El problema de la Poesía

En el Día Mundial de la Poesía quiero reflexionar en torno a dos temas de los que casi nadie habla y que considero fundamentales. Aprovecho también para recomendar a algunas buenas poetas cuyos libros no han tenido la repercusión que me habría gustado, precisamente a causa de esos asuntos sobre los que me explayo. ¡Feliz Día de la Poesía!

Mis primeros poemas fueron horribles imitaciones de los poetas y las poetas que admiraba. Este es el pasado común que tenemos la mayoría de los que nos dedicamos al género poético. La fascinación por el lenguaje es algo inexplicable que surge antes de la escritura y que conforme va creciendo nuestro conocimiento de las normas y las exigencias del género, va mutando. Sin embargo, a veces, en esa mutación también se pierde un poco de espontaneidad tanto como de punzada poética. Nuestro deber es evitarlo. Nuestro gran desafío es conseguir continuar escribiendo le pese a quien le pese, aprendiendo de nuestros referentes pero sin alejarnos de una apuesta y búsqueda personal. La imposición de una estética determinada que no se abre a nuevas formas de expresividad es uno de los temas que noto que más afectan la producción de este género literario en España. El segundo tema es la negación de una poesía híbrida, donde el lenguaje no es de aquí ni es de allí. Una negación que invisibiliza el trabajo de buenos autores y autoras que sin ser españoles viven y escriben aquí, y cuyas voces no son tenidas en cuenta ni en la poesía española ni en la latinoamericana. Ambos temas me preocupan y esa preocupación tiene también que ver con la sospecha de que una vez más las mujeres salimos peor paradas que los hombres.

Qué es poesía

Empecemos por el principio. No te preocupes; no vas a encontrar el ya suficientemente esnifado verso de Bécquer que no sólo no responde a la pregunta sino que genera más dudas que certezas. Pero los versos más recordados no son los mejores, eso ya lo sabemos tú y yo. No. Mi inquietud es la siguiente: ¿puede la teoría explicar lo que es poesía y reunir en su significado a todos las poetas?

Poesía es un término híbrido. Una palabra griega que fue pasada por el tamiz del latín y llegó a nosotros con el significado de «cualidad de convertir pensamientos a materia». Su definición antigua la separa del territorio de lo racional y de lo práctico. Fue Aristóteles quien dividió las actividades humanas en tres categorías: las actividades relacionadas con el conocimiento (la búsqueda de la verdad), las actividades relacionadas con la realización personal (enfocadas en el desarrollo de la creatividad) y aquellas relacionadas con la acción propiamente dicha (orientadas a resolver problemas reales bien definidos). La poesía pertenece según esta descripción al segundo grupo.

Ahora bien, ¿nos dice esto lo que es la poesía realmente? No. Nos habla de la creatividad absolutamente desligada de la razón (algo que se sostuvo durante siglos pero que ya resulta anacrónico) y nos deja la sospecha de que la poesía no puede influir en la resolución de problemas reales (esto la vuelve inútil y posiblemente innecesaria). Y así como la ves, esta definición antiquísima y definitivamente pobre, es la que todavía se enseña en los colegios.

La Historia ha sido escrita en gran parte por hombres. Partamos de esa base. Por lo tanto, todo aquello que hasta ayer era una verdad inamovible, debería provocarnos como mínimo una ligera duda: la posibilidad de que otra realidad haya sido escondida, censurada. Durante siglos el arte de las mujeres fue condenado por los ojos de hombres trajeados que se creyeron con la autoridad de decidir qué nos definía como especie, qué es sexualidad, qué es arte. Por eso debemos ser cautos, y estar atentos a ciertas actitudes que nos son familiares pero que igual deberíamos trabajar.

Existe una definición para todo. Hay que ir al diccionario, a la teoría, a los griegos… Las palabras vinculadas a la poesía tienen orígenes lejanos, historias preciosas que las identifican, pero también cargan un pasado peligroso: en estas historias las mujeres no aparecemos; quienes han dictado esas teorías han sido hombres, es decir, quienes han impuesto la mirada, la forma de mirar el mundo. El problema de la poesía es que sigue siendo definida por hombres, y quienes pautan sus límites no son precisamente amigos del mestizaje.

Extranjerías poéticas o limbo de la identidad

El segundo tema que me inquieta es el de la extranjería. ¿Cuáles son los límites del arte y de su identidad? Esta pregunta viene ligada a otra más inquietante: ¿quiénes son los que dibujan esos límites? Y una más: ¿qué sucede con aquellos que escriben incumpliendo las fronteras determinadas por el canon?

Responder a ellas podría servirnos para entender de qué forma la poesía es controlada y capitalizada por unos pocos que han decidido solitos (alentados por algunos amigos con poder) que son los únicos con autoridad para discernir lo verdadero en el terreno de la poesía. Señores que defienden a raja tabla la tradición (esa tradición escrita por hombres) y que ponen el grito en el cielo cuando las nuevas generaciones ponen en duda esa tradición y buscan reescribirla. Que, evidentemente, dan por sentado que oponerse o no guiarse por el legado tradicional es signo de desconocerlo, y no, de querer rebelarse contra él.

