Uno de los escritores españoles más prolíficos dentro del siglo XX ha sido, sin lugar a dudas, el aragonés Javier Tomeo. Y es que publicó a lo largo de su carrera una gran variedad de libros dentro de los distintos géneros literarios.
Trayectoria que curiosamente comenzó realizando relatos y pequeñas novelas de las conocidas como “literatura popular”. Se trataba de trabajos que se enmarcaban dentro del ámbito del western y del terror y que eran muy demandados por la sociedad por su lectura fácil, ágil y fresca.
No obstante, cuando este escritor comenzó a consolidarse empezó a ampliar su tipo de obras y así fue como, por ejemplo, se metió de ello en la dramaturgia. De esta manera, de su pluma salieron una serie de obras teatrales que consiguieron un enorme éxito y que fueron representadas tanto en España como fuera del país.
En concreto, entre las más importantes de este tipo destacaríamos Amado monstruo, que vio la luz en el año 1984. En este caso, aquella gira sobre la conversación que mantienen dos personajes que aparentemente son muy diferentes pero que tienen un nexo en común: unas madres muy posesivas.
Así nos topamos con Krugger, que trabaja como jefe de personal en una empresa y que entrevistará para un puesto en la misma al que será el segundo personaje central de la obra: Antonio. Este es un hombre de treinta años que vive agobiado por la presión constante de su madre y que ahora intenta conseguir un puesto como personal de seguridad.
De esta manera, a través de este encuentro profesional será como el lector irá descubriendo las vidas de estas dos singulares figuras y especialmente los increíbles secretos que guardan.
Encuentros y confusiones
Dos desconocidos que cruzan sus vidas es también el punto de partida de esta obra de Javier Tomeo que se estrenó en el año 1991: Diálogo en re mayor.
Más exactamente se trata de dos personas que coinciden en el mismo vagón de tren: Juan y Dagoberto. El primero es un hombre de apariencia regordeta, risueño y extrovertido. Por otro lado, su compañero de viaje es alto, de rostro poco amigable y mucho más cerrado.
Sin embargo, el destino les ha permitido encontrarse por lo que comenzarán una conversación acerca de la música. Un tema aparentemente nada problemático que, sin embargo, quizás haga sacar la “fiera” que llevan dentro estos dos protagonistas. Y es que están solos en el tren y así lo estarán durante cinco horas.
La música no sólo está presente en esta obra teatral del autor que nos ocupa sino en otras también igualmente importantes. Este sería el caso, por ejemplo, de la que lleva por título Los misterios de la ópera, que se publicó en el año 1997 y que consiguió un gran éxito en sus representaciones internacionales.
En aquella la protagonista es la soprano Brígida von Schwarzeinstein que al inicio del relato es requerida por una ópera muy importante para ser la figura central de la obra El crepúsculo de los dioses. Una noticia aparentemente buena que, sin embargo, para la artista no lo es tanto pues tiene muchas dudas sobre si le interesa o le conviene dar vida a la heroína.
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