Los apasionados del género literario fantástico seguro que conocen la figura de la autora Ursula K. Le Guin, que tiene en su poder el título de Gran Maestra, otorgado por la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos (SFWA). Un honor que ha recibido como una manera de venir a reconocer el importante peso que tiene dentro de la literatura, tanto por su calidad narrativa como por la cantidad de obras de significativa relevancia que ha realizado a lo largo de toda su carrera.
Elegir unas novelas como las más importantes de su bibliografía es algo complicado porque son muchas, no obstante, algunas de las que más seguidores y alabanzas poseen son estas:
La mano izquierda de la oscuridad
En el año 1969 fue cuando vio la luz este libro fantástico, ganador del Premio Nébula y del Hugo, que toma como escenario un lugar llamado Gueden, perteneciente al planeta Invierno, a donde llega un terrestre. Este se topa con una realidad que nada tiene que ver con la suya: los habitantes de dicho espacio son seres hermafroditas, andróginos y bisexuales desde un punto de vista biológico.
Lo singular de esos seres es que durante tres semanas al mes son neutros y en la restante se decantan por ser hombres o mujere,s según los acuerdos con los que lleguen con sus respectivas parejas. De esta manera, disfrutan de la ventaja de poder disfrutar de todos los aspectos a favor que tienen cualquiera de los dos citados sexos.
Los desposeídos
Otra de las novelas de Ursula K. Le Guin que más éxito ha cosechado a lo largo de los años es esta, de 1974, que consiguió algunos de los más importantes premios dentro de la literatura fantástica, como el Jupiter o el Prometheus.
Shevek es el protagonista de la historia, un científico que considera que debe ponerse fin al distanciamiento que existe entre todos los planetas del universo. Por eso, toma la decisión de viajar del suyo a uno singular que responde al nombre de Urras. Ese lugar se identifica por estar marcado por una ideología o sistema que se da en llamar propietariado, que se diferencia notablemente del anarquismo reinante en la tierra del personaje central.
Precisamente esas notables divergencias entre uno y otro lugar serán las que sirvan a la autora para poner sobre la mesa algunos de los problemas o situaciones más habituales de la sociedad como son las diferencias de clases, el papel de la mujer, las ideologías…
El nombre del mundo es bosque
1972 fue, por su parte, el año en el se publicó esta otra novela fantástica, que también es conocida por el título de La palabra para mundo es bosque.
Sigue en la línea de las obras anteriormente citadas y viene a mostrarnos las diferencias que pueden reinar en el universo entre planetas que nada tienen que ver. Esas las descubriremos a través de la expedición de unos terrícolas al planeta Athshe, donde parece que todo se crea con estabilidad y equilibrio.
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