«El segundo sexo» de Simone de Beauvoir

Después de unos días de vacaciones, vuelvo a la carga con un nuevo artículo para el Desván de los Libros Perdidos (espacio en el que rescato obras más o menos olvidadas que creo indispensables).

En esta oportunidad, aprovechando que hoy recordamos los 109 años del nacimiento de Simone de Beauvoir, escribo sobre uno de sus libros fundamentales, «El segundo sexo». Estoy convencida de que es una lectura que nadie debería dejar escapar, porque nos ayuda a pensar sobre el lugar que ocupamos en el mundo y colabora con la reivindicación de la individualidad frente a los otros.

El dedo en la llaga del conservadurismo

«El segundo sexo» vio la luz en 1949 e implicó un antes y un después en el pensamiento del siglo XX. En poco tiempo se convirtió en uno de los textos-mandato del feminismo, al que todavía acudimos fervorosas muchas lectoras en busca de respuestas; es innegable la importancia que el pensamiento de Beauvoir tuvo para el movimiento y lo que su vida emocional e intelectual nos ha impactado a muchísimas mujeres ( y hombres también, claro).

Lo que Beauvoir hace en este libro es meter el dedo en la llaga y luchar por la independencia femenina más allá del derecho a votar y a recibir una educación; se rebela (como lo hizo también en su vida) contra el matrimonio institucionalizado y contra la maternidad, escudriña dentro de las mentes conservadoras (y conservadas) de su tiempo e intenta ir más allá de las experiencias, sobre lo que se nos impone y no elegimos. Curiosamente, el mundo de su tiempo, más precisamente los sectores conservadores, le recriminaron su accionar y su pensamiento; Simone arremetió sin dudarlo contra ellos preguntándoles por qué esa crítica no la dirigían contra Sartre, que también ponía en tela de juicio esas ideas. Así de valiente y directa fue.

Entre las ideas principales en las que se detiene Beauvoir se destaca el patriarcado como principal yugo al que la mujer debe rebelarse. Frente al cual el capital de la mujer es su poder emancipatorio. A través de él las mujeres podemos poner en práctica nuestra voluntad de rebelarnos contra un mundo que nos quiere-desea de una forma determinada. Es necesario romper incluso contra los propios impulsos para ser parte de algo más grande, más sólido, más libertario, expresa Simone. Sin duda, partir de esta idea fue revolucionario en aquel siglo XX conservador, y continúa siéndolo en el nuestro.

Un libro aún revolucionario

El planteamiento de Beauvoir es que la esencia de un individuo no viene dada por su existencia sino por su voluntarioso trabajo de convertirse en alguien con determinadas características. teniendo en cuenta esto podríamos decir que el sexo no nos otorga una determinada función, que en otras palabras nacemos iguales. De ahí surge su famosa frase, que podría resumir sintéticamente el libro «No se nace mujer, se llega a serlo».

Pero Beauvoir va mucho más allá, hasta desentrañar el papel que la mujer ha desempeñado en el mundo occidental desde diversos puntos de vista: histórico, científico, psicológico y cultural. Intenta entender cuál es la condición de la mujer (si es o ha sido determinada por las diversas ideologías) y remata su argumento en la conclusión de que la mujer ha llegado a ser considerada el otro por una serie de construcciones culturales que han alterado esa igualdad que comparte con el hombre.

«El segundo sexo» es la columna vertebral del feminismo. Todo lo que se ha escrito después de este libro existe para apoyar y desarrollar más las teorías de Beauvoir o para criticarlas (para lo cual se vuelve imprescindible la existencia de esta primera obra). No existe idea que intente explicar lo que las mujeres somos y lo que el mundo es desde la perspectiva feminista, que no roce las palabras, las ideas, las emociones que encarnan este libro impresionante.

El análisis de Beauvoir es profundísimo, pero lo que resulta sumamente llamativo es que al leer «El segundo sexo» (casi 70 años después de su publicación) encontramos en sus reflexiones estelas de nuestro mundo. Las cosas no han cambiado demasiado… De ahí que libros como éste sean indispensables. De ahí que haya querido traerlo a este ciclo para recomendar nuevamente su lectura.

Simone de Beauvoir cambió su mundo, consiguió una vida sin ataduras, enfocada en la libertad y la autosuperación. Y aunque la filosofía ha intentado siempre explicarla desde sus costumbres sexuales, Simone iba mucho más allá que eso. Quizás nos sirvan las palabras de Danièle Sallenave, la autora de «Castor de guerra», quien dice:

Sin duda, Beauvoir fue una pensadora férrea, con la que podremos tener nuestras diferencias, pero cuya sola existencia alivia y puede motivarnos a no perder el norte en la búsqueda de la independencia y la emancipación emocional e intelectual. ¡Es un verdadero placer haber compartido siglo con una mente tan brillante! ¡No dejen de leerla, por favor!