Seguramente el amor es el mayor vínculo que pueda existir entre dos seres vivos, ya sea entre dos enamorados o entre dos seres que simplemente desean compartir sus vidas, sin que exista un deseo sexual de por medio. En la literatura, el amor de pareja es materia corriente, es como el comodín siempre útil para rematar historias o para aportarle elementos que las eleven a otro plano. En este artículo analizaremos brevemente el lugar que este sentimiento ocupa en las letras y cómo ha sido empleado a lo largo del tiempo.
Tipos de amor en la literatura
En la literatura el amor ha ocupado diferentes lugares, es decir que de acuerdo a los autores, a la etapa de la historia y al género en cuestión varían los tipos de amores.
Uno de ellos es el amor sensual, el cual encierra relaciones donde la atracción física y el placer corporal son los motores para el acercamiento entre dos personas. En las historias donde aparece este tipo de amor suele hacerse hincapié en la unión de los cuerpos entre dos amantes y aparecen conflictos de posesión. Además, el enamoramiento y la absoluta necesidad del cuerpo amado son desencadenantes de una historia que exige exclusividad y que para conseguirla puede valerse incluso del engaño.
Un ejemplo de este tipo puede apreciarse en la obra de teatro «El burlador de Sevilla o convidado de piedra» de Tirso de Molina.
El amor trágico es otro tipo, y se caracteriza por presentar historias de amor prohibido donde los enamorados deben enfrentarse a fuerzas superiores que no aprueban dicha unión. Entre los elementos que aparecen en este tipo de obras se encuentran los juegos del destino, la tragedia en todas sus formas, la rivalidad entre familias, la soledad y sobre todo la muerte, que se interpone imperiosa para evitar que dos seres que se aman puedan vivir juntos para siempre. «Romeo y Julieta», la obra maestra de William Shakespeare, representa uno de los mejores ejemplos de este tipo de amor.
Otro tipo de amor es el tirano, que está íntimamente relacionado con la libertad, es decir que alguien es privado de ella y de expresarse con total albedrío. Como ejemplo podemos citar «Casa de muñecas» de Henrik Ibsen.
Por último mencionaré al amor cortés, el cual es representado por el amor de un hombre por una mujer a la que endiosa. Hay una concepción de la mujer y de la femineidad que casi roza la perfección. El hombre es un señor cruel e inflexible al que todos deben respetar. La mujer no tiene por qué retribuir el amor de su esposo, sin embargo cuando esto ocurre aparece una historia de amor apasionado, de goce carnal que eleva a las almas a otro espacio. La mayoría de las damas en las obras que desarrollan este tipo de amor, son esposas y madres de familia respetadas por hijos y esposo y a la vez tiene historias ardientes con otros hombres (a veces uno sólo). En la «Divina Comedia» de Dante Alighieri aparece una historia de este tipo, la que se da entre Paolo y Francesca.
Si bien existen otros tipos de amor, sobre todo en las obras de esta era, la mayoría descienden de alguno de estos tipos. Incluso podríamos tan sólo hablar de dos clases de amor, el sensual, aquel donde lo erótico y pasional ocupa un lugar fundamental, y el idealizado donde el ser amado aparece como algo inalcanzable por lo que es necesario utilizar los ojos del alma para conseguir percibir su verdadera esencia.
Literatura argentina sobre amores desafortunados
Recientemente en un encuentro organizado por la Revista Ñ, se debatió el lugar que el amor ocupa en la literatura. El evento se titulaba «¿Dónde está el amor en la literatura argentina?». Se trató de una mesa redonda de la que participaron figuras literarias de la Argentina contemporánea, tales como Martín Kohan, Marina Mariasch y Gonzalo Garcés. A decir verdad, la mirada del amor de estos autores se asemeja a las grandes tragedias griegas, donde las rupturas parecen la cosa más atroz y los personajes se sienten condenados a vidas absolutamente infelices tras de una ruptura de este tipo.
A mediados del Siglo XIX Qian Zhongshu escribió «El matrimonio», del que dijo era la fortaleza asediada, donde quienes estaban dentro ansiaban salir y los que estaban fuera deseaban entrar. La autora Marina Mariash, acaba de publicar una obra con el mismo título, lanzándose a la misma tarea, la de intentar explicar los por qués detrás del amor de pareja, de entrometerse en la cotidianidad de los personajes y conseguir comprenderlos. Asegura que no intentaba escribir una novela, simplemente poner en palabras sus ideas y sensaciones.
Por su parte, el autor de Bahia Blanca, una historia de desamor, Martín Kohan, expresó que se considera un monogámico serial, absolutamente enamoradizo. El autor planteó en su última obra un amor desafortunado, casi patético, desolador…
«Me enamoro todo el tiempo y me resulta inadmisible, intolerable e insoportable que una mujer me haya querido y ya no. En ese estado escribí la novela».
Por último Garcés, quien recientemente publicó «El miedo», hizo referencia a las rupturas y de ese vacío insobornable que rodea la vida de una persona cuando otra deja de quererla. Dijo que esta sensación tan deprimente existe porque el amor es un lugar habitable, que brinda seguridad y confianza.
En una entrevista que le hicieron hace poco Gonzalo Garcés explicó que esta obra es autobiográfica en cuanto a que implica una situación a la que tuvo que enfrentarse en persona; sin embargo, los personajes son ficticios, al igual que los hechos que se narran. En ella el autor manifiesta la sensación de ahogo que trae el desgaste de la convivencia, cuando se rompe la unión y los sentimientos de enamoramiento que hubo en un principio abandonan la relación para siempre.
De diferentes formas y colores el amor siempre reincide en las historias, para volverlas más vivas, para brindarles la sensación de necesarias y para recordarnos que somos mortales y que él es eterno. Porque una vez nosotros nos hayamos marchado con nuestras historias amorosas, vendrán otros a vivir las propias y así hasta el fin de los tiempos.
Comentarios3
Téxil! me encantó este artículo, realmente es el núcleo, aunque se toquen otros temas, de la Literatura y el Arte en general, tan es así, en tanto es la más perfecta sublimación de nuestro inconsciente y la manera de volcarnos realmente con tutti, poniendo el corazón a disposición del lector como en una operación a pecho abierto a la emoción.
Un abrazo de aeropuerto!
Buen articulo, siempre hay conexión entre la Literatura y el Arte. El amor y la forma de expresarlo en letras o en pinceladas. Todo se desarrolla a través de esos temas. Hasta el colorido que se pueda llegar a plasmar en un lienzo. Todo depende de como esta el corazón y los sentimientos del momento.
Abrazos
Qian Zhongshu es escritor de mediados siglo XX y una de sus obras más importantes es "La Fortaleza Asediada".
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