anillo de la invisibilidad.

La ciudad mágica

1910 fue el año en el que se publicó este otro libro que cuenta que Philip debe pasar una temporada junto a su hermanastra (Lucy) porque su hermana (Helen) se ha casado y se ha marchado de luna de miel. La idea no le gusta nada porque no se lleva bien con Lucy y también porque la niñera que se encarga de sus cuidados es realmente odiosa.

Por ese motivo, siempre que le es posible intenta escabullirse para jugar solo. Sí, juega al principal entretenimiento que tenía con su hermana: construir ciudades mágicas utilizando cualquier objeto que se encuentre en la casa. Un día comenzará a realizar una nueva urbe de ese tipo y, sin saber muy bien porqué quedará tan profundamente dormido que aparecerá en un mundo fantástico, donde también está Lucy.

Por eso, aunque no les guste, deberán unir fuerzas para volver a la realidad.

¿Qué te parecen las historias de Nesbit?



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