Antes de pisar el terreno del siglo XIX Matthew Lewis escribía sobre temas punzantes y obligaba al mundo de la literatura a discernir si lo suyo era maestría o si merecía ser quemado en la hoguera por poner en palabras historias tan sombrías y a la vez absolutamente sentimentales. «El monje» de Matthew Lewis sin duda es una novela que no podía faltar en nuestro desván de los libros perdidos, y por eso es mi lectura vieja de esta semana. Espero que les guste.
Los aportes de Lewis a la novela gótica
De esta novela se dicen muchas cosas, una de ellas es la que ha servido para labrar el mito en torno a su autor: Lewis tenía sólo 19 años cuando la escribió y su composición le llevó solamente diez semanas, un tiempo record, ¡qué duda cabe! De todas formas, de nada nos valdrían estos datos si al zambullirnos en ella no descubriéramos esta historia impresionante y novedosa que enriqueció profundamente el mundo de los libros. Así que, mejor quedémonos con esto: el contenido maravilloso que nos ofrece esta lectura.
«El monje» es una novela llena de personajes que se cruzan, aunque tiene un protagonista fundamental, que hace las veces de nexo entre el resto de las criaturas que pisan este libro.
Este protagonista es Ambrosio, que comienza siendo un prior absolutamente entregado a su labor de monje, convencido de que está por encima del resto del mundo, hasta que una situación lo obliga a ser consciente de sus necesidades-deseos físicos y su vida se abre en dos. De pronto, el monje ejemplar se descubre como un hombre enfadado consigo mismo y con una gran cantidad de frustraciones por haberse decantado por una vida monacal y enclaustrada que le ha impedido explorar sus emociones y su sexualidad, y esto lo lleva a cambiar rotundamente de actitud.
Raimundo, el heredero del marqués de Las Cisternas, Antonia y su madre, Lorenzo, Inés, Cristóbal, Matilde: todas criaturas que viven existencias vacías y que buscan en los placeres de la carne una razón para sobrevivir. De alguna forma, lo que encontramos en esta novela es la hipocresía de la que se alimenta nuestra especie para conformarse con vidas superficiales y eludir la búsqueda de lo que realmente vale la pena en la existencia. Y la forma en la que Lewis consigue llevarnos a esta reflexión es desde la confrontación y una narración atrapante.
Por qué leer «El monje»
Cuando «El monje» fue publicada recibió una crítica dura por tratarse de una novela transgresora. Sin embargo, el exquisito gusto de Lewis para su escritura y el hecho de que se tratase de una obra revolucionaria, la condujeron a la lista de los libros imprescindibles en la historia de la literatura.
Y es que se trata de una de las primeras novelas góticas en las que elementos crudos como el incesto, el comportamiento de la Inquisición Católica, las violaciones y las apariciones demoníacas dotan al registro de una contundencia inaudita. Podría tratarse también de una de las primeras novelas que ponen en tela de juicio la imagen del sacerdote como enviado de dios y que lo convierten en el villano de la historia.
Esta lectura nos permite un viaje al corazón de una sociedad jerárquica en la que los valores son determinados por quienes detentan el poder, en una época en la que éste estaba en manos de la iglesia y sus clérigos. Una mirada de la puerta hacia adentro de esa institución donde no encontraremos precisamente pureza y personas de corazón limpio. Hipocresía, mentiras, falsedad y postureo son las características principales de los que gobiernan y guían esta sociedad. Curiosamente, lo que descubriremos no difiere tanto de la realidad que habitamos a varios siglos de distancia.
«El monje» es una de las novelas fundamentales de la literatura gótica, que parte tomando como referencia «Los misterios de Udolfo» de Ann Radcliffe y que ha servido de inspiración para la creación de muchísimas obras posteriores, algunas de nuestro tiempo, como «Reconstrucción» de Antonio Orejudo, sobre la que he escrito recientemente. Sin lugar a dudas, «El monje» es una historia que todos deberían leer por sus cualidades subversivas, sacrílegas y su contenido sangriento, horroroso y por momentos divertido. ¿No son acaso razones suficientes para traerla a nuestro desván de los libros perdidos?
Comentarios1
Qué buena pinta. La pondremos en la lista de prioridades, jejeje. Un abrazo, Tes.
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