En los últimos años uno de los géneros narrativos que ha crecido notablemente en popularidad es el de la novela negra.
El escritor americano de novela negra Raymond Chandler expresó acerca de este género: «Es la novela del mundo profesional del crimen».
El objetivo principal de estas historias no reside en la resolución del misterio sino en la descripción de sus protagonistas, quienes confusos no son capaces de distinguir entre el bien y el mal. La novela negra intenta mostrar un ambiente tenebroso donde la justicia no es posible, donde los personajes sufren infinitamente y la inseguridad es moneda corriente.
Una novela negra se diferencia de una meramente policial porque muestra mucha más violencia; todo es crudo y por eso la resolución de los delitos no es lo más importante, sino la descripción de la realidad que lleva a un ser lleno de rabia, envidia y pasiones oscuras a cometer actos detestables, es un análisis a la sociedad en la que ese personaje habita. Además en este género no existe alguien que pueda llevar el hilo como sí ocurre en las novelas policiales, todo es caos, desorden.
Un poco de historia
«La novela negra es una exploración del alma humana» – Peter May-
La novela negra tiene sus orígenes en Estados Unidos, algunos de los nombres más importantes que marcaron esta clasificación dentro de las novelas policiales son: Dashiell Hammett, Raymond Chandler, James M. Cain, Patricia Highsmith y William Irish entre otros.
Desde sus comienzos ha conseguido muchos adeptos pero desde hace unos cinco años este género se ha puesto aún más de moda, sobre todo en Suecia, España y otros países europeos.
Uno de los países donde han surgido más escritores de novela negra es Suecia donde este género ha dado un salto importante en los últimos años, donde incluso muchas obras han sido llevadas a la pantalla grande del cine nacional con importantes presentaciones, tales como la de Kenneth Branagh, un referente importante en este país.
Recientemente he leído algo al respecto que me ha resultado gracioso, pero no necesariamente es errado: «Dicen que los suecos son de salir poco de casa. Las extremas temperaturas invernales invitan a encerrarse entre las cuatro paredes de los cálidos hogares escandinavos. También se rumorea que los suecos son de leer mucho. De nuevo, el clima les obliga a quedarse en casa, preferiblemente con una novela negra entre las manos. Y de leer una historia policíaca a protagonizarla, sólo hay un paso».
Algunos de los autores suecos más renombrados y que son muy leídos en España son Stieg Larsson, Åssa Larsson y Camilla Lackberg.
En las novelas suecas se pueden encontrar símbolos claros de las novelas policiales enmarcadas en una realidad social sumamente extraña, donde el miedo, la violencia y la muerte son elementos comunes.
Principales características de una novela negra
Pierre Grimaud expresa en una monografía sobre Henning Mankell: «La sociedad es el verdadero criminal. Es por culpa de ella que la gente mata, pero la sociedad nunca es condenada, no la arrestan y por tanto, no la pueden culpar».
En la novela negra existe un crimen, pero no es el elemento fundamental de la historia; existen los policias o detectives pero no son los típicos héroes, sino personas comunes, con carencias y defectos y que hacen lo que pueden, lo que creen justo pero que no necesariamente están al servicio de la justicia, sino de su forma de pensar.
Los asesinatos no se muestran como algo aislado, único e importantísimo, sino como un hecho que hace a lo cotidiano y que refleja las debilidades de toda la sociedad, que muestra las miserias de un grupo social, y las consecuencias de determinadas características sociales.
Las mujeres y la novela negra
Pese a que las damas parecen siempre caer en la estereotípica etiqueta de ser débiles, existen muchas escritoras que han marcado un antes y un después en las novelas policiales dándole un toque oscuro y llamativo al género. Entre estas autoras se encuentran: Agatha Christie, Patricia Highsmith, P.D. James, Ruth Rendell, Sue Grafton, Fred Vargas y Donna Leon.
Y, como ya lo hemos dicho antes, también entre los autores suecos existen mujeres que están marcando huella en este género, tales como Camilla Lackberg y Assa Larsson, que son importantes referentes y crean los best sellers más destacados del crimen.
Camilla Lackberg considera que los hombres y las mujeres escriben de manera diferente: «Los hombres escriben sobre lo que ellos quisieran ser, por eso son héroes solitarios, duros, valientes… Mientras que las escritoras escribimos sobre quiénes somos y sobre nuestra vida cotidiana, teniendo una sensibilidad especial para describir los detalles».
Los temas más presentes en la novela negra de estas mujeres son las cuestiones de la vida cotidiana tales como problemas familiares, temas sociales relacionados con el aborto y cuestiones éticas del estilo. Sin embargo estas formas de expresión no sólo se encuentran en obras escritas por mujeres, autores como Johan Theorin también las han utilizado.
España y la novela negra
En España la novela negra comienza a tener lugar en la época de la posguerra y lo hace a través de autores como Mario Lacruz, Tomás Salvador, que describen los asesinatos enmarcados en una sociedad caótica que deben ser resueltos por los primeros detectives costumbristas españoles. Sin embargo a este género no se le dedica especial atención hasta que no surge Manuel Vázquez Montalbán con el detective Pepe Carvalho. Muchos consideran a Montalbán como el padre de la novela negra de este país.
Otros autores españoles de novela negra son: Juan Madrid, Lorenzo Silva, Francisco González Ledesma, Alicia Giménez Bartlett y Rodolfo Walsh.
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