Cuando dejas un país, ganas dos patrias. Eso suelen decir quienes nunca han salido de su lugar de nacimiento. La verdad es bien diferente. Cuando dejás (y el acento es deliberado) tu país, lo que ganas es un vacío. Tu poesía deja de ser de tu tierra para convertirse en extranjera en todos los sitios. Y el mundo de la literatura no contempla este éxodo que deviene en la siguiente realidad: para los que viven en la que fue tu patria ya no eres parte de la poética nacional y para los extranjeros (tu nuevo hábitat) tampoco formas parte de su literatura. Esto te deja parado en una especie de frontera o limbo que aún no ha sido nombrada. Y sobre esto reflexiona de forma contundente Arturo Borra en ese libro fabuloso que es «Poesía como exilio» (Universidad de Zaragoza).

En España hay un par de pequeñas editoriales que se dedican a publicar a autores latinoamericanos y que no incluyen en su catálogo a latinoamericanos que residen en España sino a poetas que viven en Latinoamérica. Asimismo, en las editoriales españolas que se dedican a publicar poesía de España tampoco hay espacio para los poetas que siendo extranjeros, viven y escriben en España. Es decir, los poetas latinoamericanos que viven y escriben aquí, son invisibles. No pertenecen a ninguna poética nacional y, por tanto pasan desapercibidos para la industria del libro. Pienso que esta cuestión de identidad es uno de los asuntos a resolver.

En un mundo globalizado, donde las fronteras territoriales y culturales ya prácticamente no existen, debería pensarse en nuevas maneras de decir y nombrar la poesía. Y hablo de la realidad de los y las poetas latinoamericanas porque es la que conozco, no por hacer una lectura occidentalizada del concepto de extranjería poética.

Cuatro poemarios en el Día de la Poesía

He leído en los últimos años poemarios poderosísimos de mujeres. Algunos que han pasado por librerías, festivales y eventos poéticos sin pena ni gloria y cuyo paso invisible me ha producido especial congoja. La razón, entiendo, por la que esos libros no han conseguido más lecturas, más visibilidad y más cariño (que es sobre todo lo que se merece todo libro auténtico) es que plantean estéticas que se encuentran en una zona peculiar.

No se abrazan a las tendencias (esas nuevas corrientes estéticas que se entronizan gracias a esa cosa que se llama visibilidad y que está relacionada con un trabajo arduo de publicidad usando como canal las redes sociales) ni tampoco se ajustan al canon literario (que sigue siendo masticado y regurgitado, impuesto y obligado, y que en el mundo de la poesía es más difícil de distinguir porque va de reformador, de libertario y de deconstructor pero en el fondo sigue las mismas y cansinas normas de siempre). Estos libros, entonces, quedan en una especie de limbo: tienen sus presentaciones, algunos hasta consiguen algún premio sencillo, pero no sobresalen lo suficiente como para convertirse en referentes de su tiempo; aunque en material y mensaje lo sean.

Hoy, que celebramos el Día Mundial de la Poesía, quiero terminar recomendando cinco libros maravillosos publicados en España que se salen de esos límites que los canónicos temen que atravesemos. ¡No dejes de leerlas!

🕯️ «Chocar con algo». Erika Martínez (Pre-textos)
Un poemario escrito con cabeza y corazón, cuidadísimo en forma y que apunta directo a nuestras tripas.

🕯️«Cual menguando». Chantal Maillard (Tusquets)
No creo que exista poeta que me fascine más. El duelo, nuestras contradicciones y la forma en la que tropezamos con nuestros miedos son los elementos cruciales de este poemario.

🕯️«Introducción al límite». María Alcantarilla (F. Lara)
Un libro donde herencia choca con vuelo y la reconstrucción es una salida angustiante, llena de tropiezos. Frases precisas y sensibilidad extrema son las características de una de las mejores poetas de mi generación.

🕯️«Un vaso de agua». Lola Mascarell (Pre-textos)
Entre las mayores virtudes de su poesía descubro silencio y sensibilidad para captar lo auténtico de lo cotidiano. Este libro es un grito de auxilio y también la búsqueda de una poesía que nombre el deseo de lo inútil.

🕯️«Antes de desaparecer». L. Giordani (Tigres de papel)
Un poemario que dibuja mejor que yo he sabido hacer en este texto la intemperie a la que nos obliga la extranjería. Laura es una poeta maravillosa.

Comentarios2

  • NUEVA TINTA

    comparto plenamente con todo lo que dices en este extenso artículo Tes. Llevo muy pocos años escribiendo poemas, pero escribiendo como siempre me nació hacerlo, como no leí nunca a los grandes nunca fui influido por ninguno de ellos. Si bien al principio tenía un concepto casi propio, de lo que es la poesía, con el paso del tiempo me he ido dado cuenta que estaba equivocado, la poesía no puede ser del todo definida por tal o cual autor, creo que el significado de Poesía está por encima de todos los que escribimos poemas...

  • mariapdfoxa

    La Poesía es ese estado límbico...en el que entramos antes o después.

    gracias!



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