Ocurre así: se nos va un ser humano de gran potencial artístico, y nos ponemos tristes y llorosos. Y pensamos que deberíamos haberle hablado de nuestro afecto y de nuestro cariño por su persona, por sus altas cualidades, en vida, cuando estaba a nuestro lado y nos hacía creer -todavía- en las ráfagas de las ilusiones y en un puñado bueno del mundo.
Charles González Paliza decía siempre: «¡En vida, hermano, en vida!». Y tenía razón, cómo no, porque la existencia es un soplo peregrino, un viento que nos lleva de una estación a otra en el momento menos esperado.
¿De qué sirven las flores de los más tiernos diseños que llevamos a nuestros muertos si en la convivencia diaria, en el trato de cada día, hemos obrado en perjuicio suyo, y no le hemos escuchado cuando nos pedía perdón, con la sinceridad en los ojos, por alguna equivocación cometida?
¿De qué sirve esa lápida hermosa, y esas frases que expresan un dolor profundo, cuando veíamos a nuestro familiar cabizbajo y meditabundo, y no le preguntábamos qué le ocurría?
Ah… si las personas hablaran más entre sí y se contaran con el corazón en la mano la razón, a veces inexplicable, de su tristeza.
¿Quiere honrar a su hijo, con quien está enemistado por un tema baladí, por una circunstancia de desigualdad de opinión o de parecer?
Pues abrácelo con fuerza, con mucha fuerza, y dígale que todo quedó atrás.
Desde luego que nos callamos, y optamos por hacernos los desentendidos cuando un familiar se encuentra mal. El mundo nos ha convertido en seres de piedra. Pero podemos triunfar sobre la frialdad y reconocer la importancia del diálogo sincero. Un diálogo que hará bien no solamente al familiar que está siendo devorado por una enfermedad de los sentimientos, sino también a nosotros mismos.
En vida demos nuestro afecto a Nidia Sanabria de Romero, por ejemplo, que dio su anuencia, hace muchos años ya, para que los poetas o los que creen que su destino es ser poetas puedan reunirse en un local del Colegio Iberoamericano donde reciben la palabra, la enseñanza sabatina, de parte del escritor y poeta Victorio V. Suárez.
Nidia Sanabria de Romero siempre se ha caracterizado por tener un espíritu encendido y llameante en favor del Arte.
Es una reliquia viviente.
En vida demos nuestro amor a los seres lumínicos de nuestra sociedad. Cito algunos nombres, nada más, pues esta columna es breve en espacio: Margarita Durán Estragó, Vidalia Sánchez. En vida, hermano, en vida. No dejemos los saludos finales para después. Hagamos los homenajes ahora, que la vida corre por su cauce muy a prisa. Y miremos a nuestro alrededor, y busquemos a quién honrar.
Yo supe honrar a mi hermano, antes de que partiera hacia la luz.
Le di mi amor de hermana.
Y lo seguiré recordando con la ternura que sentía por su carácter sencillo.
El tiempo pasa. Los enojos toman un carácter de hielo, y las relaciones entre padre e hijo se vuelven hurañas.
Las hermanas pelean por nada, a veces. Que llegue el perdón antes de la puesta del sol.
Abrace, madre, a su hijo.
Y dígale que lo ama.
Comentarios5
Charles González Paliza, yo tengo ese poema de "En vida hermano en vida", hace como cuarenta años, pero nunca supe quien lo escribió y hasta ahora me vengo a enterar. Este reportaje es fenomenal, es importante decir te quiero a nuestros seres amados cuando estan vivos, muertos ni el gasto de las flores.
Te felicito Delfina por este reportaje.
Es que nos pasa muchos, aquello de no priorizar los afectos.
Hermosa la foto con ese pequeño.
Dios te bendiga.
Delfina
Sufro enormemente la ausencia de mi hermana desde el 2007.Se fue repentinamente, fulminante su partida, en ese momento ella estaba distanciada de mí y yo sólo esperaba que se le pasara.No hubo tiempo de despedida.Era mi única hermana y me consuela su rostro de paz como diciéndome que ella sabía cuanto la amaba.
Me emocionó mucho tu reflexión tan acertada,
No sufras. No tiene sentido sufrir.
Ella sabe que la amas.
Gracias por tu sinceridad.
Delfina
recuerdo a mi mamá diciendo esta frase"en vida hermano, en vida" y siempre recordándonos que a las cosas las queria en ese momento no cuando muriera. que no gastásemos dinero en flores para llevarle al cementerio si no le dábamos en vida lo que esperaba de nosotros (hijos-esposo). yo, que vivia lejos, trataba de viajar cada vez que podia, o mandarle tarjetas con cosas bellas que sabia le alegrarian el alma (le gustaba le dijeramos cuanto la necesitabamos y valorábamos). Hasta le mande por correo una rosa en una caja, siempre tratando de sorprenderla y que se sintiera feliz. creo haber cumplido, aunque siempre queda la sensación de que se pudo hacer mas......NO DEJEN ESCAPAR LOS "MOMENTOS", ES MUY IMPORTANTE PARA LA POSTERIDAD. BESOS
UN GRACIAS MIL POR TUS PALABRAS.
BESOS.
DELFINA ACOSTA
Que emoción me causaste, hasta hoy nunca me he arrepentido, no soy de guardarme sentimientos con las personas que amo, para resumir mi madre murio en mis brazos y antes de irse habrá escuchado facilmente un millón de TE AMO MAMI antes de ir. Pues CHARLES GONZALÉZ PALIZA es un grande y con esa frase de EN VIDA HERMANO EN VIDA, llego al corazón de todos los paraguayos.
Gracias DELFINA por este reportaje. Siempre es un placer leerte.
LA GITANITA
Qué acertado es lo que dices. La frase sabia llegó a muchos.
Y en la voz de Charles tomó más fuerza.
Que tengas un precioso día, Gitanita.
Delfina
Hola Delfina!... Tardíamente estoy leyendo este hermoso artículo, pero que tiene vigencia en todo momento...
A veces olvidamos que la vida no es eterna y que los seres que decidimos amar, no nos duran toda la vida; por eso, es mejor decir hoy, a tiempo, un "te quiero"... "te amo"... "te quiero mucho" y tantas otras expresiones de ternura y amor.
Recibe un fuerte abrazo impregnado de muchas bendiciones!...
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