El narrador de cuentos

Hay ocasiones en que la literatura logra llegar a la televisión y conseguir buenas repercusiones, incluso en un medio que no suele caracterizarse por dejar lugar para la reflexión. «Ver para leer», conducido por el escritor Juan Sasturain, es un ejemplo de la TV argentina que muestra cómo los libros también pueden destacarse en la pantalla.

En 1988, se estrenó en Inglaterra un programa denominado «The storyteller», conocido en los países de habla hispana como «El narrador de cuentos» o «El cuentacuentos». Creado, producido, dirigido y escrito por Jim Henson, esta serie logró convertirse en un clásico de la televisión que aún hoy es recordado por miles de personas.

La idea de «El narrador de cuentos» era sencilla: a través de la actuación y de animaciones, un viejo narrador relataba distintos cuentos europeos legendarios. El narrador, sentado junto a una chimenea en un antiguo castillo, era acompañado por un perro parlante, cuya voz estaba a cargo del propio Henson. Dos actores fueron los responsables de dar vida al narrador: John Hurt y Sir Michael Gambon.

A lo largo de su breve historia, esta serie pudo representar nueve cuentos en su primera temporada: «Hans, mi pequeño erizo» (donde una mujer tiene un hijo mitad humano-mitad erizo), «Juan sin miedo» (la historia de un sastrecillo valiente), «El niño afortunado» (con un rey que intenta asesinar a un niño), «Insípida» (una variante de «La cenicienta»), «El soldado y la muerte» (las aventuras de un soldado que vuelve de la guerra), «El gigante sin corazón» (relato en el cual un gigante es capturado para que deje de atemorizar a un pueblo), «Una historia corta», «Los tres cuervos» (con una bruja que convierte a unos niños en cuervos) y «La verdadera novia» (basado en un cuento popular noruego).

Tras estos nueve episodios, Henson hizo una continuación de la serie que se conoció como «El narrador de cuentos: mitos griegos». Aquí el narrador se encontraba en un almacén de antigüedades griegas; en sus cuatro programas, contó las historias de «Dédalo e Ícaro», «Orfeo y Eurídice», «Perseo y la Gorgona» y «Teseo y el Minotauro».